OPINIÓN

Obreros de Hiram Abiff: La inmortalidad del alma

por Mario Múnera Muñoz P.G.M. Mario Múnera Muñoz P.G.M.

El tema de la inmortalidad del alma ha sido siempre un factor de discusión entre los seres humanos no religiosos. La Masonería es una Institución que tiene por base el conocimiento en los “Símbolos”, los cuales contienen todo en lo que se basa el estudio de la masonería iniciática. Hay que tener en cuenta que la Masonería es una institución que se basa en la razón, la cual hay que trascenderla para “comprender” el contenido de los símbolos, por lo tanto es lo que llamamos un sendero “Iniciático”, o lo mismo espiritual. En esto nos diferenciamos de las religiones en general, y no somos religión, no contenemos dogmas o libros. Hay un respeto máximo por las creencias religiosas, que incluso, los miembros de la institución profesan diferentes religiones, que sus creencias no chocan contra nuestros principios. En nuestras reuniones, está presente un libro de la ley de acuerdo a la creencia religiosa del lugar. Cuando se fundó la primera gran logia en Inglaterra, las primeras leyes y normas masónicas fueron elaboradas por protestantes, y le incluyeron un libro de la ley, presente en la sala de reuniones. Esto todavía persiste, a diferencia de la Gran Logia de Francia, que se separo de Inglaterra y abolieron los libros de la ley y la palabra Gran Arquitecto del Universo. Para que exista una religión, debe contener un libro de la Ley o sagrado y un dogma. Considero que la masonería no es atea, como pretenden muchos en calificarla, solo que nosotros estudiamos, investigamos muy a fondo de donde provienen las religiones y el porqué de su existencia, sobre todo no tenemos un Dios antropomorfo. Las religiones son necesarias en el mundo, y han existido desde que el ser humano habitaba en las cavernas, aunque no lo crean, tenían sus creencias sobre Dios, les llamaba la atención de donde provenía todo, y en su estado de consciencia, consideraban que la naturaleza era una manifestación del Creador, y se valía de ella para castigarlos o premiarlos. Su primer Dios fue “El Sol”, que les proveía, en primer lugar la Luz, el calor y consideraban también la vida. Las religiones, en nuestro nivel de estado de conciencia, son muy necesarias, porque nos sirven de arquetipo para conectarnos con la Gran Energía Universal. En la masonería no tenemos dogmas, porque los mismos limitan el conocimiento del “Todo”, el dogma se cree y punto. El Mason no cree, comprende, de ahí que los grados de la institución en su proceso de busca del conocimiento, se les llama “Grados de Comprensión”, por lo tanto no son para dar estatus y preponderancia, mientras más grados, mas bases de conocimiento para comprender. Los grandes filósofos de la antigüedad le llamaron a ese espíritu que le da vida al ser humano “Alma”. La religión Cristiana considera que el ser humano está compuesto de: cuerpo (físico), alma (emocional) y espíritu. Esta comprensión de nuestro ser la comparto. Nuestro cuerpo físico, es el medio en que se manifiesta el no manifestado, o sea la Gran Energía Universal trascendida, que no es la energía normal del Universo, es la Energía Creadora que sostiene al Universo con sus Leyes. Es nuestro Espíritu. El que es inmortal. Porque somos parte de esa Gran Energía. Cuando nos referimos al alma, comulgo con esta corriente Hindú, donde se refiere que el alma contiene los archivos de nuestra existencia, y para los que comprendemos que vivimos muchos ciclos de vida para trascender este plano de contrición, los llama “Archivos Akashicos”. Es una memoria, como lo describe el mundo moderno de alta tecnología, como un “disco duro”, conteniendo todo nuestro historial de ciclos de vidas, nuestras experiencias incluyendo todo nuestro conocimiento adquirido. Esta me da a comprender, que cuando nos ocupamos, en un ciclo de vida, de buscar conocimiento, sabiduría y elevar nuestro nivel de estado de consciencia, en el próximo ciclo de vida venimos con ese nivel. Esto lo podemos observar en los grandes Avatares que nos han visitado como los Maestros Buda, Jesús, Melquisedec, Moisés y muchos otros que nos han dejado una huella imborrable de conocimiento y sabiduría, que si regresan a este plano, es para guiarnos, pues ya lo han trascendido, han llegado al estado de “Iluminación”. Sostienen los que predican esta comprensión de los archivos o Registros Akashicos, que es como una gran biblioteca de información energética de lo que es y será el Universo del cual somos parte. Esto me lleva a la comprensión, que nosotros venimos a este plano a aprender lo “Aprehendido”, todo está escrito en nuestro ser, solo tenemos que develar toda esa sabiduría contenida allí que nos lleva a la trascendencia de nuestro ser. Nuestro “Espíritu” es el eterno, porque es inalterable y absoluto, somos parte del Gran Todo. El adjetivo Akashico viene del idioma sanscrito “Akasa”, que significa “Eter”, que es la energía que penetra todo el Universo, baña el Universo, contiene las acciones cometidas a lo largo de los tiempos. Es como un libro de la vida. Su información es la que ayuda a la evolución de las consciencias, es “conocernos a nosotros mismos y encontrar la paz interior”. En algunas civilizaciones, estos archivos reciben diferentes nombres, a saber: Islamismo, la Tabla Eterna. Egipcia, Tablas de Thoth. Y en la Maya, también se llama Tabla  Eterna. Para mi comprensión, estos archivos me sirven para abrir consciencia, conócete a ti mismo. Siguiendo con el punto de la inmortalidad del alma, ya sabemos en esta reflexión que es el alma. Claro está, mi gran respeto al que piensa lo contrario, todos tenemos un estado de diferente de nivel de consciencia y comprensión, y es muy valido el que piensa diferente, es su verdad y merece todo mi respeto. Lo eterno es nuestro espíritu. ¿Es diferente nuestro espíritu al “Espíritu Santo”?. Es una pregunta que es muy difícil dar una respuesta, pero trataremos de dar una buena comprensión sobre este punto. Al Espíritu Santo es al que nos dirigimos para que nos cubra con su Luz, y no tiene nada que ver con una postura física o un lugar especifico. Nuestro espíritu, es la morada del Espíritu Santo, solo que cuando llegamos a este plano físico, venimos velados de este conocimiento, porque estamos sometidos a la ley de la dualidad, la cual vamos trascendiendo a medida que abrimos consciencia, y comprendemos esta gran verdad. Y la gran Verdad es, como somos morada del Espíritu Santo, nuestro espíritu se hace uno con El. Aquí comprendo las palabras de nuestro Maestro Jesús: versículo 30 de Juan 10: “Yo y el Padre uno somos”. En 1 Corintios 6:17, Pablo dice: “Pero el que se une al Señor, es un solo espíritu con Él”. El espíritu humano es la parte incorpórea del ser humano, es el aliento del Espíritu Santo, somos uno con El. Los libros sagrados de las religiones, son simbólicos, y también contiene mucho conocimiento y sabiduría.