OPINIÓN

The Strangers: Chapter 1: todo lo que no se debe hacer en una película de terror

por Aglaia Berlutti Aglaia Berlutti

The Strangers: Chapter 1, de Renny Harlin, toma la premisa de la película de 2008 de Bryan Bertino y trata de explorar sus orígenes. Lo que la lleva a cruzar, casi sin querer, uno de los límites del cine de terror que se apoya en lo misterioso. El de sobre explicar, subrayar y revelar los secretos de su premisa, en un anticlimático guion que revela demasiado pronto sus enigmas. 

El tropo de la invasión doméstica y la pérdida de la privacidad, es uno de los más complicados de desarrollar del cine de terror. De Halloween (1978) que lo exploró a través de la violencia ciega en la pérdida de los espacios seguros — hasta la idea del miedo sobrenatural convertido en una línea infecciosa. Esta última premisa desarrolla en plena pandemia por Host (2020) de Rob Savage. Lo cierto es que la irrupción en lo doméstico y en especial, la vulnerabilidad convertida en terror, no es sencilla de mostrar. Mucho más, cuando se trata de un planteamiento acerca de horrores abstractos que rodean a la naturaleza humana.

Es por eso que The Strangers (2008) de Bryan Bertino, se convirtió en una mirada poco común acerca del tema de la brutalidad que sustrae de lo cotidiano. La historia de una pareja cualquiera que termina atacada y violentada por un trío de desconocidos con el rostro cubierto, desconcertó. Pero mucho más, se volvió en una mirada siniestra acerca del mal aleatorio. Después de todo, el argumento se basaba en una idea que, por posible, se hacía cada vez más angustiosa. En una de las escenas, uno de los atacantes dejaba entrever que lo ocurrido — la brutalidad de un acoso que terminaba en un asesinato sangriento — podría haberle pasado a cualquiera. No había grandes planes escondidos, tampoco un método. Solo la decisión demencial de infligir dolor y sufrimiento, sin que hubiese un solo indicio del motivo.

The Strangers: Chapter 1, de Renny Harlin, ignora ese último matiz y salta directamente a romper el pacto de misterio que suelen sostener a las mejores películas de terror. De hecho, la cinta — primera de tres que se estrenarán este año — comienza por tomar una decisión que la deslinda de la original. Y esa es, tratar de brindar contexto, identidad y sentido a las acciones de los asesinos enmascarados, centro de la trama. No solo hacerlo, sino además, profundizar en la posibilidad de dar coherencia a sus actuaciones, cuando justo, lo terrorífico de la propuesta era que no tuviera ninguna.

Una tibia versión del terror doméstico 

Pero The Strangers: Chapter 1 intenta, sin éxito, profundizar en la idea que el mal, debe tener algún sentido. O que el horror, al menos, debe conducir hacia algún lugar. Por lo que dedica una buena cantidad de tiempo y esfuerzo, a tratar de mostrar algunos matices nuevos de una historia de origen innecesaria.

Lo que es aún peor, que fractura el pacto del terror nacido de lo que no puede nombrarse o comprenderse de inmediato. Todas las trazas de incomodidad, incapacidad para explicar el mal y mucho más, el dilema sobre el azar temible, terminan por caer en el empeño de Harlin de sustituir la tensión de lo desconocido por clichés, segundas lecturas básicas y al final, una historia trivial que tiene más de reboot que de trilogía dispuesta a ampliar un universo.

Lo peor es que, en sí, la película no aporta gran cosa al contexto. Más allá de explicar y sobre explicar las razones por lo que tres desconocidos deciden matar no añade ni tampoco crea un giro novedoso a la cinta, conocida por ser una rareza que enlazaba la violencia gráfica con reflexiones acerca del bien y el mal, en una época confusa. Pero Harlin, decide ir en una dirección distinta y relatar el terror de una sola pieza y a partir de un único punto de vista.

Los errores que destruyen la tensión

En particular, cuando el centro de la narración es tan semejante a la película original como ser decepcionante. Maya (Madelaine Petsch) y Ryan (Froy Gutiérrez), son las víctimas que, esta vez, tendrán que lidiar con acosadores con instinto asesino. Pero el preludio, que intenta mostrar detalles sobre su vida, es tan plano que termina por ser una sucesión de información innecesaria. “The Strangers: Chapter 1” se esfuerza por crear las condiciones para un misterio que, al resolverse, mostrará el centro de lo macabro. Pero mientras eso ocurre, el guion pierde tiempo, solidez y detalles en crear una atmósfera que no logra mantener.

De hecho, una de las cosas que se lamentan de la cinta, es el sentido de la trivialidad —y en el peor uso del término — para crear el terror. Mientras se mantiene en los espacios domésticos, la película usa algunos tropos efectivos a nivel visual, como convertir pasillos y habitaciones en lugares condenados por el miedo y la posible matanza. Pero en una decisión inaudita, el director parece más interesado en escenas banales, en exteriores, que en darle sentido y poder a lo que ha hecho a esta franquicia conocida.

Para su mediocre final, la cinta deja algo claro: a pesar de sus intentos por resultar efectiva, es mucho más un experimento fallido que una película que realmente rinde tributo a la historia de la que procede. Un punto complejo que hace de The Strangers: Chapter 1 una trama prescindible de lo que intenta ser una saga del cine de género.