OPINIÓN

Una nueva realidad geopolítica: Guyana potencia petrolera con nuestro petróleo

por Rafael Ramírez Rafael Ramírez

Hoy, lunes 8 de abril, vence el plazo otorgado por la Corte Internacional de Justicia para que Venezuela presente sus alegatos en el proceso que se sigue ante esta instancia multilateral para resolver la disputa entre Venezuela y Guyana por el territorio Esequibo.

El gobierno de maduro insiste en que no reconoce la jurisdicción de la CIJ sobre la disputa territorial, por lo que no presentará alegatos ante la Corte y el proceso seguirá su curso, sin la participación de Venezuela.

Es decir este organismo Internacional, del cual Venezuela es parte, decidirá sobre el diferendo en el Esequibo solo con los alegatos de Guyana, la cual seguramente obtendrá un fallo favorable a sus intereses y legitimará la ocupación de facto que hace del territorio. Ganarán por “forfait” están jugando solos en el terreno.

El proceso de despojo del Esequibo, ocurre sin que el gobierno de maduro haya hecho nada efectivo para defender nuestra soberanía sobre un vasto territorio de 160.000 kilómetros cuadrados que nos pertenece por derecho, que forma parte de nuestro territorio nacional desde que existíamos como Capitanía General de Venezuela en 1777 y luego como República desde 1811 y que fuese ocupado por el imperio británico desde 1814 hasta 1966, cuando otorgó la independencia a Guyana.

Lo que ha sucedido en el Esequibo, el despojo de nuestro territorio y la presencia de poderosas transnacionales explotando allí petróleo y gas, tiene implicaciones negativas muy importantes para nuestro país y el ejercicio de nuestra soberanía, no solo sobre el territorio y sus recursos naturales, sino sobre nuestra fachada Atlántica.

Habría que decir que Guyana, junto a las transnacionales petroleras, ha actuado a sus anchas ocupando el territorio en disputa a partir de 2013 tras la muerte del Presidente Chavez.

En sucesivos escritos he explicado al país, y así quedará para la historia, cómo la inacción del gobierno de maduro permitió que Guyana, a partir de 2013, emitiera sucesivas licencias de exploración y producción de petróleo a la Exxon Mobil, la Amerada Hess, la CNOOC de China y otras transnacionales en el territorio en disputa, sin hacer nada para detenerlo.

En ese momento había tiempo de hacerlo, las transnacionales solo hacían exploraciones, cualquier acción contundente del gobierno de maduro, en el ámbito diplomático o de defensa nacional, hubiese detenido en seco a las transnacionales, pero no fue así. El gobierno, en una mezcla de negligencia y desinterés, pero también favoreciendo sus propios intereses políticos, dejó hacer a las transnacionales, particularmente a la Exxon Mobil, lo que les dio la gana en el Esequibo a la vez que trataba de obtener el apoyo político de la administración norteamericana. Cambiaban soberanía por apoyo para sostener a maduro en el poder.

Recuerdo que la entonces canciller Delcy Rodríguez intentó sin éxito que la Exxon Mobil la recibiera en Nueva York, mientras que su sucesor en el cargo, el inefable Jorge Arreaza, comentaba que maduro intentaba una “jugada maestra” a costa de los más sagrados intereses de la Patria.

En mis actividades como Embajador del país ante la ONU y luego en escritos, actúe en defensa de nuestras posiciones y luego alertando y denunciando lo que sucedía en el Esequibo y los intereses que se movían con relación a este hecho tan grave, la inacción del gobierno que prefigura el delito de traición a la patria.

Desde el 2018 hasta hoy día he escrito más de 11 artículos que recopilan los hechos y que invito a revisar con tiempo y cuidado a los que aún les interese lo que allí sucede: Guyana, 17 de junio de 2018; La verdad sobre el Esequibo, 21 de septiembre de 2019; ¿Cómo llegó a la Corte Internacional el Diferendo de Venezuela con Guyana sobre el Esequibo y qué intereses lo impulsan?, 28 de junio de 2020; Nueva Asamblea Nacional: Diosdado, el pacto y el Esequibo, 10 de enero de 2021; A la Fuerza Armada Nacional: El Esequibo, 17 de enero 2021; La incapacidad del gobierno para conducir la defensa del Esequibo, 16 de abril 2023; No hace falta un referendum para defender la patria, 24 de septiembre de 2023; El Esequibo y el pacto secreto, 8 de octubre de 2023; ⁠¿Y después del referendum qué?, 19 de noviembre de 2023; El referéndum y la aventura militarista, 1 de diciembre de 2023; La defensa del Esequibo, 10 de diciembre de 2023 y La rebatiña de la patria, 11 de febrero de 2024.

Pero quisiera resaltar, para poner los puntos sobre las íes, que las transnacionales ni cayeron del cielo, ni se instalaron allí en El Esequibo por sorpresa una madrugada. La Exxon Mobil, Amerada Hess y la CNOOC, junto a otras transnacionales como Pomeron y Andarko, han operado libremente en el Esequibo entre 2013 hasta nuestros días sin que nadie los detuviera o hiciese nada por detenerlos.

