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Un homenaje y un recuerdo

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“Su obra personal se distingue por el rigor de sus análisis, por destacar aspectos poco estudiados en la época. Un ejemplo es Venezuela 1810-1830, aspectos desatendidos de dos décadas. Sus trabajos históricos sobre el personalismo político latinoamericano y sobre la praxis política del absolutismo no sólo son impecables sino materia de reflexión para nuestra época de resurgencia del autoritarismo de allá y de aquí”

Por ROGELIO PÉREZ PERDOMO

Fue una época extraordinaria, de viva conversación intelectual. El Instituto de Estudios Políticos de la UCV era uno de los ejes principales de esa actividad. Manuel García Pelayo era el maestro a quienes todos admirábamos y respetábamos. Graciela Soriano era su esposa, pero también uno de nosotros. Era Chelita, como cariñosamente la llamábamos. Me incorporé a la Facultad   Ciencias Jurídicas y Políticas de la UCV en 1967. Estaba adscrito a otro instituto de investigación, pero el de Estudios Políticos me aceptó informalmente. Había ocasiones formales de discusión, especialmente el seminario interno, pero las ocasiones informales y los diálogos eran mucho más numerosos. Las ocasiones para aprender y para ejercitarse intelectualmente no faltaban.

Otro centro de ejercicio intelectual era el doctorado. Allí éramos profesores y cada uno tenía su grupo cursantes y de tesistas. Los seminarios de Chelita sobre el personalismo político atraían a personas de distintas facultades y era uno de los más apreciados.

Después de la muerte de su marido, Chelita convocaba al numeroso grupo de académicos a que presentáramos nuestros trabajos sobre temas que proponía. Las numerosas publicaciones dan testimonio de un ambiente intelectual que se prolongó al menos hasta la primera década de este siglo. En resumen, Chelita tuvo liderazgo en una época importante de la vida académica venezolana.

Su obra personal se distingue por el rigor de sus análisis, por destacar aspectos poco estudiados en la época. Un ejemplo es Venezuela 1810-1830, aspectos desatendidos de dos décadas. Sus trabajos históricos sobre el personalismo político latinoamericano y sobre la praxis política del absolutismo no sólo son impecables sino materia de reflexión para nuestra época de resurgencia del autoritarismo de allá y de aquí.

Aplaudo que el Papel Literario de El Nacional le haga este homenaje tan merecido.

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