Papel Literario

Nuestro amigo común: «Taxi Driver»

por El Nacional El Nacional

Es cierto, como comentan los críticos, que la escena es lúgubre, lastimosa. “¿Me hablas a mí?”, se dice a sí mismo en el espejo Travis Bickle, tras apuntar a su propio reflejo con un arma. Roger Ebert dice que nunca se cita la siguiente línea, grave error, pues se trata de la esencia del personaje y, en última instancia, de la película: “Soy el único aquí”.

La historia de Travis es la de un solitario. Intenta aproximarse e interactuar con la gente alrededor en ese mundo bajo, ruin, perdido, y es tan desacertado que falla todas las veces. No tiene malas intenciones, su propia condición lo va torciendo hacia la frustración, la rabia, la venganza o el revanchismo. Finalmente y con la aparición de Iris, busca redimirse como lo hiciese Raskólnikov con Sonia. Dostoievski parece ser determinante en la historia pues algunos críticos han visto en Travis al hombre del subsuelo del autor ruso. Hay en Travis un instinto y una voluntad de autodestrucción muy vinculadas con el nihilismo que hace a los personajes de Dostoievski. El guionista Paul Schrader, colaborador asiduo de Scorsese, ha citado también como referencias La náusea de Sartre, El extranjero de Camus y la película Fuego fatuo de Louis Malle.

“El hombre que se mueve por la ciudad como por una alcantarilla; el hombre que está constantemente rodeado de gente, y sin embargo, no tiene amigos. El símbolo absoluto de la soledad urbana”, explica Schrader sobre Taxi Driver, escrito después de que deambulase deprimido e insomne por una temporada tras su divorcio. Este drama de pecados y redenciones, además de reflejar una crisis existencial, funciona como alegoría de la atmósfera social de los Estados Unidos tras la guerra de Vietnam.

Taxi Driver (EEUU, 1976). Dir. Martin Scorsese