El poema es una confesión que descubre y revela un sentir, un sentimiento único. Una posesión de mí, una certeza. Es esa voz confesional que se imagina a sí misma como unificadora de la experiencia.
El deseo es el hilo conductor en este poemario. El deseo está representado por una fuerza cosmogónica y telúrica que es Eros. Es misterioso, daimónico e inspirador. Es una fuerza siempre insatisfecha e inquieta, el deseo es insaciable. El deseo siempre insatisfecho mantiene al rojo vivo la llama de la pasión (Luis Buñuel).
Ocupa un espacio atemporal, oscuro, donde se presentan imágenes predominantemente visuales que liberan el deseo.
En relación a Eros se diferencian Hímeros, el deseo físico con presencia inmediata para ser atrapado en el calor del momento. Es material, carnal.
Anteros es el amor correspondido de unión e intercambio y Pothos, Pothos es el amor espiritual, el azul de la llama doble. O el componente erótico del espíritu. Es la añoranza. Es la fuente del amor. Es la fuerza motriz que impulsa al deseo como la porción de amor que nunca se satisface con la posesión real amorosa y real del objeto. Aquí lo misterioso, gótico, es el factor de fantasía que tira del carro donde Ananké, el destino, se manifiesta. Pothos es la flor azul del amor romántico que idealiza e impulsa nuestra deambulación. Es la astromelia de la portada de páginas interiores, de la mariposa que la poliniza, de la oruga que se transforma en mariposa que significa Psiqué en griego. Alma, aliento vital.
Todo este proceso lo vamos vivenciando en el desarrollo de este poemario-confesión y paralelamente el discurso interior de los grabados que apuntan por igual a la transformación, terminando en la última página con la mariposa libre.
Dime qué deseas, que añoras y te diré quién eres. Somos lo que alcanzamos… conseguimos. La imagen impulsada por nuestro errante.
“Si me enseñaras qué es lo inmaculado del cielo
abanico-río que soy
a orar entre el mar y la miel
tal vez mi destino fuera otro dentro del tuyo
(…)
El deseo da vueltas en pequeños círculos” (9).
“Un paño blanco
se extiende o se enrolla según aparezca el deseo
(…)
el deseo de amarte
y no amar al mismo tiempo” (11).
Víctima del encantamiento, Carmen nos confiesa:
“―Ven que te abrazo― Piensas
―Ya estoy adentro― Repites una y otra vez” (13).
El alma ya sabe:
“Conoces la Muerte
La excitas por dentro” (16).
Y un poco más allá:
“―Así nace el amor” (19).
“La fuerza del deseo nos arrodilla” (23).
“Joven raptor que en el cielo se vuelve oro” (29).
“Por un atajo el deseo se transforma” (33).
Cosas de Hímeros. Eros es oscuro, misterioso, pasional, amoral, cruel e inexorable. De poder devastador, polimorfo y proteico, inconmensurable. Un preámbulo del rapto. Canción gótica. El rapto de Core por Hades. Dios, el inframundo. Atmósfera de misterio. La Boda y el Castillo Encantado (enamoramiento). Son muchas las vivencias de lo femenino y Carmen las expresa como las múltiples caras, aristas, tonalidades y texturas de un diamante: jóvenes, ancianas, concubinas, esposas y prostitutas se pasean por las páginas de este poemario. Ya nos las anunciaba en el anterior poemario En el jardín de Kori. El libro está preñado de naturaleza, flores, animales simbólicos, tales como el cocodrilo, el leopardo blanco, los camarones. Son animales totémicos símbolos de poder y estatus.
Gracias.
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Magaly Villalobos es psiquiatra, terapista y analista junguiana venezolana. Profesora de mitología griega y psicología arquetipal. Miembro de la IAAP y de la Sociedad Venezolana de Analistas Junguianos (SVAJ). Autora de los libros: A puntadas. Cuadernos de mitología griega y psicología arquetipal (2006), Hilaturas: Hebras arquetipales 1, 2 y 3 (2010).
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