Apóyanos

Cuatro poemas de Ingeborg Bachmann

Ingeborg Bachmann (1926-1973) es una de las voces fundamentales de la literatura en lengua alemana. Poeta, narradora, ensayista, dramaturga, guionista y, en lo esencial, pensadora, fue reconocida con premios como el Georg Büchner (1964) y el Gran Premio de Austria de Literatura (1968). Ofrecemos una selección en traducción de Cecilia Dreymüller

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Lo que es verdad

Lo que es verdad no echa arena en tus ojos,

por la verdad sueño y muerte te piden perdón,

lo que es verdad mueve la losa de tu tumba,

en lo más profundo, aconsejado por tus penas.

Lo que es verdad, tan hundido, tan indefinido

en el germen o en la hoja, en la lengua indolente,

lo que es verdad no compra tiempo, lo nivela,

durante un año y otro año y toda la eternidad.

Lo que es verdad peina una raya a la tierra

desbroza el sueño, los laureles y el cultivo,

así hinchada y cargada de frutas recogidas

la verdad te hinca sus dientes y te bebe del todo.

Lo que es verdad no se suspende hasta el asalto

en el que quizás te lo juegues todo.

Eres su botín cuando se abren tus heridas;

nada te asaltará que no te delate luego.

Con los cántaros de hiel aparece la luna.

Bebe tu medida. La amarga noche cae.

Al plumaje de las palomas nieva la escoria,

si no se pone a salvo una sola rama de olivo.

Estás clavado al mundo, cargado de cadenas,

sin embargo, la verdad abre grietas en la pared.

Estás despierto y en la oscuridad vigilas,

el rostro vuelto hacia la salida desconocida.

**

Tras muchos años

En el arco solar reposa la flecha del tiempo.

Cuando el agave asome de la hendidura rocosa

será pesado en la balanza del viento tu corazón

que va al paso del deseo de cada momento.

Una sombra de nubes sobrevuela las Azores,

sobrevuela también tu pecho y su granate trémulo.

Aunque la muerte sea la aliada del instante,

tú eres la diana a la que apunta a ciegas.

Aunque el mar esté acostumbrado al brillo,

subirá su nivel por un puñado de sangre,

cuando tras muchos años florezca el agave

de las rocas al cobijo de la ebria marea.

**

Exilio

Un muerto soy que deambula

ya no inscrito en ninguna parte

desconocido en el reino del prefecto

que sobra en las ciudades de oro

y en el campo y su verdor

desechado hace ya tiempo

y provisto de nada

Solo con viento con tiempo y con sonidos

que entre los hombres no sé vivir

Yo con la lengua alemana

esta nube que me envuelve

y que conservo como casa

soy llevado a través de todas las lenguas

Oh, cómo se ensombrecen

los oscuros los tonos de lluvia

solo muy pocos caen

Hacia zonas más luminosas elevará entonces al muerto

**

En verdad

Para Ana Ajmátova

Quien nunca se quedó sin palabras,

y yo os lo digo,

quien solo sabe desenvolverse,

también con las palabras –

ese no tiene remedio.

Ni por el corto camino

ni por el largo.

Hacer sostenible una única frase,

aguantar en el ding-dong de las palabras.

No se escribe esta frase

sin que nadie la firme.

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Poesía completa

Trad. Cecilia Dreymüller

Editorial Tresmolins

Barcelona, 2018

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