Los últimos acontecimientos acaecidos luego de la instalación de la Asamblea Nacional de Maduro con sus diputados fraudulentos han resultado en un bochornoso acto, al que la comunidad internacional reaccionó inmediatamente con un mayor aislamiento para el régimen. Tanto la Unión Europea, Estados Unidos, Canadá, Japón y la mayoría de los países del continente han reiterado el reconocimiento a la Asamblea Nacional elegida en 2015, «como última expresión de la democracia en Venezuela».
Créanme que esta situación sobre el apoyo del mundo libre a la AN democrática de 2015 no va a cambiar. Es posible que con el transcurso del tiempo se modifiquen incluso las autoridades de la AN y su presidencia, pues los venezolanos no tenemos vocación monárquica. En algún momento esto va a suceder, pero en términos generales no va a cambiar el respaldo internacional a la figura de la Asamblea Nacional democráticamente elegida. Eso ocurre porque esta institución representa una forma de resistencia pacífica que al mundo libre, léase los países democráticos, le interesa sobreviva al régimen de Maduro. Probablemente sigan surgiendo nuevas formas institucionales de resistencia pacífica, no es descabellado que una gobernación tome el mismo camino que la Asamblea Nacional, o una alcaldía, los concejales, de eso se trata la resistencia pacífica, de no obedecer a una autoridad ilegítima que además es inconstitucional y que, peor aún, está denunciada por crímenes de lesa humanidad.
La resistencia pacífica se nutre de instituciones creadas de manera paralela a los regímenes dictatoriales y que de hecho son muy necesarias. Es una situación que genera estrés en estos sistemas, al punto de caotizarlos y llevarlos a un límite donde tienen que negociar el cambio político a favor de la democracia. Ha ocurrido en Suráfrica con Mandela y en la India con Gandhi.
La existencia de instituciones paralelas al régimen dictatorial presenta al mundo opciones morales y éticas de modo que la comunidad internacional pueda establecer tratos, arreglos, salvaguardas y protecciones para los miembros y las comunidades que representan, que en este caso son los venezolanos que creemos en la democracia y la libertad.
Maduro hace alarde de una toma de posesión en el Palacio Federal, pero quienes hemos trabajado allí sabemos que los colectivos o brazos armados del gobernante chavista ya tienen tiempo con el palacio tomado por la fuerza; sin embargo, no ha sido problema para que los diputados sesionen porque lo hacen en forma virtual, algo que es legal en Venezuela y en todo el mundo.
En Estados Unidos los congresistas hacen sus sesiones en forma virtual debido al covid-19. Tanto este virus como los colectivos de Maduro son formas tenebrosas de riesgos para la vida, así que reciben el mismo tratamiento tecnológico. De ese modo, la Asamblea Nacional sigue sesionando y haciendo leyes. Este tipo de acto de los diputados es una muestra de resistencia pacífica tangible y loable. Ahora quiero detenerme un poco para explicar lo que significa la resistencia pacífica.
El término de resistencia pacífica está vinculado esencialmente a varios hitos recientes de nuestra historia: el primero de ellos es el movimiento de independencia de Gandhi, el segundo es el movimiento de derechos civiles de Martin Luther King, el tercero de los hitos es el movimiento contra la guerra de Vietnam y el cuarto el movimiento antiapartheid de Mandela. Claro que hay otros momentos de la historia que pueden ser considerados como resistencia pacífica, pero estos cuatro son los más conocidos.
De qué se trata la resistencia pacífica, esencialmente es una estrategia que busca la desobediencia civil como forma de cambio político, se trata de no colaborar con el gobierno porque se considera que tiene prácticas injustas o algo peor, es una dictadura, tal es el régimen de Maduro. En principio, el objetivo de toda acción de resistencia pacífica no es en sí obtener algún resultado de inmediato o cambio, sino causar disrupción, interrupción, sorpresa, es una acción que tiene una naturaleza pública y viral.
La resistencia pacífica se nutre de las protestas, por lo mediáticas que son. Podemos hablar del caso del movimiento contra la guerra de Vietnam, que fue bastante exitoso porque los manifestantes protestaron de forma masiva, tomaron edificios públicos, manifestaron multitudinariamente, ejercieron la desobediencia civil, muchos de estos manifestantes fueron a prisión y aplicaron la máxima de Thoreau, un norteamericano que podemos decir es el padre intelectual de la filosofía detrás del pacifismo como resistencia.
A mediados del siglo XIX Thoreau se negó a pagar unos impuestos atrasados porque se oponía a la guerra americana contra los mexicanos y también a la esclavitud, esa fue su forma de protestar; entonces, la autoridad lo envío a la cárcel. Fue liberado por un pariente, pero escribió que “bajo un gobierno que encarcela injustamente a cualquiera, el hogar de un hombre honrado es la cárcel”, así que para un pacifista que ejerce resistencia no le es ajena una cárcel.
En Venezuela hemos tenido mucha resistencia pacífica. Probablemente sin querer o sin saber, hemos ejercido de forma sistemática la resistencia pacífica en cada acto que ha hecho la oposición democrática, porque esencialmente quienes se han enfrentado al régimen de Maduro son personas ejerciendo su derecho a protestar, muchos de ellos han sido apresados y otros hemos sido golpeados. Es un método complejo que requiere paciencia, tiempo, sacrificio y un conjunto de medidas de autocontrol, porque lo que no puede hacer alguien que ejerce la resistencia pacífica es responder con violencia. Si te golpean debes poner la otra mejilla, pero eso sí, que todo el mundo se entere, porque esa es la fuerza que tiene la resistencia pacífica, es el poder de la gente y su fe inquebrantable en el derecho y la justicia.
