Joel García, abogado del diputado Juan Requesens, denunció violación de los derechos humanos del parlamentario y el resto de los acusados por parte de la juez del caso.
García detalló que tanto Requesens como los coacusados estuvieron esposados durante cinco horas, en las que se les impidió tomar agua o ingerir cualquier alimento. Tampoco les permitieron ir al baño.
Además, se les colocó un arnés inmovilizador en los brazos para evitar que, como en la audiencia anterior, los acusados aplaudieran o hicieran algún gesto con las manos.
«Es una violación flagrante a los derechos humanos y la juez como si nada. Está totalmente parcializada. Esto no es un proceso, esto es un fusilamiento procesal», denunció García.
El abogado reportó además que los acusados fueron castigados y algunos torturados como medida disciplinaria por aplaudir ante el discurso de el general Héctor Hernández Da Costa en la audiencia anterior.
«Al general Héctor Hernández Da Costa le dijeron que le iba a ir mejor si se callaba (…). Le quitaron el agua, la comida. Hoy vino como un pordiosero», acotó García.
El togado aseguró que los están intimidando para que no declaren en sala. «Responsabilizo a la juez juez Enith Carolina López por todo lo que le pueda pasar a los acusados», agregó.
Además, García denunció que tanto él como el resto de los abogados que representan a los acusados, fueron intimidados por la Guardia Nacional Bolivariana para ingresar al Palacio de Justicia.
«Nos sometieron a un requisa como si estuviéramos en un penal o si fuésemos delincuentes (…). Tanta es la estupidez, que el comandante me pidió una autorización para entrar con mi reloj. Ni siquiera un reloj, ni un bolígrafo de metal podemos pasar a la sala de audiencia», contó.