Estigmatización

El aparato comunicacional del régimen de Nicolás Maduro contribuyó con la desinformación durante la pandemia del coronavirus mediante una narrativa de enfrentamiento, la estigmatización de migrantes retornados y la presentación épica de los contagios de funcionarios chavistas, determinó la investigación realizada por especialistas del Instituto de Investigación de la Comunicación de la Universidad Central de Venezuela (Ininco) sobre desórdenes informativos.

«La llegada del coronavirus a Venezuela impuso un reacomodo en la construcción del discurso público oficial. La narrativa épica tuvo que incluir a un nuevo enemigo: el covid-19», señala el reporte Covid Infodesorden.

El oficialismo optó por una estrategia comunicacional con una narrativa heroica, de quien sale victorioso en la batalla contra un poderoso enemigo «bajo esta orientación, logramos identificar en el corpus usos políticos de la pandemia en el tratamiento informativo del contagio de funcionarios oficialistas y funcionarios de las organizaciones de oposición».

Identificaron la construcción de una estrategia comunicacional oficialista dirigida a reforzar la narrativa épica establecida, con intervención de altos funcionarios del régimen; la construcción de una narrativa épica que exalta al funcionario oficialista que se contagia; la estigmatización de los opositores contagiados con el virus; el uso de esta estrategia para la creación de matrices de opinión dirigidas a promover la intervención de poderes públicos (Fiscalía, Contraloría, Poder Judicial) en la judicialización y destitución de las autoridades de oposición electas en cargos de gobierno; y la opacidad, partisanismo y represión asociada a la información sobre contagios y atención de la epidemia.

«Los oficialistas contagiados son héroes, que se infectaron por estar al frente de la batalla ‘rodilla en tierra’ con su pueblo. Esta narrativa épica exalta a un dirigente que, a pesar de todas las adversidades, saldrá victorioso y fortalecido física, moral y espiritualmente del contagio. Dos casos son emblemáticos en la épica oficialista: Omar Prieto, gobernador del segundo estado más poblado en Venezuela y, Diosdado Cabello, a quien se ha considerado el número dos de la revolución bolivariana», resalta la investigación.

Mientras que la narrativa que se construyó en torno a los opositores los califica como contaminantes, que propagan, infectan, transmiten e inoculan el virus. Sugieren irresponsabilidad en el ejercicio de la ciudadanía al contagiar a los otros y también en el cumplimiento de las responsabilidades al frente de cargos públicos. Además, se les tilda de débiles y burgueses por recibir atención médica en clínicas privadas.

Asimismo, encontraron evidencias en el corpus, de la intencionalidad de perseguir y criminalizar a los dirigentes de la oposición que se encuentran en cargos de elección popular. Se intentó la apertura de procedimientos administrativos y penales para responsabilizarlos por los contagios en sus localidades. No obstante, no se llegó a desplazarlos de los cargos que ocupan por elección democrática.

Uno de los casos ejemplares es el foco en la escuela en la beisbol “Roberto Vahlis” en Nueva Esparta, donde se trató de implicar al alcalde Morel Rodríguez y al gobernador Alfredo Díaz por permitir el contagio. En este caso, el ministerio Público imputó a la epidemióloga de Nueva Esparta y a cuatro miembros de la directiva de la escuela de béisbol, a quienes acusaron de permitir el foco de contagio de 20 personas.

Para el 20 de mayo de 2021, una declaración de Maduro marcó el inicio de una política gubernamental de estigmatización de los migrantes venezolanos que, al ver que no tenían mínimas condiciones para permanecer en otros países, decidieron retornar a Venezuela.

«La orden fue marcar las casas donde se sospechara que habían migrantes, denunciar a través de correos electrónicos a personas que habían retornado, concentrar a los migrantes en los centros habilitados para la cuarentena. Además, se mantuvo un discurso oficial incriminatorio por bioterrorismo contra Colombia y Brasil», expone el informe sobre la estigmatización de los retornados.

Durante la pandemia del covid-19, el ecosistema digital ha sido crucial para la comunicación de salud, así como para las estrategias de comunicación de emergencia. Ha funcionado como mecanismo para promover la adopción de conductas para la contención del virus.

No obstante, también se ha constituido en espacio para amplificar los desórdenes informativos, especialmente, la desinformación y la información falsa sobre la pandemia. La circulación de contenido malicioso trae múltiples consecuencias, una de las más graves es que incide en las prácticas de salud individuales y colectivas, indica.

La propagación de desórdenes informativos (desinformación, fake news) relacionados con la pandemia en el ecosistema digital venezolano es multiplataforma. Variantes de los mismos contenidos circulan paralelamente en WhatsApp y las principales plataformas de social media: Facebook, YouTube y Twitter.

La propagación por medio de Twitter y YouTube sería más frecuente producto de operaciones coordinadas con intereses políticos o mercantiles, mientras que en Facebook y WhatsApp se dan de manera más orgánica; destaca el reporte.


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