Quienes ejercemos la resistencia pacífica sabemos el poder que tiene la comunicación, así que es necesario publicar todo acto de resistencia pacífica y viralizarlo, la no violencia es fundamental y esto desequilibra a un régimen dictatorial que está armado y es violento.
Para que sea efectiva una resistencia pacífica, sus promotores y líderes deben tener un altísimo nivel ético, porque es la forma de alimentar el espíritu de lucha de sus seguidores. Es el caso de Gandhi, de Mandela y de Martin Luther King, ellos eran inobjetables, no había manera de vincularlos con la corrupción, que es la forma que emplean los regímenes dictatoriales para desmotivar a los seguidores, cuando difunden noticias y publicaciones de sus líderes envueltos en actos de corrupción, pues nadie querría estar con un líder corrupto que habla en nombre de la no violencia y la resistencia pacífica.
Destruir la resistencia pacífica es el objetivo de una dictadura porque es su mayor enemigo. Una tiranía como la de Maduro prefiere una resistencia armada porque le da la oportunidad de presentarla como una amenaza terrorista, puede justificar cualquier medio para atacarla, pero además genera solidaridad en grupos. Ahora bien, sería muy diferente con la resistencia pacífica, porque es el tipo de estrategia que los desarma y lleva al enfrentamiento espiritual, terreno en el que quedan descubiertos como criminales.
Son miles los venezolanos, no precisamente políticos sino gente común de los barrios, que figuran en el informe de Bachelet por haber sido asesinados o desaparecidos forzosamente mientras hacían resistencia pacífica. Ellos se han convertido en una fuente muy poderosa para la búsqueda de la verdad y la justicia y con el tiempo van a tener la atención adecuada de los medios de comunicación, porque la gente entenderá las ventajas de la resistencia pacífica y empezará a apoyar.
Algunas personas con las que he conversado piensan que el camino es una resistencia armada… ¡desde que vengo escuchando esto! Cuántas personas han sido utilizadas sirviendo de escudos o chivos expiatorios para ideas que solo pueden triunfar en las mentes de sus difusores. Muy poca gente quiere asociarse con la idea de una resistencia violenta porque históricamente ha demostrado ser más ineficaz en producir los cambios.
En este párrafo final quiero comentarles del maestro de la resistencia pacífica: Jesucristo. Su historia está cargada de momentos de enseñanzas sobre cómo proceder frente a los objetivos de cambio cuando el desafío es un poder humano del tamaño de un gobierno o un imperio.
Es así que entendemos que un líder de la resistencia pacífica no puede temer al poder, y la forma de enfrentar la oscuridad es siendo y convirtiéndose en luz, por esa razón la enseñanza cristina es fundamental. Esto quiere decir que la principal característica de un líder de la residencia pacífica es la transparencia, es el tipo de energía que mueve el motor de un movimiento de resistencia pacífica, es el tipo de combustible que energiza la voluntad humana.
La residencia pacífica es un entorno ético y moral, porque hablamos que lo integran personas dispuestas a dar su vida por ideas, ellos son los que se sacrifican, son los que aguantarán la embestida de un régimen molesto, porque cuando se implementen las tácticas de resistencia pacífica, como por ejemplo dejar de pagar los impuestos como Thoreau o crear una gobernación paralela, esto va a ocasionar una reacción del poder, en este caso del régimen de Maduro.
También la Constitución Bolivariana de Venezuela prevé y ampara la resistencia pacífica en sus artículos 333 y 350, que estipula el derecho a la desobediencia y el derecho a resistencia a la opresión del Estado, así que con más razón los venezolanos podemos apelar legal y constitucionalmente a la resistencia pacífica.
Quiero dar algunas ideas de tácticas de resistencia pacíficas efectivas, por ejemplo, ahora que estamos en la era digital, pudiera ser que en vez de dejar de pagar impuestos compartamos una información que avergüence al régimen, por ejemplo, que muchas personas compartan una foto de un ser querido donde se puedan ver los efectos de la desnutrición producto del hambre y colgarla en la red con un hashtag para que todo el mundo vea los resultados de la gestión de Maduro; otra idea es la imagen de un ser querido que haya fallecido como consecuencia de la falta de medicinas, imaginen el impacto que produce si esto se viraliza. Somos conscientes de que es una realidad en nuestro país, pero además la gente que puede ayudar a Venezuela necesita ser informada, sensibilizada y motivada, ver miles de rostros de personas afectadas por políticas del régimen coadyuvarían o ayudarían a incrementar las sanciones contra Maduro y la cúpula rojita, también apoyarían la gestión de Bachelet y la Misión de la ONU, para que tengan más fuerza cuando presenten sus casos sobre Venezuela en los foros internacionales. Es un tema de densidad, de impacto viral, y así sucesivamente surgen ideas espontáneas que alimentarán una cadena de acciones con el fin de ejercer más presiones sobre la dictadura de Maduro para que sea obligada a cambiar políticamente. En este caso lo que queremos son elecciones libres, de eso se trata el cambio político a través de la resistencia pacífica.
Espero que el post haya sido ilustrativo y ayude a comprender una vía para lograr el cambio que necesitamos los venezolanos. Me despido hasta una próxima ocasión, en El Nacional.
https://www.youtube.com/watch?v=Xo3TBS1h7sU&feature=youtu.be
@estebanoria