En temporadas presentes se tienen momentos escasos para meditar algunas cosas, sin embargo, saltan a los ojos las palabras que han de hacer mella y dejen algún significado adicional. Es así como los mugrones se gestan para enraizar una nueva arista del pensamiento que en las condiciones apropiadas producirá un individuo fructífero de características apropiadas.
La oportunidad me permite navegar en la concepción en sí de un mugrón, el cual para que exista es estrictamente necesaria la presencia de una planta primigenia con buenas y bien nutridas ramas que son escogidas y extendidas apropiadamente, tanto así, como para alcanzar el nutritivo suelo. Al estar allí el tiempo suficiente, la información interna y externa de la planta se conjuga para producir raíces, las cuales se fortalecerán poco a poco y alcanzarán a ser el sostén y filtrar nutrientes pertinentemente, todo con la única misión de procurar otro individuo vegetal.
Tal cosa se constituye una técnica muy interesante que podría aplicarse a ciertas rutas de pensamiento. Cavilaba en aquello que ya percibimos fuerte, crecido y lleno de vitalidad; la suficiente como para que de una de sus extensiones al contacto con la tierra devenga en multiplicación. Sin duda, requiere un ejercicio voluntario, constante y consciente de lo que conviene, sin carga que abrume, pero con la suficiente consistencia como para generar hábitos y obtener beneficios.
La identificación de esas fortalezas útiles será la clave para procurar una verdadera y natural multiplicación quizás no donde se quisiera inicialmente sino donde es saludable y fluirá natural, para luego ver florecer su diversidad y fructificación. Bajo dichas ideas hoy, antes de pretender entender o haberlo logrado, procuro arrebatar ese adicional en busca de prosperidad, lo planteo sometiendo todas mis fortalezas a tierra con una sumisión total al Creador esperando que de aquellos que una vez fueron turiones, broten mugrones fuertes y valientes que crezcan para fructificación.
@alelinssey20
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