La crisis se agudiza con fuerza en el sector editorial, particularmente el de textos escolares. “Se está dando el caso de textos para bachillerato que se venden en un portal de compra-venta y cuando la persona entra en contacto con el vendedor, este le aclara que se trata de una fotocopia del libro original. Esto es un mercado claramente criminal”, denuncia Julio Mazparrote, vicepresidente de la Cámara Venezolana de Editores a través de un comunicado en el que expresó preocupación por el hecho.
Un clásico como el Álgebra de Baldor se consigue on line en formato PDF. “Eso es piratería. ¿Qué tipo de texto es el que más se está fotocopiando de manera ilegal? Los libros de matemáticas, de historia y de lectura, entre otros”, deplora. Cita el caso del libro Rayito de luz, un libro de lectura para primer grado, que está siendo muy pirateado.
El directivo de la asociación que agrupa a las editoriales de textos explicó que el fenómeno de la reprografía se da en libros de primaria y de bachillerato, pero especialmente en este último.
Sin cifras. Mazparrote aclaró, sin embargo, que no se dispone de una cifra exacta en cuanto a cantidad de libros que son objeto de reprografía actualmente en Venezuela. La merma del mercado ha sido sensible, pero tampoco ha sido medida con exactitud. “Las editoriales venezolanas nos hemos visto afectadas. El Estado decidió excluirnos de la educación en los colegios públicos, que constituye 80%”.
“Desde 2010 el gobierno lanzó la Edición Bicentenario, que es un conjunto de libros de textos para primaria y bachillerato adaptado al tipo de educación que el Estado fomenta actualmente. Los textos de las editoriales privadas no se pueden emplear en los liceos públicos. Están prohibidos”, afirmó.
El dirigente gremial aseguró que la aspiración de la Cámara Venezolana de Editores es que en este 20% de mercado que apenas les queda, al menos se vendan los libros originales. “Nos quedan los colegios privados, en los cuales estudian muchachos de clases media y alta. Incluso acá se verifica el fenómeno de la reprografía, porque tal vez el texto no se consigue y el profesor lo facilita a los alumnos para que le saquen fotocopia”, indica.
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