Cientos de miles de jugadores convergen hasta el domingo en Colonia, Alemania, para el salón europeo anual de videojuegos Gamescom, donde se pondrán a prueba las superproducciones que serán lanzadas a fin de año, pese a la ausencia de los gigantes japoneses Nintendo y Sony.
Los aficionados podrán probar las primicias de títulos como Star Wars Outlaws, de Ubisoft, previsto para el 30 de agosto, y Dragon Ball Sparking! Zero de Bandai Namco, muy esperado por los seguidores de la saga, antes de su lanzamiento el 8 de octubre.
Para ello a veces deben hacer largas filas.
Repartidos en diez enormes pabellones de la Koelnmesse, más de 1.400 expositores entre estudios, editoriales y tiendas especializadas, ocupan un espacio de más de 230.000 m2.
«Tras el fuerte crecimiento del año pasado, esperamos marcar nuevos récords para Gamescom, con aún más expositores y una mayor participación internacional», declaró en julio Tim Endres, su director.
El salón recibió en 2023 cerca de 320.000 visitantes, según los organizadores, que esperan volver a las cifras de visita previos al covid-19, de unos 370.000 personas.
Es también la primera edición del salón alemán desde el anuncio en diciembre del cierre definitivo del E3 de Los Ángeles, su competencia estadounidense, que no sobrevivió a las cancelaciones de la pandemia.
¿Por qué Sony y Nintendo no están en la Gamescom?
Después de un año 2023 rico en novedades, animado por éxitos como Hogwarts Legacy y The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom, y a la espera del gigante Grand Theft Auto VI previsto para el próximo año, el 2024 se ha mostrado mucho más tímido en términos de títulos destacados.
Pero el fin del año se anuncia más emocionante para los jugadores, con la llegada de Assassin’s Creed Shadows de Ubisoft, el 15 de noviembre, e Indiana Jones and the Ancient Circle, del estudio Machinegames, el 9 de diciembre.
La noche inaugural el martes también reveló nuevos títulos como Borderlands 4 y Mafia: The Old Country, previstos para 2025.
Los gigantes japoneses del videojuego, Sony y Nintendo, suspendieron su participación en la feria de este año para transmitir en línea los anuncios de sus novedades.
Con ello dejó el campo libre a Microsoft y su Xbox, que prometió «su puesto más grande hasta ahora» en el salón, con más de 50 juegos.
Pero la feria de Colonia es también la ocasión para que algunos desarrolladores prueben sus creaciones con el público.
«Es la primera vez que mostramos nuestros juegos durante un gran evento antes de su salida el próximo año», declaró a la AFP Marina Diez, quien llegó a presentar The Berlin Apartment, del estudio independiente alemán BTF.
«Puedo ver lo que más gusta y lo que tiene dificultad», explicó la desarrolladora. «Eso nos ayuda a identificar potenciales problemas».
La feria es como «el lado empresarial del Cannes»
Entre bastidores se juega otro partido.
Detrás de los stands se reúnen creadores y editores para intercambiar ideas, encontrar financiamiento para unos o vislumbrar un futuro éxito para otros.
«Es como el equivalente del lado empresarial del Festival de Cannes», comentó David Carabinera, director del estudio independiente parisino Romo Luden.
Sin embargo, consideró que los presupuestos este año son «un poco menores» y los editores que financian la producción de juegos, más selectivos.
De hecho, la industria del videojuego ha sufrido este año cierres de estudios y despidos masivos.
Según la página web Ame Industria, al menos 11.000 profesionales del sector perdieron su empleo en el mundo en los primeros siete meses de 2024, más que los 10.500 en todo 2023.
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