OPINIÓN

Oxigonio ZEDE: inversión, desarrollo social y amplitud biotecnológica

por Javier Vivas Santana Javier Vivas Santana

El conocimiento científico consiste en discernir una estructura o gestalt que indica una coherencia en la naturaleza; esta estructura es una integración de muchos elementos particulares que forman una visión singular y constante, es, a su vez, un modelo que nos puede guiar hacia una lógica de nuevos descubrimientos

Miguel Martínez Miguélez – Nuevos Fundamentos en la Investigación Científica

Los propósitos de las Zonas de Empleo y Desarrollo Económico (ZEDE) en Honduras cuando son proyectos estrictamente planificados se encuentran articulados por diferentes variables políticas, económicas, sociales, culturales y ambientales, que, a la vez, se extrapolan por diferentes mecanismos de conocimiento y producción que se transforman en factores sujetos y eficientes por mantener y consolidar una praxis de orientaciones que en la dinámica contemporánea del progreso se sitúan en un oxigonio: inversión, desarrollo social y amplitud biotecnológica.

I Inversión

Nada es posible sin inversión, es decir, sin inyección de recursos financieros y materiales; que posteriormente se concretan en las ideas, pensamientos, habilidades y destrezas de los seres humanos, convertidos en profesionales y trabajadores.

Así, las ZEDE, implican en primera instancia, millonarias inversiones que sólo a través de grandes capitales son posibles sus ejecuciones, pero que para ello, son necesarias otras acciones por parte de los gobiernos o Estados, fundamentados en la seguridad jurídica y en el ejercicio de políticas públicas que complementen estas inversiones, tales como la garantía de eficientes servicios públicos, y la consecución de decisiones que faciliten la instalación de un mayor número de captaciones que sean generadoras de progreso y bienestar.

La inversión de las ZEDE se ratifica cuando se observan no sólo las ejecuciones de infraestructuras, sino en todo el intercambio comercial que se genera y multiplica por cada fase que se va ejecutando, y cuya actividad económica se dinamiza en un contexto de 360 grados cuyo diámetro se irá ampliando en la medida que exista reciprocidad en cada inyección de capital; lo cual, es propio de la iniciativa privada, y no de los Estados, porque, éstos por lo general, sucumben ante orientaciones de mal inversión, despilfarro de recursos, o líneas inadecuadas de acciones políticas y sociales; es decir, siendo ésta, probablemente la más repetida contrariedad de los gobiernos en sus acciones de lo que llaman “justicia social”.

En tal contexto, la inversión de las ZEDE, y entre muchas, la que se está llevando en proyectos de envergadura, como el caso de Honduras, entre tres de ellas: Próspera, Ciudad Morazán y Orquídea, gravita sobre la base de esas millonarias ejecuciones financieras en sus distintos ámbitos, razón por la cual, su principal fortaleza está en la consecución y la garantía de la seguridad jurídica, pero que pudiera verse afectada, si precisamente, decisiones inadecuadas o de conflicto desde el poder político, en vez de considerar a las ZEDE como aliadas, sean vistas como enemigas, y por ende, fuera de una visión de Estado, cuando en realidad, sólo facilitando y aumentando las inversiones es posible multiplicar el diámetro de ese tamaño económico, donde las naciones asiáticas y China son los principales referentes, y ésta última, máxime cuando el ex presidente Dean Xiaoping abordó desde finales de los 70 senda reformas económicas, las cuales permitieron innumerables inversiones sustentadas en las denominadas Zonas Económicas Especiales (ZEE), las cuales Zottele (2013) describe:

Para ello generó un sistema basado en cuatro modernizaciones: Agricultura, Industria, Ciencia y Defensa. El sistema contenía políticas de apertura y cambio, como la introducción de la propiedad privada empresarial y la descolectivización de la propiedad y del trabajo de la tierra. El planteamiento fue, básicamente, realizar reformas para mejorar el sistema anterior y para generar crecimiento económico, con base en la estabilidad política y social.

Entre estas reformas figuran algunas de singular importancia:

Por ello, si China, y la mayoría de Asia han encontrado la mayoría de sus inversiones con Zonas de Empleo y Desarrollo Económico; es obvio que una planificación transversal que comprenda la inversión desde su origen y hacia los factores que las aumentan y las multiplican como en el continente mencionado; es el propósito de inversión que ha surgido con las iniciativas ZEDE de Próspera, Ciudad Morazán y Orquídea en el caso de Honduras.

II – III Desarrollo social y amplitud biotecnológica

Hablar de desarrollo social es el ejercicio in situ de la soberanía ¿Y que es la soberanía? Es el contexto legítimo de políticas públicas e iniciativas privadas que se han articulado para fortalecer y mejorar las condiciones de vida de sus ciudadanos. Es decir, son vacías y mentirosas aquellas palabras que hablan de “soberanía” manipulando el significado para ejercer sus acciones anti-ZEDE, o de anticapitalismo; más cuando hasta el mundo avanza hacia nuevos estadios de cosmoestadismo; es decir, incluso un nivel superior al propio capitalismo. Verbigracia; pretender que el desarrollo social se alcance sin tecnología, o que la tecnología por sí sola, genere desarrollo social, sería un episodio contradictorio en el espacio geopolítico, geoeconómico, y geobiológico.

