El video de las cámaras de seguridad en las que se ve a tres sujetos con uniformes de la policía de Investigaciones de Chile, con los rostros tapados, cascos y chalecos antibalas, momentos antes de secuestrar al exmilitar venezolano Ronald Ojeda en un apartamento de Santiago, fue publicado en la red social X por Iván Simonovis.
Su posteo, rápidamente, encendió las alarmas de las autoridades y se convirtió en el primer indicio de una investigación que tensiona las relaciones diplomáticas entre Chile y Venezuela y que abre el interrogante de cómo opera la inteligencia venezolana fuera de sus fronteras en la persecución de opositores.
Simonovis, investigador criminal y expreso político de Venezuela, habló con El Tiempo, desde Estados Unidos y revela los detalles que obtuvo, de primera mano, sobre este caso.
—Cuando usted publica el video del secuestro en sus redes sociales, acusa a Alexander Granko de estar detrás de esto. ¿Quién es y cuál sería su rol?
—Alexander Granko es el director de Operaciones Especiales de la Dgcim (Dirección de Contrainteligencia Militar en Venezuela). Él se hizo absolutamente famoso por participar en una operación donde asesinaron a un disidente y a varias personas que se encontraban en una casa en un sector de Caracas, que se llama El Junquito. En esta operación, que él dirigió, utilizó más de 300 efectivos, armas de guerra y lanzamisiles. Destruyeron la casa y asesinaron a cinco personas. Una de ellas era un policía que era el líder de ese grupo, Oscar Pérez, y se sabía que se había manifestado contra el régimen.
Luego de esto, en todas y cada una de estas incursiones que se llevan a cabo para detener personas y desaparecerlas está Alexander Granko. Es el número uno en la lista de los principales violadores de los derechos humanos en Venezuela, está siendo investigado por la Corte Penal Internacional y todo el mundo sabe que él es una persona que se dedica a este tipo de actividades y es el que hace el trabajo sucio del gobierno venezolano.
—¿Hay algún antecedente que verifique que Alexander Granko entró a Chile y que estaría detrás del secuestro del militar (r) Ronald Ojeda?
—No, yo no creo que él haya ido a Chile, yo creo que él dirigió la operación. Él tiene su cargo y, como gerente de ese nivel, no necesita ir a Chile. Es un teniente coronel y seguramente planificó y dio la logística necesaria, pero ir a Chile no creo, no se expondría a tanto. De hecho, le dicen el hombre de las mil caras porque se la pasa cambiándose de fisonomía, de corte de cabello, se viste de hombre, de mujer, etc.
—¿Cómo operan actualmente los cuerpos de inteligencia de Venezuela?
—Mire, la Dgcim desde hace años está trabajando fuera de las fronteras de Venezuela: en Colombia, en Ecuador, en Perú y en Chile. Básicamente, el trabajo de ellos es la identificación y ubicación de disidentes políticos, militares o ciudadanos comunes que han tenido que salir del país por temas políticos, y los necesitan tener marcados para saber qué están haciendo o con quiénes se están reuniendo. Inclusive hay un programa muy especial que se llama “Nautilus”, un proyecto que se desarrolla en Venezuela y está conformado por una gran cantidad de efectivos militares y civiles que se hacían pasar por oposición. Los enviaban a diferentes países y ellos se infiltraban en los grupos venezolanos para poder obtener información de quiénes estaban, si estaban planificando algo, si estaban en algún tipo de actividad que perjudicase al régimen.
Recién con el gobierno de Petro, está la denuncia de un teniente que había sido secuestrado en Colombia, en Cúcuta, y trasladado a Venezuela en contra de su voluntad y apareció en Caracas, pero el gobierno de Petro se hizo el tonto, y nunca dijo absolutamente nada. Esperemos que este no sea el caso de Chile.
—¿Hay nueva información del secuestro de Ronald Ojeda en Chile?
