
Por SOFÍA CRESPO MADRID
I.
¿Quién, si yo gritara,
me oiría desde las cortes judiciales?
Por el canto recorrí
los caminos de la fiebre
entre las fosas de las carpetas
el modelo siete veinte cero noventa cero treinta y cinco
en la oficina donde se tramita la solicitud de la solicitud
sobre el cuaderno explayado
país de procedencia
Ninguno
con copia compulsada de mis obsesiones
yo quisiera
un antecedente ahora mismo
un rastro
de las venas que quise dejar
frente a la puerta cerrada
del boletín oficial del estado
Ningún ministerio me impidió asistir
al prodigio del amor
ese espasmo breve
aunque en el buzón tardaba tu mano
la que no llegaba nunca
para empujarme hacia la vida.
II.
(TRISTIA)
Estudié la ciencia
de la despedida
sobre el remanso del sol
repetí el adiós
hasta desgarrar
el método
con resultados jamás idénticos.
Abrí el cielo
en la hora precisa
aparté de la separación
la mirada honda.
Las paredes nos excedieron
veloces
atrás quedaba la ternura
que dejamos
no tocaban las orillas sus olas.
Lloré como Ovidio sobre este manuscrito
yo di tu nombre a todas las cosas.
III.
Los cuerpos olvidarán su sangre/que crecieron lado a lado
en un garaje/ que su madre anheló cuidar un rosal
en el trópico ardiente/
y una niña les hablaba
y un niño les hablaba
Era yo
intentando comunicarme con lo que estaba para marcharse
como siempre
intentando prolongar la vida
(un poquito), con las mismas moléculas ingenuas/
No volverán a amarnos
si ya nos hemos ido
pues todos los migrantes
hicimos de esperar nuestro oficio
en el espolón del tiempo
No nos sentaremos a la mesa de nuevo
ni celebraremos
que mi padre nació
un veinticuatro de diciembre
y murió conmigo
lejos
no me permito revelar dónde.
IV.
Amor
que viajas todos los días
hacia la supervivencia
recorriendo las convulsiones
de la rentabilidad del nuevo credo
quiéreteatimismasobretodaslascosas
en otras palabras
te espero
Yo sé del instante
al que regreso
entre los mangos que ya no veremos
esmalte para el abismo
ocho horas más tarde.
V.
Febrero
no promete nada ni agiliza expedientes
colgamos
inermes
de las ramas
detrás del pudor
de los árboles que todo lo saben
Ya no hay propósitos novedosos
en la sucesión de los días
frente a este río
que no nos sirve de charco
sobre las súplicas de quienes caminan
Aquí los cisnes buscan dónde ahogarse
en la comodidad de su sentencia
el río muere y pasa porque si no no es río
y nosotras
¿callaremos ahora para morir después?
*Los poemas aquí reproducidos son los primeros del libro Aunque me extinga (Editorial Candaya, 2024), de Sofía Crespo Madrid (Venezuela, 1995). Prólogo: Aída González Rossi. Previamente, Crespo Madrid ha publicado los poemariosTuétano (2018) y Ayes del destierro (2021).
Noticias Relacionadas
El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!
Apoya a El Nacional