Papel Literario

Poemas de Lilia Boscán de Lombardi

por El Nacional El Nacional

Colmena de recuerdos

dispersos en la trama de la noche,

regreso a la infancia

en el aroma intacto de las plantas.

Fragancia de campo en cada hoja

manantial de murmullos conocidos

nubes amarillas se alejan lentamente

arrastrando los fragmentos de mi vida.

Mosaico de imágenes

Torbellino de hojas secas

Hundo la mano en el corazón del vértigo

Y bebo ansiosa la esperanza

de no perder el hilo de los sueños

que se eleva más allá de las montañas.

**

Nocturna espera,

vuelo de sombras,

los brazos de la noche

estrechan la cintura

del alba que se asoma.

Se humedecen los párpados

con gotas de silencio,

todo está quieto,

las paredes muy blancas,

luces brillantes

en una red de pájaros

alumbran el camino

incierto entre la bruma.

El tiempo,

eterno transeúnte

sigue su marcha imperturbable,

continúa el ritual

en bocanadas de humo.

Las manos aceleran

el parto de la vida

gritos como rayos

develan el misterio

y naces de la noche

como un canto

de la aurora.

**

Se me perdió el corazón

en las profundidades de un sueño,

yo lo buscaba en las nubes,

en la noche misteriosa,

en el canto de los astros,

en el campo de la luna,

en la frontera del cielo.

Con la luz del nuevo día

encontré dos corazones,

uno al lado del otro,

latiendo como uno solo.

**

Te sorprendí

al mirarte intensamente,

al proponerte una huida inesperada

a aquel lugar oculto

donde el mar furioso

a las rocas de espuma coronaba.

Te sorprendí

al abrazarte

frente al sol en llamas

que se hundía lentamente

en el regazo del agua.

**

En mi casa era al revés,

los fantasmas no salían

en las noches de tormenta,

ni andaban por los rincones

ocultos entre las sombras.

En mi casa era al revés

los fantasmas se sentaban

en la mesa de comer,

miraban por la ventana

la luz del amanecer.

Eran fantasmas pacíficos

no asustaban a nadie,

en el patio se quedaban

contemplando sorprendidos

el árbol de las naranjas.

**

Una tristeza antigua

cubre todos los silencios,

las palabras se despiertan

y respiran en la noche,

se pegan a las almohadas,

me dan golpes en la frente.

Sonámbula,

casi ciega,

recorro caminos de sueño,

voces,

rostros desconocidos,

imágenes que había perdido,

terrores de pesadilla.

Luces de la madrugada

me van cerrando los ojos.

**

Cuando la furia del viento

aniquila las palabras,

en sombras como cuchillos,

todo desaparece.

Solo queda una muchacha

asomada a la ventana

mirando al mar como un lienzo

donde las olas se mueren.

Busco huellas de los nombres

en las ruinas del pasado,

solo quedan los espejos,

el reflejo de los sueños,

cenizas en la mirada.

**

Aún no sé por qué

los pensamientos se enredan

y el eco de las voces

golpea tan duro las puertas.

Han volado a no sé donde

los pájaros de mi casa,

han buscado nuevos bosques,

las frutas ya no están rotas,

las madrugadas no cantan

y el silencio de las horas

invade todos los cuartos.

Una guitarra lejana

y unas campanas de iglesia

de algún pueblito vecino

sacuden la tarde muerta.

**

Una lluvia de pétalos

rojos de sangre amada,

una sinfonía de notas

mas allá de la distancia,

una mujer solitaria

mira por la ventana

con el corazón en llamas.

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Lilia Boscán de Lombardi ha publicado diversos libros de ensayo y crítica: Aproximaciones a la narrativa de Ernesto Sábato, 1978; Huellas en el tiempo. La poesía de Miguel Hernández, 1993; El fracaso de la libertad. García Lorca y la tragedia griega, 1994; y varios libros de poemas: Voces de la memoria, 1995; Surcos de origen, 2000; En el corazón del vértigo, 2002; Desde el signo que me nombra, 2008; Puertos de sombras, 2012; Paisaje interior, 2016.