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Nicanor, el veedor ciego

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Captura de pantalla

Nicanor Moscoso Pezo es un economista y contador público ecuatoriano. Presidió el Tribunal Supremo Electoral de su país y en 2005 fue uno de los “idearios” -así lo recuerda- del Consejo de Expertos Electorales de Latinoamérica (Ceela, no confundir con Cilia). 

Este tipo de organizaciones son consideradas en el ámbito electoral internacional como observadores zombis, se lee en un post del periodista Eugenio Martínez. En estos veinte años desde su fundación, el Ceela ha estado presente en 140 procesos electorales. Entre ellos, lo destaca Moscoso, el más reciente de Rusia donde Vladimir Putin fue reelecto una vez más, y el recientísimo de Venezuela, con el consentimiento, claro está, del Consejo Nacional Electoral del señor Elvis Amoroso. 

El 26 de julio, ya en Caracas, Nicanor Moscoso fue entrevistado en Venezolana de Televisión, el canal público propiedad del partido de gobierno. En este video Moscoso deja meridianamente claro que el Ceela, a diferencia de otros organismos internacionales, no emite criterios políticos sino solo de técnica electoral. El Ceela tampoco emite opiniones públicas. “Nosotros en todos los países entregamos nuestros informes a la entidad electoral, que los  utiliza para con nuestras recomendaciones ir mejorando los procesos en el futuro”. Concedámosle, por unas cuantas líneas, que Moscoso y el Ceela no son observadores zombis.

El Ceela destinó a la veeduría electoral para los comicios del 28J a 12 de sus apóstoles –perdón, expertos–  que, según Moscoso, pudieron cubrir 300 mesas de votación: 25 per cápita, las suficientes para confirmar lo que había que confirmar.

El 29 de julio Moscoso, que se exime de expresar opiniones públicas, concedió una entrevista al programa radial ecuatoriano Un café con JJ  en la que comienza por convalidar el rechazo a los acompañantes invitados por la oposición venezolana –“solo buscaban relajo”– para la cita del 28 de julio (el gobierno de Maduro no los dejó pasar del aeropuerto), y concluye diciendo que lo de la “señora Machado” es un montaje político.

El resultado es el que es. El que anunció sin data alguna Amoroso el 29 de julio en la madrugada y que Moscoso –se supone que antes del informe respectivo del Ceela– da por bueno. A sus entrevistadores, un tanto despistados con lo que sucede en Venezuela, les dice además que todo estaba normal en las calles del país, sin protestas y con celebraciones del oficialismo.

El Ceela es uno de los soportes de “veeduría” de Maduro. A pesar de que solo reina la tranquilidad –no hay detenidos, ni desaparecidos, ni asesinados–  los servicios del organismo de Moscoso fueron requeridos para la mojiganga del 18 de agosto en la burbuja electoral del CNE.

Se ponen la misma gorra que los magistrados del TSJ, las mismas chaquetas, idénticos guantes blancos, se cubren boca y nariz con tapabocas similares y verán los mismos papeles que Amoroso envió sin prisa y sin verificación alguna al tribunal electoral.

Zombi se usa como sinónimo de atontado. Moscoso no lo parece, sí un ciego a conveniencia.

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