Un grupo de investigadores de la Universidad Central de Venezuela alertó de que cerca de 1 millón de habitantes de Caracas consume agua contaminada.
Esta situación expone a los ciudadanos a contraer virus que podrían enfermarlos y que incluso amenazarían la vida de los niños y de personas vulnerables.
Los científicos respondieron una solicitud que les hizo el diario estadounidense The New York Times, que consistía en recrear un estudio de la calidad del agua que habían realizado con regularidad en Caracas desde 1992 hasta 1999.
José María De Viana, ex presidente de Hidrocapital, advirtió de una epidemia potencial y resaltó que la situación es grave e inaceptable.
Para el estudio se tomaron 40 muestras de los principales sistemas de agua de Caracas y se analizaron para detectar bacterias y cloro.
También se tomaron en cuenta las fuentes alternativas que usan los residentes durante los cortes del suministro.
El medio señaló que, de acuerdo con los resultados, un tercio de las muestras no cumplió con las normas nacionales.
Hidrocapital debió emitir alerta
Hidrocapital debió emitir una alerta de saneamiento siguiendo sus propias normas regulatorias internas. Pero no sucedió ni ha sucedido en los últimos 20 años.
Juan Carlos Castro, un médico de la comunidad de Terrazas del Ávila, un zona de clase media, indicó que el agua que se distribuye en esta localidad estaba contaminada con bacterias fecales.
«Esto no es agua potable. Es un peligro para la salud pública», manifestó Castro.
Los residentes se ven obligados a comprar jarras a empresas privadas para cocinar o beber. Pero esto también es un lujo en los barrios marginales, en donde muchos ganan el salario mínimo establecido por el régimen de Nicolás Maduro.
El estudio mostró, en general, una significativa disminución en la calidad del agua en Caracas en las últimas dos décadas. Fuera de la capital, el colapso de la infraestructura del agua es aún más profundo.
Además, la investigación mostró que el sistema principal de distribución de agua, que suministra alrededor de 60% de agua de Caracas, estuvo significativamente comprometido.
Más de la mitad de las muestras tomadas tenían cloro insuficiente y casi dos tercios de las muestras tenían niveles de bacterias que excedían las regulaciones.
En las fuentes de agua alternativas también se encontró un exceso de bacterias.
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