OPINIÓN

Venezuela: ¿Albania siglo XXI?

por El Nacional El Nacional

Foto: EFE

Un régimen marcado por una ilegitimidad reconocida por los gobiernos democráticos del mundo insiste en acorralar a los opositores, que no solamente parecen ser los hombres y mujeres que luchan por la libertad y la democracia en el país, sino también los gobiernos extranjeros que de alguna manera se han expresado en reconocimiento y apoyo a ese bravo pueblo que decidió luchar hasta el final para recobrar su libertad.

Desde el 28 de julio, cuando el pueblo dijo basta a la tiranía, la represión se ha recrudecido. Decenas y decenas de detenidos, muchos torturados y otros desaparecidos forzadamente llenan las cárceles del horror. Pareciera sin embargo insuficiente masacrar a los opositores, sino que van con todo en contra de la comunidad internacional. La amenaza permanente sobre la Embajada de Argentina, las limitaciones a misiones diplomáticas, la amenaza de invadir Puerto Rico con el supuesto apoyo de Brasil, según palabras de Maduro, y el anuncio renovado de la toma del Territorio Esequibo con la “elección” de un gobernador, definen el panorama de barbaridades.

Las reacciones han sido diversas. Brasil mueve efectivos militares a la frontera con Venezuela, la gobernadora de Puerto Rico responde a la tiranía, la Unión Europea y el Reino Unido anuncian más sanciones, mientras que 14 países de la región suscriben una declaración en el marco de la OEA expresando preocupación por lo que pasa en el país, condenando la violencia y exigiéndole a Maduro el respeto de las elecciones que ganó abierta y claramente Edmundo González Urrutia.

Estados Unidos también ha reaccionado de manera contundente con las declaraciones de Marco Rubio en el Senado. El secretario de Estado designado por Donald Trump quien asume la presidencia el lunes 20 ha calificado a la tiranía de grupo criminal vinculado al terrorismo: una amenaza a la seguridad de la región y de Estados Unidos. No se entiende en esa perspectiva que la administración Biden, ya de salida, haya sacado de la lista de terroristas a los gobernantes de la isla antillana sabiendo que Cuba ocupa Venezuela, exporta violencia y terrorismo a través del gobierno títere, ahora cúpula usurpadora del poder, encabezado por Nicolás Maduro.

La ristra de provocaciones del régimen venezolano parecen apuntar al aislamiento del país, como le ocurrió a Albania cuando era gobernada por el dictador Enver Hoxha, quien decidió convertirla en una república popular socialista y resultó aislada del resto del mundo, hundida en una miseria hasta que se liberó del sistema opresor comunista.

Maduro parece estar decidido, por iniciativa de La Habana, a conservar el poder a toda costa, a cerrar el país y convertirlo incluso con una nueva Constitución lo que han asomado ya en una Albania del siglo XXI en el Caribe, un experimento absurdo que ignora las nuevas realidades internacionales. Si esa es la decisión, pueden estar acelerando su hundimiento y el fin del llamado socialismo del siglo XXI, a un alto costo que una negociación sensata, aunque compleja, pudiera evitar y abrir la senda democrática.