OPINIÓN

Vestidos de discreción

por Alejandra Jiménez Pomárico Alejandra Jiménez Pomárico

Pensar con poca prudencia atina en mi corazón la necesidad de ser discreta. Medito en la discreción como una joya que puede lucirse con cualquier atuendo, una alhaja que sea porque vas de fiesta o al abasto, te será de gran presencia y pulcritud.Se recorren veredas y caminos sin cargas y resultas cómo pozo que sacia la sed, de quién no resiste su aflicción. Te llenará de sabiduría por las historias no vividas,pero que destilan enseñanza, y afirmara tus pasos al momento de decidir para tu propia vida.

Ser reservado en el diario andar, te asegura un abrazo pacífico de almohadas por la noche, hasta que despunte el sol,y restringe la vulnerabilidad ante las trampas de ponzoñosas mentalidades réprobas, y ociosas de individuos estáticos y comentaristas. Es de sabios la prudencia, he visto gente de opiniones fuertes y grandes experiencias callar ante situaciones necias, vestidos de discreción, no por tener menos información o mayor autoridad, sino por apostar a la riqueza que solo el silencio refleja.

Cuando se es prudente te conviertes en oasis, no porque tu propio mundo esté en paz necesariamente, sino porque la guerra, o tregua interna está presta a escuchar belicosidades en corazones ajenos. Con el tiempo y periodos de presión te irgues como una torre, desde la cual se puede mirar muy por encima de la circunstancia y amar el proceso, a pesar de lo doloroso que sea. Ensanchas tu corazón en agradecimiento porque siempre podría ser peor una situación, y llaves de confianza te son otorgadas en corazones cuyos oídos siempre te escucharán.

Así, en tiempos de paz se es prolijo y en tiempos de conflicto se podrá caminar por campos minados y conservar todas las extremidades,solo si se transita con atuendos de discreción. Pasarán los gobiernos sin determinarte cómo agente de riesgo, aunque estés trastornando todo tu mundo alrededor, y en los lugares que dejes atrás,su gente te añorara solo porque goteras bienestar.

De tal manera que ejercitar un carácter prudente promete una brecha entre tú y tus enemigos,así como la esperanza de acompañamiento angelical,en las copas de los árboles en tu andar. Acaso como árboles no son aquellos individuos cuyas raíces son profundas y sus vástagos se extienden para dar sombra, coloridos y nutritivos frutos se degustan a sus pies. Sátiras a la maldad, porque no se doblegan a ella, ni enredan sus pasos al andar. Así son los prudentes de pensamientos y acción personas convenientemente reservadas.

Mas vale el aplauso del transitar del viento con y el crepitar foliar en tiempos de renovación, que acompañamientos indignos de quiénes hacen mal uso de la información. Promueve el bienestar y reposa tu cabeza confiado entre almohadas de gracia, para que oigas pasos en las copas de los árboles siempre a tu andar.

@alelinssey20