Imposible desligar estos espacios, y aquí en este punto, es donde cualquier retórica o campaña de desinformación queda convertida en inedia pensativa; porque asocia sus razonamientos cómo si el desarrollo per se pudiera encajar en una sociedad separada de los grandes avances tecnológicos.

De hecho, en estos tiempos corresponde llevar adelante procesos constantes del pensamiento complejo hacia los nuevos descubrimientos que son la fortaleza de cualquier proyecto, empresa, o sobre lo que son las ZEDE. Resultaría un fracaso, pretenden regirse por principios o investigaciones conductistas, ante un mundo que requiere de la creatividad, articulada con las herramientas que nos brinda la tecnología separarlas, pensando que esas serían las condiciones “ideales” de los avances que requiere la humanidad, y que sobre un proyecto, como por ejemplo, el que se adelanta en Próspera (una de las ZEDE de Honduras), algunos, básicamente desde posiciones políticas, rechazan, porque siguen anclados en doctrinas entre la denominadas edad media y edad moderna, e incluso confunden historia contemporánea, con lo que actualmente estamos viviendo desde la historia de amplitud biotecnológica.

Desde esta perspectiva, para encontrar la regeneración del pensar que ante los planteamientos negacionistas de los espacios que se necesitan para alcanzar otros niveles de desarrollo que vayan hacia una humanidad distinta, máxime ante el contexto de América Latina, conviene repasar lo que Vivas (2017) nos indica:

La epistemología positivista, no sólo es dogmática en relación con el posicionamiento del conocimiento, “intelectualmente científico”, porque cuando pregona y asume la verdad e inviolabilidad en la episteme de su método, se convierte en una doctrina con profunda secularización; verbigracia, somete a la ordalía a cualquier intento distinto por la investigación que no sea llamado a lo que han llamado la “comprobación” del conocimiento, o en equivalencia de palabras, quien no piense como ellos, su pensamiento no tendrá cabida en el mundo de la “ciencia”. El positivismo en un marcado tiempo de protuberancias científicas llega a ignorar sus orígenes (des)asociación con el tiempo y la amplitud de los significantes y significados que para lamento de sus defensores, hoy su teoría y praxis se encuentran bajo un manto “sagrado” de bigardías y entelequias. (p. 77)

De hecho, las ZEDE, o cuando menos, los proyectos que se desarrollan desde Honduras están consustanciados con la visión integral de las ciudades productivas en todos los ámbitos del quehacer humano. No son una simple inversión buscando un posicionamiento económico que genere ganancias a sus inversionistas en un espacio circunstancial para solo implementar una validación de plusvalía. Por el contrario, asocian que los tiempos de biotecnología son la clave para encontrar otros parámetros de bienestar social, que no sólo están circunscritos en la generación de empleos, sino que éstos son parte de las inversiones indispensables para que el desarrollo social sea integral en todas sus connotaciones de vida; entendiendo que ese desarrollo social no es político, es económico.

En la medida que se comprendan los procesos de amplitud biotecnológica; en esa misma medida se podrá comprender que el ser humano es quien promueve, orienta y ejecuta las acciones del porvenir, más cuando éstas buscan la sintonía con resolver las necesidades que se van originando en todos los espacios de la sociedad. Allí está la esencia del puente entre el desarrollo social y la amplitud biotecnológica en que cada inversión sea sobre la base de espacios que integren todas las características y necesidades humanas, y que también éstos dentro de ese espacio sean las fuerzas motrices que no cesen en su creatividad.

El desarrollo social de las ZEDE es de amplitud biotecnológica porque precisa que la evolución será permanente, y no estará en la estaticidad del conocimiento, porque sería contraproducente para alcanzar los niveles de la felicidad humana. Quienes no comprendan que la filosofía y la historia son retóricas cuando no son extrapoladas ante los grandes avances biotecnológicos, jamás comprenderán la esencia de lo que significa el desarrollo social del siglo XXI.

Las ZEDE son el oxigonio indispensable para encontrar un mundo mejor, un mundo más humano: inversión, desarrollo social y amplitud biotecnológica.

@vivassantanaj_  

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El autor es doctor en Educación – El ensayo corresponde estrictamente con una visión del investigador y no necesariamente con posiciones de las organizaciones mencionadas.

Referencias

Martínez, M. (2014). Nuevos fundamentos de investigación científica. Trillas

Vivas, J. (2017). La regeneración del pensar y las texturas del pensamiento generadas por la epistemología de la trans-onto-complejidad. Apeiron

Zottele, E. (2013). China: 30 años de reformas y disminución de la pobreza. Políticas especiales y base ideológica. Orientando. Universidad Veracruzana.   https://www.uv.mx/chinaveracruz/files/2013/02/2-china-30-anos-de-reformas-y-disminucion-de-la-pobreza.pdf