OPINIÓN

Memorias históricas y sus incidencias en los derechos humanos 

por Pensar Educativo Pensar Educativo

Por Javier Vivas Santana

I Aspectos generales          

Discernir ante hechos y espacios que han marcado las memorias históricas de las dictaduras de Chile, Argentina y Colombia, así como hechos políticos y naturales que han originado violaciones de derechos humanos en el resto de América Latina, como parte de un complemento de exposiciones del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (Clacso), con una connotación cartográfica y de construcciones narrativas cuyo decurso desde la edad media hasta la contemporaneidad requiere de (re)plantear estos hechos en todas sus dimensiones, en los cuales, más que un análisis requiere una interpretación comparada entre pinturas y representaciones digitales, narrativas con pluma y escritos con la llamada inteligencia artificial o respuestas tecnológicas.

Las violaciones de derechos humanos en América Latina ha sido una constante en lo que fueron las dictaduras del siglo XX, y siguen siendo una aguda pronunciación en las voces de millones latinoamericanos que además de continuar sufriendo contra el hambre, la pobreza y la migración en pleno siglo XXI, deben huir de sus naciones ante las constantes rupturas de sus leyes, donde la Constitución de naciones como las de Cuba, Nicaragua y Venezuela son “interpretadas” siempre en conveniencia de los intereses de quienes se mantienen en el poder, y en donde incluso aquellos que pudieran hacer críticas a tales gobiernos por tener salarios miserables, o tener que vivir en precarias condiciones de servicios públicos, pueden ser causales de ir a la cárcel por ser “fascistas”.   

II Connotaciones posicionales de las autoras sobre las memorias históricas

Cada una de las cinco partes, sobre las cuales, las autoras detalles sus posicionamientos  en relación con el decurso y las relevancias geopolíticas en América Latina sobre violaciones de derechos humanos, y en apoyarse de las nuevas aplicaciones y tecnologías con el propósito de romper atavismos geo-históricos, que resultan de máxima transformación para el estudio y la connotación socio-política y antropológica de la contemporaneidad, es un canal que implica rupturas, y complementos que serían necesarios para una quintaesencia histórica.

En tal contexto, López sobre los desequilibrios o importancia de la memoria histórica señala (Seminario Espacio y Memoria, 2020, Parte I 8m,20s):  “La pregunta es si después en el trabajo, de en su construcción como espacio de memoria ese uso previo va a ser recuperado como que, o sea, que rol va a jugar este antecedente, y es super interesante, porque cuando yo comencé a trabajar en la Villa Grimaldi, teníamos, había toda una reconstrucción que se remontaban incluso, a la época precolonial, entonces, al final hubo en mucho debate, decir que hay cosas…habían (SIC) – {1} – un segmento, que podríamos decir de historia que tenía que ver con ese territorio y con esa localización o con esa infraestructura, en realidad no era relevante, para lo que nosotros queríamos construir ahí”.

O sea, la autora acepta que parte de lo que han sido las investigaciones de memorias históricas, o violaciones de derechos humanos, no necesariamente están aglutinadas o enmarcadas en aquellos territorios considerados centrales, porque resulta evidente que las periferias o espacios poco investigados o citados, fundamentalmente por historiadores, no siempre están en la relevancia de lo que han sido los registros y narrativas, porque en esencia son las narrativas y las cartografías – generadas por los pueblos – los que tendrían mayor peso en la (de)construcción histórica de las naciones, y por ende, para determinar hasta qué punto tales (des)asociaciones son las que pudieran generar una mayor aproximación en las escaleras de memorias históricas.

Por ello, Guglielmucci sobre la necesidad de encontrar en los testimonios las fuentes primarias de las memorias históricas indica en su primera parte de explicaciones epistemológicas (Seminario Espacio y Memoria, Parte I 2020, 12m, 54s): “Es muy importante, en primer lugar, reconocer qué archivos, qué fuentes hay. Digamos, que testimonios ya han dado la personas…tener una noción de que conocimiento se ha producido hasta ahora.”  Es decir, comprende la investigadora que toda investigación histórica debe partir de las fuentes generadas por los protagonistas en relación con memorias históricas, y de esta manera iniciar desde espacios no complementados o inéditos sobre los procesos que se han marcado desde y hacia con la historia en todos sus niveles, máxime aquellos vinculados con violaciones de derechos humanos; y lo que en haría una prosecución de hechos que puedan confirmar o generar aquellas acciones desconocidas, precisamente por no priorizar los testimonios como fuentes indispensables del conocimiento histórico, y que serían una generación de nuevos archivos, contextualizando las antiguas realidades con los soportes y ventajas que pudieran soportar las nuevas herramientas digitales.

