La maldición de Dacubarí tiene como objetivo traer sufrimiento y desgracia antes de morir cuando se la utiliza de manera negativa hacia una persona indeseada.
El conjuro fue invocado por el gobernador del estado Amazonas, Liberio Guarulla, contra el gobierno del presidente Nicolás Maduro, que decidió inhabilitarlo por 15 años para ejercer cargos de elección popular.
«Les aseguro que morirán sin tormento, les aseguro que antes de morir comenzarán a sufrir y su alma va a vagar por los sitios más oscuros y pestilentes antes de poder cerrar los ojos», advirtió Guarulla a sus adversarios.