Un grupo de jubilados de Pdvsa decidió el 26 de septiembre retomar la huelga de hambre para exigir el pago de sus pensiones, la asignación de una bolsa de comida y asistencia médica integral. Hoy cumplen dos semanas desde que ocho ciudadanos se congregaron en la Plaza Techada de la Universidad Central de Venezuela para protestar. Este lunes solo tres de ese primer grupo permanece a la espera de un comunicado de Pdvsa.
Sin embargo, reseñó Efecto Cocuyo, a los tres hombres (Marlon Bermúdez, Julio Blanco y Rodolfo Hernández) se sumaron dos más: uno que protesta de forma simbólica por problemas de salud y otro que comenzó su ayuno hace ocho días.
Jubilados de Petróleos de Venezuela (Pdvsa) retomaron el martes 26 de septiembre la huelga de hambre, que finalizaron un mes antes en la sede de Pdvsa La Campiña, luego de que se les incumpliera el pago prometido. En esa oportunidad estuvieron 36 horas en ayuno, hasta que la vicepresidente de Pdvsa firmó una minuta. Posteriormente el grupo fue asediado por funcionarios de seguridad del Estado.
Dos semanas sin respuesta
Los huelguistas cumplen 14 días en la UCV a la espera de un comunicado oficial. No han obtenido respuesta. Sin embargo, una comisión de diputados de la Asamblea Nacional de 2020 se acercó hasta donde está grupo.
De acuerdo con Efecto Cocuyo, los diputados del PSUV Luz Coromoto Chacón y Marcos Dugarte encabezaron la comisión. En el encuentro se acordó otro más, el viernes 13 de octubre en los alrededores del Palacio Federal Legislativo.
A pesar de ello, los ciudadanos reiteraron su posición: no detendrán la huelga de hambre hasta conseguir respuestas reales a sus exigencias. Julio Blanco -vocero de la protesta- reiteró tal afirmación, a la vez que agradeció la visita de los diputados. No obstante, el jubilado hizo un llamado a Nicolás Maduro para que interceda ante Pdvsa.
Las condiciones de los jubilados de Pdvsa
Mantener una huelga de hambre no es fácil. Y justamente por las condiciones individuales de salud, varios del grupo debieron retirarse. Otros más los acompañan, aunque sin dejar de comer.
Por ejemplo, Marlon Bermúdez ha perdido 9 kilos desde que comenzó la huelga. “Acá no me voy a morir, yo voy a llegar hasta que el cuerpo aguante. Me van a tener que recoger del piso de la UCV y llevarme a un hospital”, dijo.
Y es que la convicción de los jubilados de Pdvsa está clara: ser atendidos por autoridades y directiva de la empresa petrolera estatal, y no perder la vida.