OPINIÓN

The end

por Eugenio Fouz Eugenio Fouz

«Cada frase es un problema que la próxima frase plantea nuevamente» (Adolfo Bioy Casares).

La Redacción de El Mundo Today hace público un video informativo acerca de las consecuencias inmediatas del brexit (salida de los británicos de Europa) para los europeos y también para los ciudadanos británicos. El titular de la noticia reza así: «Triunfan las academias para desaprender inglés gracias al brexit«.

A pesar de que la noticia resulta alarmante, el tono de desenfado al que nos tiene acostumbrados el diario de corte inglés ibérico sorprende a los lectores por la gravedad del asunto que trata esta vez. Quizás podrían haber esperado un tiempo los redactores del diario español antes de tratar un tema tan delicado en Europa como es el uso habitual de la lengua de Shakespeare que habíamos asumido tan bien. El video -por cierto, sin fechar- de una duración de dos minutos ahonda en la problemática social de los ingleses abandonados a su suerte en países europeos y otros lugares del planeta. En la grabación se aprecia la insatisfacción de algunos nativos de las islas británicas al probar de nuevo la gastronomía de su tierra después de haber conocido las maravillosas comidas de países mediterráneos y ya se cuestionan repetir el referendum para poner las cosas en su sitio.

Aunque de refilón, El Mundo Today toca temas de gran relevancia en la actualidad como es el futuro de Eurovisión, las vacaciones de sol, alcohol y playa de los jóvenes ingleses desinhibidos en el sur de Europa, la pertenencia de Murcia o Gibraltar (no queda muy claro en la grabación) a la corona británica y la salida de un señor inglés de la pérfida Albión. No obstante, la peor parte de la noticia es el hecho de la caída de una lengua de nivel 1 (lingua franca) a una categoría inferior, un idioma de cuarta o quinta clase.

El gesto de desmarque político de los intereses comunes europeos por parte del Parlamento británico aleja todavía un poco más a los hijos de la Gran Bretaña de los hijos de la sabia y, hasta hace apenas unos meses, paciente Europa.

Esta desagradable situación no se veía venir. En serio. La mayoría de los ciudadanos europeos vivían -vivíamos- inmersos en el laissez faire de la moda anglosajona de los anglicismos, las abreviaturas, los deportes pasajeros y las fast food. La gente acudía en masa a los coffee bar, chateaba todo el rato en el Whatsapp y se preocupaba de que la batería de su smartphone se mantuviese con carga. Muchos hombres, mujeres y jóvenes se compraban ropa en outlets, elegían modelo slim, skinny o mínimo, y los viernes planeaban el week-end más cool del mes. Hubo quienes se apuntaron al casual Friday (vestir informal de los viernes), a las series de la BBC de Netflix -je je, yo aquí sí-, tomaban brunch con los compañeros de trabajo en lugar de ir de tapas y quedaban para una sesión de spinning en el gym o unos minutos de running la mañana del domingo. Vale, pues ahora con el brexit, todo esto se acabó. The end.