A pocas horas para el 16 de noviembre, gremios, estudiantes y pensionados tomaron este jueves las calles Caracas. En esa fecha la oposición venezolana se movilizará en respaldo a los trabajadores públicos.
El gremio de enfermeras protestó en rechazo a los bajos salarios que ganan los profesionales de la salud y para denunciar las condiciones deplorables en las que se encuentran los centros de asistencia médica en el país.
“No queremos diálogo; hemos enviado comunicaciones a todos los órganos ministeriales y no hemos tenido respuesta. Exigimos que nuestro salario sea cancelado en dólares o su equivalente”, reclamó Ana Rosario Contreras, presidente del Colegio de Enfermeras de Caracas, cuyos integrantes anunciaron un paro nacional de 48 horas.
Contreras advirtió que si el régimen de Nicolás Maduro no cumple con las exigencias planteadas, entonces estarán en la obligación de suspender sus servicios indefinidamente.
“Tengo cuatro trabajos y no soporto la crisis. No puedo recrearme y no puedo ayudar a los demás”, dijo a TV Venezuela un médico de la Maternidad Concepción Palacios.
También manifestaron docentes que cumplieron el paro de 72 horas con una participación mayoritaria en varias entidades del país. El paro fue convocado contra la crisis que atraviesa el sector educativo venezolano.
Muchos de estos profesionales pasan por situaciones desfavorables que les impiden cumplir con sus trabajos.
Aseguran que el sueldo que ganan no les alcanza para cubrir los gastos básicos de la alimentación y muchos no tienen ni siquiera para comprarse un par de zapatos.
“Guardia, escucha: únete a la lucha”, gritaban al unísono los estudiantes ante un cerco que montó la Guardia Nacional Bolivariana en una de las entradas de la Universidad Central de Venezuela.
Los funcionarios militares rociaron gas pimienta sobre los jóvenes para dispersar la manifestación, luego de que el estudiantado acompañó a Juan Guaidó, presidente encargado de Venezuela, en una asamblea para convocar la marcha del 16N.
Los jubilados y pensionados también protestaron. Un grupo se apostó en las adyacencias de la Defensoría del Pueblo, en Bellas Artes.
También exigieron una pensión digna y presentaron una serie de medidas que podrían beneficiarlos.
Un jubilado de los Bomberos del Distrito Capital denunció que un militar se acercó a la concentración y les quitó los flayers que tenían referentes a la convocatoria del 16 de noviembre.
Dijo que el agente golpeó a uno de los manifestantes que se encontraba exigiendo sus derechos.
Otro grupo se concentró en las afueras del Ministerio Público por los mismos motivos. Emilio Lozada, presidente de la Federación de Jubilados y Pensionados de Venezuela, lamentó que los venezolanos estén sobreviviendo.
“Aquí se acabó eso de decir que alguien es un funcionario: es un sobreviviente más porque usted no tiene para pagar una comida”, dijo.
En la avenida Libertador de Caracas trabajadores de la estatal Cantv cerraron el paso de vehículos para exigir mejores salarios, el cese de la corrupción en la empresa y mejores condiciones laborales.