Hoy como cada 23 de junio se celebra en Venezuela el Día del Abogado, una profesión que, al igual que muchas otras, se ha complicado su ejercicio, no solo tras el nuevo coronavirus que obliga al aislamiento social, sino por la situación legislativa y política por la que pasa el país desde hace muchos años.
Alexis Aguirre, abogado venezolano, confesó que ejercer la profesión en Venezuela es un acto de confianza, de creer en lo que se hace.
Dijo que todos los días se litiga ante una «completa inestabilidad normativa».
Señaló además la confusión de poderes que tienen los venezolanos. No se sabe con exactitud cuál es el verdadero o por cuál regirse, ya que está la Asamblea Nacional legítima, presidida por Juan Guaidó, la AN dirigida por Luis Parra y la asamblea nacional constituyente supraconstitucional, que nadie entiende muy bien cómo funciona.
Las redes sociales tienen un papel fundamental no solo durante el confinamiento sino en la política venezolana explicó Aguirre: «El ser abogado en un país donde el Parlamento está fraccionado, donde se legisla por las redes sociales, donde la justicia está profundamente politizada, donde las decisiones se toman por los presidentes de circuito es sencillamente un acto de fe«.
Resaltó que los abogados tratan de hacer todos los día lo mejor para los clientes, pero no saben bien con qué se van a encontrar.
El derecho en el mundo
El jurista apuntó que el derecho es la «supraestructura de la sociedad», lo que regula la vida en colectividad, son las normas que permiten incentivar o prohibir conductas. Así mismo establecer un orden social que permita el desarrollo del ser humano en comunidad.
El papel de los abogados es justamente el de estudiar los fenómenos sociales para después convertirlos en normas, partiendo de la base de que las leyes son la expresión de la política discutida por los parlamentos.
Aguirre agregó que «el papel del abogado tanto en el mundo como en Venezuela no es otro sino el asesorar la normativa de un país y entender los procesos que lleva a entender al poder determinar si un comportamiento es deseable o no dentro de la sociedad».
Nuevas tecnologías frente al covid-19
Los abogados también deben seguir la corriente de la nueva normalidad tras la pandemia del coronavirus a la que cada uno de los profesionales ha tenido que adaptarse.
En la actualidad, incluso antes de la pandemía, es normal ser testigos de la gran influencia de la tecnología en los trabajos, ahora con mucha más intensidad. Existen firmas electrónicas, contratos el linea, teletrabajadores, por las que una persona le trabaja a otra y es supervisada por la misma tecnología de forma remota, en este ejemplo se esclarece aún más la influencia que tiene y va a seguir teniendo la tecnología en las diferentes carreras.
Aguirre destacó un ejemplo bastante usual en la que la mayoría de las personas establece un contrato online. Señaló que a través de una compra por Amazon o por cualquier página web, incluso una red social se hace un contrato, cuando se pide un estado de cuenta en el banco, con ese simple click ya estableces un consentimiento a una relación contractual.
Asimismo indicó que pese al distanciamiento que se guarda debido a la pandemia se sigue prestando servicio a través de diversas plataformas online como Zoom, WhatsApp, correo electrónico y que, si bien no hay una administración de justicia abierta como los tribunales, ya que representaría un foco importante de infección, las actividades consultivas, preventivas, de negocio e incluso las arbitrales siguen su curso.
Señaló que la cuarentena presenta un proceso de «autocompocisión procesal» que trata que las partes en conflicto negocien sus intereses de forma pacífica antes de llegar aun tribunal.
Paralelismo entre la gripe española y el covid-19 en Venezuela
Para concluir Aguirre hizo un paralelismo entre la gripe española, durante la dictadura de Juan Vicente Gómez, y con el virus actual, el covid-19, con las medidas tomadas por el régimen de Nicolás Maduro.
Recalcó las grandes diferencias con las que se enfrentó la crisis. Indicó que Gómez se dedicó a reunir a los sabios y médicos para combatir la epidemia y no hubo restricción, ni de movilidad ni económica, la sociedad del siglo XX siguió su curso con el uso del tapaboca. Sin embargo, en la actualidad se desprecia la ayuda de los académicos y se ha hecho de esto más una campaña política con muchas más restricciones que se suman a las que ya sufría al pueblo venezolano y lo guían a la destrucción económica que ya había, señaló.
Subrayó que dos regímenes cerrados azotados por dos pandemias fueron tratadas de maneras muy diferentes: uno con un matiz científico y el otro político, finalizó Aguirre.