zSociedad

El apagón secó los grifos de las casas de Caracas

por Avatar EFE

Después de tres días de apagón, han vuelto las colas ante los caños, tuberías y manantiales de agua que caen del Ávila, la montaña que abriga a Caracas, y que una vez más se ha convertido en fuente de solución en momentos de apuro para los capitalinos.

La secuencia de supervivencia a un apagón empieza con la búsqueda de una linterna y se va complicando a medida que transcurren las horas. Dos días después se termina haciendo cola para conseguir gas, agua y cualquier otra cosa que se necesite.

Este miércoles, en la caraqueña parroquia La Pastora decenas de personas subían las lomas de las calles en las estribaciones del Ávila con garrafas, barriles de plástico y contenedores de líquido en busca de agua para fregar.

Sentado en el suelo y con una botella de plástico transformada en embudo, Alejandro López, un electricista de 45 años de edad, llenaba sus envases con el agua que necesitan él y su familia, ante la mirada paciente de una fila de vecinos que aguardaba su turno.

«No papá, no queremos acostumbrarnos a esto», dijo al ser preguntado por una circunstancia que tuvo que vivir por primera vez hace 20 días, cuando un apagón dejó al país casi una semana a oscuras; una situación que en la actualidad debe repetir hasta que se reponga la energía eléctrica.

«Depende del uso, uno puede durar tres días o puede tener que venir a diario a recoger agua», dijo. 

Frente a él, Liseti Rodríguez, miembro del personal administrativo de una clínica, aseguró que esta es la única opción para poder fregar y lavar. «Uno le echa una pastilla de cloro al agua o la hierve 20 minutos y puede usarla para cocinar, pero es que tampoco hay gas ni pastillas de cloro», refirió.

«Igualito haces colas en todos lados. Te levantas a las 5:00 am, te vas y consigues cola en agua, en gas, en lo que vayas a hacer», dijo.

Para Wilfredo Mora, un charcutero de 63 años de edad, el culpable de todo esto «naturalmente» es el oficialismo, y subrayó la crítica situación en que se encuentra el país.

«Lamentablemente, no hay esperanza, las esperanzas son muy chiquitas porque esta gente se aferró al poder», afirmó.

Cerca de él, Pablo Romero, trabajador de una comuna y repartidor de las cajas subsidiadas de comida CLAP, aseguró que el apagón ha sido causado por algunos que quieren enfrentar a los venezolanos. «¡Los opositores! ¿quién más va a ser?», respondió al ser preguntado por los autores de ese supuesto plan.

Romero repite la versión de Nicolás Maduro, que argumenta que los dos apagones que se originaron el lunes, el primero contra una línea de transmisión y el segundo por un incendio en la principal hidroeléctrica del país, la del Guri, se debieron a ataques dirigidos por Estados Unidos y la oposición venezolana.

«Ellos lo que están buscando es que se tiren unos a otros. Están haciendo esta maldad, ¿a quién? Al pueblo, porque los del gobierno están tranquilos», agregó el hombre, poco antes de volver apresuradamente a la cola para usar su turno y recoger agua.

La avenida Boyacá, conocida como la Cota Mil que rodea el norte de Caracas, estaba desde temprano en la mañana llena de vehículos estacionados. Sus ocupantes, agarraban agua de las diferentes tomas por las que cae del monte.

Allí también había un grupo de funcionarios integrado por representantes de la Alcaldía de Caracas adeptos al Partido Socialista Unido de Venezuela, y personal de la empresa estatal de agua Hidrocapital y de la Fuerza Armada.

Jesús Gónzalez, responsable del plan de abastecimiento de agua por el PSUV, dijo a Efe que el operativo funciona las 24 horas y distribuye entre 600.000 y 700.000 litros de agua, casi 70 camiones cisterna, para el suministro diario del Distrito Capital, dando prioridad a los 23 hospitales que hay y posteriormente a las comunidades, entre otras, La Pastora.

«Lo fundamental es garantizar el abastecimiento», señaló. Destacó que gracias al esfuerzo de Nicolás Maduro los hospitales tienen sus plantas eléctricas activas y sus tanques subterráneos operativos.

Consultado por el cansancio de la población por la situación, González aseguró que «la gente está consciente de cuál es la realidad en la que estamos». Y añadió: »Tenemos que hacer los mayores esfuerzos para llegar a las comunidades que han tenido la mayor afectación».