Cohesión y coherencia
¿Estamos creciendo como sociedad venezolana para entender en dónde estamos, con quién estamos y contra quién estamos? ¿Para qué o por qué luchamos? ¡Éstas son las preguntas que al hacérselas nos permitirán armar el rompecabezas! Sus correspondientes correctas respuestas nos ayudarán a explicarnos, de la imagen completa resultante, lo que sucedió, lo que ha estado sucediendo e incluso lo que está por suceder, con base en cómo administremos las actuales circunstancias que atravesamos, junto a la dirigencia política, nacional e internacional.
¿Seremos todos los ciudadanos rehenes de lo que ellos hagan o dejen de hacer? Efectivamente debemos asumir, proactivamente, que no será sólo opinar, sino activarnos de inmediato y a través de nuestros propios mecanismos para exigirles unidad a los partidos políticos, coherencia y compromiso de Estado, con lo realmente estemos comprometidos en bien de la liberación nacional, el bienestar de la sociedad y la justicia.
Nosotros, venezolanos unidos como organizaciones ciudadanas de todos los tipos: sindicatos, gremios, asociaciones empresariales, asociaciones de profesionales, civiles y militares, activos y retirados, congregaciones religiosas, logias, asociaciones vecinales y fundaciones académicas, y aún en medio de tal diversidad, tenemos que asumir la cohesión necesaria de los diversos componentes que, aún en acciones tácticas diversas, nos mantenga unidos dentro de una estrategia compartida.
Todos cuantos participaron en la Plataforma Unitaria Democrática y del Comando Con Venezuela, con el cual derrotamos a la dictadura hace apenas seis meses y medio en las pasadas elecciones presidenciales del 28 de julio de 2024, estamos obligados a recrear un frente nacional por la libertad y la justicia, por lo cual debemos redoblar esfuerzos al mantener nuestras alianzas en bien del propósito superior de salvar a Venezuela.
De asumir la Presidencia y el ámbito internacional
El asumir mandato popular de la elección del 28 de julio 2024 es un deber constitucional y de respeto a la soberanía popular para Edmundo González y Maria Corina Machado. Por ello les escribí la pasada semana sobre que debemos líbranos de cualquier sujeción, de centro de poder o influencia que se lo impidan. E incluso recomendé que para María Corina si ello implica, como en efecto lo creo sobre esta estrategia, salir del territorio provisionalmente para reorganizar su acción política, debe hacerlo. Este deber no puede ser soslayado con explicaciones más o menos espumosas o confusas, que rayan en irrespetuosas hacia quienes entienden claramente que la fuerza represiva organizada la detenta la tiranía, y que al pueblo venezolano no se les han dado claras razones sobre cuáles condiciones ellos esperaban estuvieran dadas para asumir la esencia de sus atribuciones; para las cuales fue electo Edmundo González con el directo apoyo popular, y de la electoral especial María Corina Machado.
Debemos prestar mucha atención al campo internacional, y en consonancia con nuestros objetivos libertarios y democráticos atender a la realidad de naciones hermanas de Colombia, Brasil, Ecuador y Guyana, especialmente en Suramérica. Cuba, Nicaragua, Panamá, República Dominicana y Haití en Centroamérica y el Caribe. México, Estados Unidos y Canadá al Norte de América. Gran Bretaña, Francia, España y Portugal, en Europa.
Caso elecciones parlamentarias y regionales en Venezuela.
¿Quién tiene la razón en cuanto a participar o no en las elecciones parlamentarias y de gobernadores y alcaldes convocadas por la tiranía? Es extrañamente cierto que dentro de variadas opiniones, podemos encontrar que cada una tiene su porción de acierto y de error, en este crucial tema. Las circunstancias específicas, y el cálculo político de lo que podemos avanzar o arriesgar, en la forma de lidiar con ese obstáculo que se nos presenta la neonarcotiranía para la consecución de nuestros objetivos, tenemos que superarlo. Veamos:
Ya hemos pasado antes por esta encrucijada de si asistir o no a elecciones que, convocadas por la tiranía, con todo el ventajismo con el que sabemos las manipulan; sin embargo, desde el error cometido antes al no hacerlo, repensemos si dejándoles el campo de absoluto manejo de las mismas, sin otra alternativa clara que se nos plantee de inmediato en los próximos dos meses. Como una acción de resistencia, bien planificada y asumida por todos, podríamos enfrentarlos nuevamente para mantenernos dentro de la batalla electoral específica en cada región, manteniendo nuestros objetivos de disputarles el poder nacional junto a nuestra mayor arma que es el apoyo popular, pueblo a pueblo, ciudad a ciudad, estado a estado.
Tampoco podemos tomar esto como un asunto sacramental o religioso. En estas horas, esto es un asunto táctico y pragmático. De principios morales no se trata. Con ello podemos caer en una trampa de mutuas acusaciones, dentro de los que estén a favor o en contra de asumir la confrontación electoral nuevamente como parte de nuestra estrategia, pero ojo, sin ser la única. Dividirnos es el peor servicio que se le haría a nuestra causa de liberación y recuperación de Venezuela.
Si antes nos convino participar en primarias, para ir luego a elecciones presidenciales organizadas por la tiranía, aun con la supresión de nuestra candidata que, escogida con más de 92% de los participantes, esta igualmente participó y efectivamente les ganó dichas elecciones con su cara de María Corina recorriendo todo el país para pedir el voto para quien ella con el pueblo hizo ganador: Edmundo González. Así quedaron obligados a “salir en cámara» “cuando quedaron grabados por la vigilancia del pueblo venezolano mostrando una servilleta de resultados como ¡ladrones de la elección presidencial pillados frente al mundo!
Discutamos rápida y efectivamente lo que nos conviene, o por qué nos conviene el enfrentar de nuevo a la tiranía en ese campo electoral que, aunque fangoso por como lo enloda la tiranía, se nos puede dar mucho más viable en este momento para mantener la movilización popular y el avance hacia nuestros objetivos. Ante las realidades de la situación actual, de una Maria Corina rehén, y que no quiere salir del territorio para rearmar una estrategia de geopolítica mundial desde el exterior, me pronuncio por esta alternativa de participar unidos en la batalla electoral que nos presenta la tiranía.
Al provocarle más desgaste o esfuerzo (a la tiranía) de tener que concentrarse en dicho terreno, no seamos excluyentes de las distintas formas o tácticas que nos permitan reagrupar fuerzas. De ser lo más coherentes y unidos en esta fase podremos replicarle una estruendosa derrota electoral al régimen, al obligarles a responder sobre los requerimientos de sus actores regionales y locales ante el pueblo. Ello no sólo les complica dicha consulta electoral al régimen sobre quién quiere lo gobierne en los distintos estados y municipios de la geografía nacional, sino frente a un Poder Ejecutivo Nacional al que ya se le ganó, podría reunificamos para ganar fuerza hacia el cobro de tal victoria. El narcorégimen espera que nos dividamos ante el escenario electoral que nos plantea; y no solo apuesta a ello sino que se empleará a fondo para lograr dividirnos, y colocar sus alacranes, comprando voluntades de cara a controlar todo el territorio.
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