—No. Lamentablemente, las informaciones no han fluido a la velocidad que uno quisiese que fluyeran. La fuente que me da a mí el conocimiento de todo este evento es a través de un compañero del teniente Ojeda, el teniente Rodríguez Araña, que reside acá en los Estados Unidos. Yo realmente al teniente Ronald no lo conozco, conozco al teniente Rodríguez y él es el que me notifica, porque a él lo llama la esposa de Ojeda, son compañeros de la Academia Militar.
Ellos son parte de un grupo de oficiales militares venezolanos en condición de disidentes. En Chile se está manejando definitivamente como un caso de secuestro, toda vez que se hizo pública una alerta amarilla a través de las oficinas de Interpol. Es decir, se está asumiendo que es un crimen transnacional.
—¿Hay algún indicio de que, tras el secuestro en Chile, este militar ya fue ingresado de vuelta a Venezuela?
—Es lo que me dice el teniente Rodríguez, que le informó la hermana del teniente Ojeda.
—Sobre el caso particular de Ronald Ojeda, ¿qué otros detalles se conocen de él?
—Yo lo que entiendo es que él es parte de un grupo de oficiales subalternos, son los que tienen rangos menores de capitán, que se habían expresado en contra de la dictadura, habían tomado su propio camino y fueron dados de baja de la Fuerza Armada. Ellos estuvieron presos en una cárcel militar, se escaparon e inclusive, en ese proceso de escape, falleció uno de ellos.
—Ojeda hace parte de la lista de 33 miembros de las fuerzas militares que estaban vinculados a la llamada «Operación Brazalete Blanco», en la que se buscaba desarticular un supuesto golpe contra Nicolás Maduro. ¿Qué sabe usted de este caso?
—Para serle honesto, yo lo único que sé de esta operación es lo que ha dicho el régimen, hablan de una operación donde están involucrados un gran número de oficiales y de hecho ahí mencionaron hasta unos periodistas, porque esto es algo que viene con la detención casualmente de un oficial que era parte de ellos, de apellido Heredia. Y, ahora, cada vez salen más personas.
Los detalles de cuál era esa operación, yo no los conozco. Pero en estos 25 años de dictadura en Venezuela ese cuento lo hemos escuchado ya. Esta novela la hemos visto ya en varias oportunidades; es decir, esto no es nada nuevo. Yo fui preso político en Venezuela, estuve 15 años preso hasta que me escapé, en el año 2019, y esta historia me la conozco ya de memoria.
—Cuando usted estuvo preso, ¿en algún momento pasó por la prisión de Ramo Verde que es de donde se entiende se habría escapado este militar que fue secuestrado en Chile?
—Sí, claro, yo estuve nueve años en el Sebin (Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional) y los demás los tuve en la prisión militar de Ramo Verde.
—¿Nos puede describir un poco esta prisión y cómo alguien se pueden escapar de este lugar, que se entiende es de máxima seguridad?
—Es un edificio de cinco pisos que está en un sector en el estado Miranda, un sector montañoso, hay que tomar una carretera. Pero la fuga no se dio desde la cárcel, se dio en un traslado que se hizo, es lo que entiendo. Tenían que trasladar a estos oficiales, no sé si era al tribunal o alguna cuestión médica; y bueno, ellos vieron la oportunidad y se escaparon. Uno de ellos murió en el escape y después cada quien cogió un camino diferente a diferentes partes de Latinoamérica y otros vinieron a los Estados Unidos.
—Finalmente, ¿cree que este secuestro podría tener alguna intención en medio de esta campaña electoral que, además, ha sido muy marcada por la violencia contra la oposición?
Totalmente, ellos si en algo son expertos es en montar show hollywoodense, en crear conspiraciones en todos lados. Aquí los únicos conspiradores son ellos, llegaron al gobierno por conspirar, son un grupo de delincuentes.
Maduro y sus 12 allegados más cercanos tienen un requerimiento por las autoridades de los Estados Unidos por su participación en narcotráfico, terrorismo y lavado de dinero. Se ofrecen recompensas de entre 5 y 15 millones de dólares por cada uno de ellos, dependiendo del cargo que tenga.
En los últimos 25 años, bien sea porque hay año de elecciones o porque políticamente no les está yendo bien, entonces inventan y se victimizan; ha sido, digamos, la práctica común del régimen en todos estos años.