La fe unió a Mariana González y José Balza hace 7 años. Se casaron hace seis meses. Pero fue la tecnología la que consolidó el sueño de sus vidas: construir una base sólida para garantizar educación de calidad a las nuevas generaciones. A esto lo llamaron Kurios Education.
Luego de 4 años y una pandemia que paradójicamente los impulsó, hoy son dueños de una empresa que apuesta por la innovación, que atiende a 75 instituciones educativas y beneficia a más de 35 mil alumnos, entre los 2 y 18 años, al ofrecer herramientas que consideran básicas para el futuro, como robótica, programación, mecánica, electrónica e informática.
En un principio, y ante la gigantesca necesidad que existía –y aún existe– en el ámbito educativo en Venezuela, aunada a la desactualización e hipotética innovación dentro de las aulas, nacieron como Tecnikids. El proyecto, forjado en Guatemala y traído al país por la pareja, buscaba crear un impacto positivo perdurable que transforme vidas a través de la tecnología. Pero la curiosidad los llevó a otro mundo, dice la pareja. «Por eso ahora somos Kurios».
Así es como un matrimonio de ingenieros de Producción dejó de lado sus profesiones para abocarse a lo que se convertiría en el motor de su día a día. «Encerrados, con el caos del covid, yo empezando la universidad y él trabajando desde casa, teníamos mucho tiempo libre. Tanto, que no pudimos dejar de notar lo abrumador que fue para muchos de nuestros amigos y conocidos el proceso de pasar de un salón de clase físico a uno virtual», recuerda Mariana González.
«Claro, era de esperarse no estar preparados, pero el desconocimiento era demasiado. En otros países ya estaban acostumbrados a tener asignaturas en línea y en Venezuela estábamos en pañales. Había mucho miedo y recelo a usar plataformas como Zoom, por ejemplo. Es ahí cuando entendimos la importancia de herramientas tecnológicas que ayudaran a solventar ese problema», señala.
“Decidimos a darle un giro a la educación”
Kurios, el pionero
La tecnología es el futuro. ¿Pero cómo sigue impartiéndose Computación básica en las instituciones educativas y enseñando Excel, Word y Power Point? La premisa de González y Balza era válida. Sobre todo, luego de haber estudiado el pensum educativo en el país. Qué ofrecían, cómo, cuándo y por cuánto tiempo se convirtieron en interrogantes cuyas respuestas se veían desfavorables.
«Internacionalmente hablando es normal enseñar a un niño de 2 años, en un prescolar, sobre robots y cómo construirlos. En Venezuela se rigen por esquemas que datan de 25 años. ¿Cómo no buscarle solución a algo tan importante?», destaca la joven emprendedora. Kurios Education, entonces, se pondría la capa de superhéroe y, a través de programas académicos y dotando a las aulas de todas las herramientas necesarias para impartir clases (equipo, contenido y formación de los profesores) se encargaría de la situación.
Se valieron de sus ahorros para dar el primer salto de fe. Sin embargo, Mariana y José no necesitaron de mucha inversión. «Por suerte, y suena extraño decirlo, la pandemia nos ayudó mucho porque no tuvimos que gastar en equipos o alquileres de espacios. Todo fue virtual», subraya. «Comenzamos mi esposo, yo y una profesora que nos ayudó a darle forma a todo y, sin pasar mucho tiempo, ya teníamos unos pocos contratos con 7 colegios que nos garantizaron seguridad financiera por el primer año. Ya para el segundo, no vimos ganancia tampoco porque lo reinvertimos, sobre todo nuestro tiempo y dedicación, no solo el dinero. No obstante, valió la pena».
Ratifican ser pioneros en la materia. «No hay nada igual en el país», dice González. «Nosotros introdujimos la innovación educativa en el área de la robótica y gracias a eso los colegios han podido incorporar nuestros programas».
Reconoce, sí, que existen otros conceptos parecidos a Kurios que, de manera independiente, han tratado de involucrarse con instituciones educativas y conseguir la ejecución de sus clases por cuenta propia.
«Pero hasta nuestra aparición no se había logrado encontrar la fórmula para encajar un programa tecnológico que abarque desde los 2 años hasta quinto de bachillerato completamente distinto cada año. Actualmente, estamos presentes en 75 instituciones educativas y más de 35 mil alumnos alrededor de todo el país aprenden con nuestros métodos de enseñanza. Además, hay un plus: somos los únicos avalados por la Universidad Católica Andrés Bello y la Asociación Americana de Robótica».
¿Enseñanza sin profesores?
Los colegios incorporan la formación de Kurios Education dentro de su presupuesto anual, en la inscripción o mensualidad. Un ticket promedio está valorado en 5 o 7 dólares por alumno. «Equivale a una pizza y al final tienes una formación mensual en robótica durante todo el año escolar», dice González. Es una materia obligatoria.
“Es la única garantía de que funcionará”
Sus programas se rigen por la constante innovación y están desarrollados bajo la corriente STEM (es el acrónimo en inglés que hace referencia a Science, Technology, Engineering and Mathematics –ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas-, una metodología que permite que el alumno pueda llegar al conocimiento de una forma mucho más sencilla, rápida y empática a través de la práctica y haciéndose preguntas. Aprenden a construir robots, a programar, diseñar videojuegos y hasta drones, entre otras cosas, cada uno en su nivel de dificultad. «El rol del docente, luego de Kurios Education, ya no es el de un dador de información», señala su fundadora.
