Papel Literario

«Entre luces y sombras: la fotografía en las relaciones internacionales»

por El Nacional El Nacional

Luces en la UCV

Es un privilegio conocer a una joven profesora que, en muy corto tiempo, se ha desempeñado de manera notable en la investigación de la comunicación en Venezuela. Se trata de la profesora Johanna Pérez Daza, quien en el mes de junio aprobó su tesis doctoral “Entre luces y sombras: la fotografía en las relaciones internacionales”, en el doctorado en Ciencias Sociales de la UCV. Acto académico que contó con la presencia de profesores de reconocida trayectoria universitaria y que en la foto de arriba aparecen de izquierda a derecha: Jesús María Aguirre (profesor de la UCAB), Gerson Revanales (embajador de carrera, está junto a Johanna), Tania Hernández (doctora en Ciencias Sociales, UCV), Félix Arellano (ex director de la escuela de Estudios Internacionales de la UCV) y este servidor, tutor de la tesis. El distinguido jurado acordó dar la calificación “excelente” al trabajo presentado “ya que constituye un aporte significativo de la influencia de la fotografía en la Comunicación Internacional Alternativa y asoma una transformación que viven esas relaciones internacionales, por lo tanto, recomendamos su publicación”.

“La fotografía podría ser esa tenue luz que modestamente nos ayudará a cambiar las cosas” (Eugene Smith)

Entre luces y sombras: la fotografía en las relaciones internacionales explica, en sus primeras líneas, su hilo argumental: la fotografía impacta los escenarios globales, incidiendo en la política internacional y el manejo de sus relaciones. La demostración de esta temática fue laboriosa y meticulosa. Se examinó la relación entre la agenda global y la agenda mediática en el período 2000-2015 a partir de un elenco de fotografías que recibieron tres prestigiosos premios: el Premio Pulitzer, el World Press Photo y el Premio Ortega y Gasset. Seguidamente se cotejó el análisis de las fotografías con la información obtenida en las entrevistas de los expertos en el área internacional, quienes identificaron cinco grandes temas de la agenda global: terrorismo, migraciones-refugiados, derechos humanos, conflictos bélicos y ambiente-desastres naturales.

“El país que vivimos no es el país que vemos” (Wilson Prada)

Reviste valor en este trabajo su abordaje “interdisciplinario” que conjuga los aportes de la Comunicología y las Relaciones Internacionales en torno a estos asuntos: cultura, identidades, globalización, actores transnacionales, intereses políticos y económicos, participación ciudadana y la opinión pública. Siendo más específicos, el enfoque “postinternacional” y la comunicación alternativa dialogan sobre su objeto de estudio: el fotoperiodismo. Diversidad de interlocutores participan en el escenario mundial, cambiante y dinámico, para tratar de influir en la política internacional. La “comunicación internacional alternativa” nos permite adentrarnos en prácticas democráticas y deontológicas del quehacer fotográfico. Propuesta comunicacional que fomenta la libertad de expresión, la diversidad cultural, la responsabilidad social del comunicador así como todas aquellas modalidades de participación que optan por poner en evidencia informaciones globales y locales que la misma agenda hegemónica y las corporaciones mediáticas evitan difundir para aparentar normalidad.

“Las fotografías alteran y amplían nuestras nociones de lo que merece la pena mirar y de lo que tenemos derecho a observar” (Susan Sontag)

Entre luces y sombras: la fotografía en las relaciones internacionales propone una categorización de la fotografía que sigue la misma línea de pensamiento de Susan Sontag cuando expresa que la fotografía es “una gramática, una ética de visión” y también de Joan Fontcuberta cuando señala que es necesaria la educación visual para motivar una lectura consciente de la sociedad. Y advierte: “Si las imágenes nutren nuestra conciencia más que nunca, debemos de establecer una distancia y ser responsables de cierta educación en la imagen”. Veamos, a continuación, los nueve usos de la fotografía que se exponen en este trabajo:

1) La foto punitiva identifica y criminaliza mediante evidencias.

2) La foto espectáculo es show y estereotipo, sobredimensión y deformación, imagen “viral” en el ciberespacio, atractivo y comercial para los medios de difusión, cine, televisión, impresos.

3) La foto tentadora es la que nos permite exhibirnos e inflar nuestro “selfie egotismo”. Posamos para sentir el placer de aparecer y que seremos vistos.

4) La foto emocional es la que conmueve, sin informar. Interpela a nuestras representaciones sociales, convicciones, creencias e imaginarios culturales.

5) La foto censurada: prohibida para la vista, por ende, será la más buscada y excitante, placer voyerista.

6) La foto comprometida con los cambios sociopolíticos.

7) La foto alternativa muestra lo que se ha censurado o no se quiere ver; es la foto que demanda sus propias estrategias de producción y circulación, sobre todo, en las redes sociales.

8) La foto creativa aborda temas globales y locales y confronta la realidad desde la dimensión artística.

9) La foto fabricada opera al margen de todo valor moral y principio deontológico: “intencionada y maliciosa se desliza sin pudor, despojada de escrúpulos. En ella, el fin justifica –y construye– los medios”.

“Una foto es siempre invisible: no es a ella a quien vemos” (Roland Barthes)

Entre luces y sombras: la fotografía en las relaciones internacionales se apoya en cinco premisas esenciales que fortalecen la teoría del fotoperiodismo desde la perspectiva occidental. Uno, la fotografía connota imaginarios, difunde ideologías, creencias, prejuicios y hasta posiciones culturales, políticas y estéticas que pueden impactar escenarios a escala mundial. Dos, la fotografía puede ser entendida como una alternativa comunicacional. Su máxima deontológica radica en informar-corroborar, considerar puntos de vista, denunciar y democratizar la imagen. Tres, la fotografía nos hace recordar el mundo en que vivimos, perpetúa hechos y circunstancias y aporta lecturas que deben interpretarse en su contexto histórico. Cuatro, se corrobora el vínculo que existe entre la agenda global y agenda mediática, según la información suministrada por los expertos internacionalistas. Cinco, la fotografía, desde la mirada interdisciplinaria, se enriquece con los debates de la sociedad postinternacional (James Rosenau, Elsa Cardoso y Vilma Petrásh), de la sociedad líquida (Zygmunt Bauman), de la sociedad red (Manuel Castells) y de la comunicación alternativa (José Ignacio Rey, María Fernanda Madriz, Raisa Urribarri), solo por mencionar algunos enfoques.

Cierro con una cita de Johanna Pérez Daza que “revela” las luces y las sombras de la fotografía en las relaciones internacionales:

“La fotografía no es ajena a las coyunturas, crisis y problemas que abren grietas en la piel de la sociedad. Por el contrario, la sensibilidad consustancial al medio exalta formas expresivas capaces de socavar la cotidianidad y la indiferencia. Funciona, simultáneamente, como antídoto y como estímulo, provocando reacción y estimulando respuestas que no esquivan los temas de la agenda contemporánea. La fotografía se reinventa y actualiza, desafiado el cansancio visual y la insensibilidad con la que la sociedad aborda y consume ciertos hechos noticiosos. Desafiar la inmunización ‘ante el dolor de los demás’ (tomando prestado el título del ensayo de Sontag), es un reto de la fotografía en general y del fotoperiodismo en particular”.