Por XENIA GUERRA
Si la memoria es una exigencia es porque «Al final quedan las brasas». Se trata de uno de los versos de Marea tardía, el último libro de la poeta venezolana Rowena Hill, cuya poesía es reflexión y alegría del pensamiento en la memoria que exige a sus cenizas la vida en la palabra.
En los poemas de Marea tardía, la muerte es siempre posibilidad y como tal está siempre pensada del lado de lo que, a contrapelo, permanece vivo. No se trata, entonces, del imperio de lo muerto, sino de un siempre morir como enigma naturalizado: «Y ahora con las raíces/ me hundo en el barro de la fuente/ el oscuro humus que germina/ y descompone». Rowena Hill se hace funámbula sobre la lengua porque en ella reconoce la trampa que la palabra pone entre el nombre y lo nombrado para que las explicaciones caigan en sus transcripciones y el lector sienta, como una venganza privada de la poesía, el desvanecimiento de la representación de lo vivido, en el uso singular que la poeta hace de la lengua para dar paso a una realidad que irrumpe de la tensión entre subjetividad y pensamiento para que lo que va muriendo surja autónomo en los versos sin ningún interés de reemplazar a la poeta.
Si la descomposición puede percibirse como una experiencia poética es porque, como la palabra, se trata de aquello que le ocurre al ser, no porque seamos seres para la muerte, sino seres de la potencia, de un poder vivir en el desamparo de la vida misma liquidando el culto a la angustia para redimirse en otras posibilidades: la exigencia poética:
«…Se marcan aún los sitios
del deseo en mi cuerpo
pero su lumbre se está apagando
y en los puntos de generación
–coronilla garganta corazón–
se refracta por momentos un arcoíris.
Si el sol favorece
el bulto se siente entero».
Rowena Hill apunta en el corazón de la anécdota y hace volar en pedazos cualquier pretensión de romantizar y sacralizar la relación entre vida y muerte. Sus poemas se iluminan desde una historicidad que encuentra en el registro biográfico las ruinas de lo real, dispuestas a ser usadas en la lengua que el pensamiento convierte en poesía.