josé gregorio hernández
Foto Archivo

Los restos del médico trujillano José Gregorio Hernández se exhumarán por segunda vez en la historia este lunes 26 de octubre. Así lo confirmó Franklin Hernández, miembro de la comisión pro beatificación de José Gregorio Hernández de la Diócesis de El Tigre, Anzoátegui, a través de Radio Fe y Alegría Noticias.

La primera exhumación de José Gregorio Hernández se realizó cuando trasladaron sus restos del Cementerio General del Sur hasta la iglesia de La Candelaria en 1975.

Uno de los requisitos para la beatificación es la exhumación de los restos del futuro beato. En consecuencia, se debe ir a la tumba o el sarcófago para extraer el cadáver.

Seguidamente, un grupo de especialistas en la materia revisarán el cuerpo y confirmarán lo que ahí se encuentra.

En definitiva, este un requerimiento que establece el Vaticano para la santificación de los seres mortales.

Hernández detalló que no se trata de un acto cualquiera, es más un ritual y una ceremonia eclesiástica que en este caso presidirá el cardenal venezolano Baltazar Porras.

Se trata de verificar, por parte de expertos, “que esos son los restos de la persona que se va a beatificar”. La exhumación también se realizará con la finalidad de “poder extraer reliquias” que se clasificarán en primer, segundo o tercer grado dependiendo de su valor.

Las correspondientes al primer nivel «pueden ser restos de huesos que se enviarán a donde haya santuarios para el doctor Hernández».

Luego existen las reliquias de segundo grado que son telas u otros objetos. En este caso específico puede ser un trozo de la bata de médico que usó el beato en su ejercicio profesional.

Y las de tercer grado son las referidas a otros objetos o elementos que él haya usado como sábanas, cepillo de dientes, toallas, etc. Esas podrán entregarse a las personas para que puedan tenerlas en sus casas.

El ritual

El cardenal Baltazar Porras confirmó que para el ritual de la exhumación se utilizará un libreto establecido por la Congregación de Los Santos de Roma. Allí se señala en qué consiste la intervención.

En ese sentido, todos los que van a participar en la exhumación deben hacer un juramento de que van a ratificar lo que está en el sarcófago, sin realizar modificación alguna.

El también administrador apostólico de la Arquidiócesis de Caracas reveló que hace muchos años  no se tuvo el cuidado para que su cuerpo se preservara ya que estuvo enterrado en una tumba de madera. Esto generó que el cuerpo del médico se deshiciera y sus restos se ubicaran en un pequeño moisés de cemento.

“Desde ahí, se saca en posición solemnemente y se lleva al altar mayor de la Iglesia de La Candelaria. En ese lugar, el grupo de médicos dan testimonio de que ahí están a los restos que corresponden a las actas y testimonios de 1975”, declaró Porras a Unión Radio.


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