«Un alumno, luego de 45 minutos navegando en Internet, puede encontrar mucha más información que lo que un profesor pueda ofrecer en una clase de una hora», resalta. «Es por eso que, en este caso, esa figura es un facilitador. El alumno, entonces, es el que se cuestiona; el que busca desarrollar la agudeza de su curiosidad para encontrar mejores resultados».
Gracias a esta estructura de trabajo, desde Kurios han formado a más de 400 profesores de sus colegios aliados con un Diplomado STEM, 100% gratuito. A su vez, destaca que dentro del servicio, el colegio puede escoger los docentes de Kurios o formar a su personal. «La mayoría escoge lo segundo. Y nosotros, previo al inicio de clases, tenemos jornadas de capacitación de dos semanas donde los maestros son formados como debe ser. Todo sin necesidad de conocimientos tecnológicos previos. Comenzamos desde cero», enfatiza.
Adicionalmente, proporcionan a través de sus plataformas, el contenido con el paso a paso para impartir las clases, además de presentaciones y guías con su inicio, desarrollo y cierre, que permitirán que el docente solo deba repasar la clase y ejecutarla.
«Finamente, ofrecemos acompañamiento personalizado. Tenemos a disposición personal especializado durante el año escolar. De hecho, hacemos visitas constantes para garantizar una exitosa implementación del programa».
Al día de hoy, de las 65 personas que conforman Kurios Education, cuentan con 30 docentes en sus filas.
Ellas vs. ellos
El contenido del programa elaborado por Kurios varía anualmente. Este 2024 incorporaron la inteligencia artificial al currículo. Las clases se imparten una vez a la semana por 45 minutos. «Sin embargo, hay colegios que incorporan 90 minutos. Eso depende del nivel y disponibilidad», aclara González.
Entre robótica, programación, mecánica, electrónica e informática, la favorita es mecánica. Y, muy al contrario de lo que se pueda pensar, son las niñas las que muestran más interés en lo que aporta Kurios Education a sus vidas.
«Podríamos decir que hay un porcentaje de 60/40, donde los niños son menos cantidad. Colegios como el Andes, Mater o Merici, tienen un interés impresionante en la tecnología. Desmitificamos pues que la innovación de este tipo de carreras es, en su mayoría, para hombres».
Kurios Competition
Por tercer año consecutivo, presentaron en Caracas el torneo nacional de robótica. La actividad, que se llevó a cabo el sábado 13 de abril en el Nivel Terraza del Centro Comercial Líder, en las instalaciones de Espacio Caracas, contó con la presencia de más de 3.600 personas en un espacio en donde cada participante pudo despertar su curiosidad, aplicar los conocimientos adquiridos en sus horas de estudio gracias a Kurios Education y elevarlos a otro nivel, afirma González.
El encuentro lo definió como una experiencia tecnológica y divertida, que este 2024 estuvo basado en el universo de los videojuegos bajo el concepto Game Over. Participaron más de 70 colegios y más de 1.000 competidores entre los 5 y los 18 años, quienes demostraron grandes habilidades en materia de innovación.
También, por primera vez, se llevó a cabo la competencia de docentes Kurios, un espacio especial para poner en práctica todos los conocimientos que han enseñado sus alumnos a través de los años sobre robótica.
El futuro
Kurios Education sólo ha podido desarrollar sus programas en colegios privados. Están en conversaciones para llegar a escuelas públicas, aunque están conscientes de que necesitan aliados poderosos para poder llevarlo a cabo.
«A las escuelas públicas tenemos que acondicionarlas no solo de espacios sino de equipos técnicos y eso requiere un músculo financiero que no tenemos ahora», destaca González. Actualmente colaboran con organizaciones sociales como Alimenta la solidaridad y Superatec.
«Lo mínimo que necesitamos para trabajar cómodamente son computadoras. Pero a veces, ni eso hay en estos centros de estudio. Nuestra meta es poder llegar a todo el país, pero lo tenemos que hacer construyendo un equipo junto a empresas privadas, por ejemplo».
De la disposición del gobierno a apoyarlos evita opinar. Sin embargo, no ha existido hasta la fecha acercamiento o interés en la implementación de Kurios Education en el sistema educativo nacional.
La fundadora de Kurios Education define su emprendimiento como el puente entre la tecnología y las instituciones educativas. Por eso, apuestan en grande a su expansión, no solo en el país sino en Chile y España donde también están presentes.
Quieren conseguir en las universidades de Venezuela sus más grandes aliados. «Estuvimos hablando con la Universidad Nueva Esparta para hacer un pensum en robótica, que no existe aún. Y aunque por los momentos no hay avance, eso no quiere decir que no seguiremos intentando».
Mariana González deja en claro que para que Kurios Education –o algún programa parecido- funcione, se necesita el apoyo incondicional de los directores en los colegios.
«Llevan la batuta y debería estar apostando por la innovación y la evolución; por el cambio. Por lo nuevo. Y no es así», afirma. «La renuencia entre estos cargos o roles dentro de las instituciones educativas es abrumadora. Debería generarse una estructura organizacional que les permita tener un equipo que tome decisiones rápidas. La tecnología avanza velozmente. Todo es ahora y, si no nos montamos en la ola, nos come. Tengan confianza, eso es lo primero», concluye.
Para más información sobre Kurios Education, ingresar a la página web oficial de la marca.