A pesar de que nuestra Armada Bolivariana cumpliendo su deber detuvo, sucesivamente, en 2013 y 2018, los buques “RV Teknik Perdana”, de Anadarko Petroleum, y el “Ramfor” y “Delta Monarch”, contratados por Exxonmobil, que realizaban actividades de exploración para las transnacionales en búsqueda de petróleo, estas embarcaciones fueron devueltas a las empresas petroleras por instrucciones de maduro; pero lo hicieron junto a toda la data sísmica recabada ilegalmente, lo que le permitió a las transnacionales identificar con precisión el lugar para hacer sus perforaciones y conseguir los grandes yacimientos de petróleo en el área.

La posición genuflexa del gobierno de maduro, su negligencia en defensa de nuestra soberanía, favoreció la actuación de las transnacionales petroleras en el área, las cuales, sin problema alguno, han ocupado el territorio durante 11 años y  realizaron una vasta campaña exploratoria de petróleo, con más de 49 perforaciones costa afuera, en aguas del Esequibo, hasta descubrir reservas de más de 11.000 millones de barriles de petróleo en el campo Liza, ubicado en el bloque Stabroek. Estas operaciones petroleras tan grandes, no pasan desapercibidas por nadie.

A la fecha de hoy, en el Bloque Stabroek, la Exxon Mobil, la Amerada Hess y la CNOOC de China, producen 620.000 barriles día de petróleo y han proyectado que producirán 1,2 millones de barriles día de petróleo en 2027. Estas proyecciones no son “promesas” como las que hace el gobierno y Pdvsa, sino que se basan en una planificación de proyectos que se cumple sin dificultades; ni siquiera la actuación de Venezuela ha sido un problema para las transnacionales.

Así, en los próximos tres años, la producción de petróleo de Guyana se ubicará por encima de la producción actual de Venezuela, Colombia, Ecuador y México, convirtiendo a Guyana en el segundo mayor productor de petróleo de América Latina, sólo por debajo de Brasil.

Guyana se ha convertido en la nueva potencia petrolera a costa nuestra, con el petróleo de los venezolanos. Todos los organismos y publicaciones especializadas a nivel mundial, dan esto por un hecho. Guyana es el tema en el mercado petrolero internacional.

Esto le da una importancia estratégica extraordinaria a Guyana, donde ahora confluyen los intereses de Estados Unidos y China, dos superpotencias que se dan la mano para defender las posiciones petroleras alcanzadas por sus empresas en el Esequibo. La presencia de estas superpotencias atornillan a Guyana en el ejercicio de la soberanía sobre el territorio, una ocupación de facto.

Por otra parte, Guyana ha otorgado las Licencias petroleras, como el Bloque Stabroek, en aguas del Esequibo, en una extensión y proyección de su línea arbitraria en sus pretensiones sobre el territorio, en aguas de lo que ellos consideran que ahora es su mar territorial, bloqueando la salida de Venezuela al Atlántico.

Los bloques y las licencias otorgadas por Guyana a las petroleras internacionales, bloquean la salida, el libre tránsito, de Venezuela al Atlántico, algo increíblemente perjudicial para nuestra soberanía e intereses estratégicos.

El gobierno, de manera irresponsable, ha tomado el tema del Esequibo de forma tardía y sólo para su precampaña electoral, pero ni siquiera eso lo han hecho bien.

El referéndum del 3 de diciembre pasado, no tuvo ningún efecto sobre la disputa, ni sobre el proceso que cursa ante la CIJ y mucho menos logró que las transnacionales, ni siquiera Guyana, retrocedan en las posiciones alcanzadas.

El referéndum sólo ha servido para demostrar el tremendo rechazo popular del gobierno y para mostrarlo como un país con un discurso agresivo y militarista, que sin hacer nada efectivo, contribuye a fortalecer la posición de Guyana en el ámbito internacional. Venezuela luce aislada y débil por un torpe e improvisado manejo de este hecho tan grave por parte del gobierno.

El país político está inmerso en el tema electoral, en sus trampas y triquiñuelas, sus cuadres y peleas internas, mientras tanto, asuntos que comprometen nuestra soberanía y futuro, como la pérdida del Esequibo, pasan bajo la mesa.

En momentos de absoluta debilidad de la patria y de un pueblo desesperado, sin un gobierno que defienda nuestros intereses nacionales, las poderosas transnacionales petroleras norteamericanas y chinas se han instalado en nuestro territorio Esequibo, explotan nuestros recursos naturales, y nos despojan de la salida al Atlántico, cambiando el cuadro geopolítico y estratégico de la región, en detrimento de nuestro país y nuestras posibilidades futuras.

Todo ello ocurre en medio de la peor crisis de nuestra historia, con un país descuajado, sin instituciones, en el país del miedo, con un gobierno que hace lo que le da la gana, que no le rinde cuentas a nadie, aferrado al poder, mientras pierden la patria.