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¿Volver a clases en octubre?

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Nicolás Maduro acostumbrado a realizar sus perplejas declaraciones que solo son aprobadas por su claque, reitera que en octubre regresaremos a clases presenciales.

Y si estimamos que la población académica de escuelas, liceos y universidades del país está por el orden de los 10 millones de personas, entre estudiantes, docentes, y personal educativo ¿cómo pretende el madurismo que semejante número de venezolanos sean vacunados para esa fecha contra el covid-19?

De hecho, si partimos que fueran ciertos los cálculos del madurismo que toda la población educativa estará vacunada para octubre ¿será que efectivamente están siendo vacunadas un promedio de 100.000 personas diarias en Venezuela? Y de ser así, ¿corresponde no menos de 80% de esa población a niños, adolescentes y jóvenes, que no son precisamente la población más vulnerable ante el covid-19?

Honestamente, ignoro cuáles son los procedimientos y bases científicas sobre las que se fundamenta Nicolás Maduro para asegurar que en octubre se retomarían las clases presenciales, pero evidentemente luce muy cuesta arriba tener semejante cantidad de venezolanos vacunados, máxime cuando hay que sobrepasar las 6 cifras diarias de personas inmunizadas en todo el paísl, para alcanzar en octubre semejantes propósitos de carácter social.

Y si las cifras de vacunación resultan bastante ambiciosas, más aún tomando el paso en que avanza tal proceso, tampoco podemos obviar que la situación se ha agravado en el país cuando ni siquiera las unidades de transporte público están recibiendo combustible, y no existe dinero en efectivo para pagar los pasajes, y los docentes continúan con «salarios» que en el mejor de los casos suman entre 3 y 5 dólares mensuales dependiendo de la «clasificación» profesional.

Tampoco hay condiciones de infraestructura física de la gran mayoría de instituciones educativas, al punto de que hasta la Universidad Central de Venezuela acaba de incendiarse en una de sus más importantes facultades, mientras que el abandono en que yacen los planteles adscritos con dependencia pública han sido prácticamente desmantelados, sin obviar que no tienen materiales pedagógicos, deportivos, de laboratorio, culturales y formación para el trabajo. Ni hablar de la destrucción de los espacios de cocina e instalaciones sanitarias.

Nuevamente, Nicolás Maduro presume de una especie de espejismo político con relación a la realidad social. La crisis educativa ha sido la más afectada porque, además de vincular a un tercio de la población de manera directa, requiere ser recuperada íntegramente para que el país encuentre una ruta de auténtica recuperación de la sociedad.

No es regresar a clases por decir que se ha regresado. Es comprender que la educación trasciende cualquier universo por ver estudiantes en las aulas. Si no hay condiciones sociales para estudiantes y docentes con un mínimo de condiciones humanas, todo lo que diga el madurismo será demagogia y bazofia política.

Que nadie sea engañado. Es imposible en este momento vacunar más de 100.000 personas diariamente en Venezuela, y por ende, también imposible regresar a clases en octubre de este 2021.

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