Así sobre la materialidad, la misma autora nos indica cómo ha sido la evolución de las memorias históricas argentinas y sus vinculaciones en los planos de cada época (Seminario Espacio y Memoria, Parte III 2020, 5m, 45s): “Si por ejemplo en el caso del Olimpo, aparecieron los héroes patrios de vuelta. Aparece la figura de San Martín que antes era impensable que apareciera en un primer momento, no estaba mucho más ceñido a lo que ha sido la disputa de los de los 70; después empiezan discursos o narrativas históricas con mayor profundidad y que van a las gestas nacionales”. Verbigracia; desde esta concepción de entrelíneas es evidente que la historia también configura sus propios estadios. De hecho, lo que en la edad media y moderna era en óleos o pinturas, y luego llega a las pantallas de televisión, ahora en el siglo XXI se expresa con la tecnología, y las aplicaciones que las autoras mencionadas destacan como parte de lo que en la contemporaneidad resulta indispensable para los nuevos espacios y formas de acercarnos a nuestra historia, y sobre los hechos que han marcado y serán las imágenes como fuentes indistintas del quehacer ante cada hecho en sus distintas dimensiones del antes, presente y después de la vida de nuestros antecesores de vida, así como sus impactos y referencias para reescribir los pensamientos, pero también como habrían sido esas realidades; si aplicamos en sus espacios geohistóricos los nuevos esquemas digitales, es decir, otra materialidad en el concepto y deconstrucción de la memoria histórica, que pudiera ser hasta desconocida en sus orígenes y evoluciones.

Ahora bien, las autoras de manera pragmática, apartando los aspectos filosóficos, epistemológicos e incluso de territorialidad en sus contenidos de (d)evolución geográfica, asumen la creación de mapas, sin determinar, las anunciadas aplicaciones como fundamentales para esa nueva entronización y nomenclatura, aunque sí citando el apoyo de la gente, y la población en tales diseños. De esta manera,  López (Seminario Espacio y Memoria, Parte IV 2020, 5m, 22s) menciona: “Las cartografías participativas que se han estado haciendo; en algunos casos, han habido (SIC) – {2} – algunas experiencias, esto va un poquito más allá del espacio individual, entendido como el memorial, el sitio de memoria, extra ciento de atención, o lugar de memoria que está muy bien emplazado y bien delimitado en una ocasión, porque son una cartografía que van a ver el origen, probablemente rutas de memoria…”; es decir, con esta valoración de otras construcciones de mapas desde la memoria histórica colectiva, se pretende establecer estudios comparativos, básicamente con conocedores del tema, y que tengan suficientes aportes testimoniales, que puedan generar desde sus propias experiencias, progenie, o afines, una neonarrativa que pueda dar a conocer en esa cartografía, puntos como: irrogar, sevicia, marabunta y hasta la relación entre lo avieso para unos y la protervidad para otros,  que en todo caso han originado un martirologio ese contexto de memoria histórica y política, y que debe ser detallado en distintos espacios, según lo explicado por la autora, y desde lo cual, más que establecer o determinar un conjunto de albores para con las víctimas de derechos humanos, sería una correlación y una estructura que amplifique nuestras nomenclaturas y lexis ancestrales, modernas y contemporáneas de la historia.

III Interpelaciones

Si bien la narrativa de las autoras de manera consuetudinaria, refuerza el incardinar de la sociedad, mor su historia, y por ende en el devenir; tales aspectos se configuran en un oxigonio de narrativa escrita, testimonial y tecnológica; que a su vez es la fuente primordial de los estudios en casi todos los requerimientos de las ciencias sociales; razón por la cual, quedan implícitas algunas interrogantes ¿Es suficiente el planteamiento pragmático para los estudios históricos sin tener estos una base epistemológica, precisamente de ese orden de nomenclaturas (d)evolutivas geo-territoriales? ¿Cómo pueden sostenerse “aplicaciones” en ámbitos metodológicos que se apoyan en los testimonios sin determinar las características psico-sociales de sus protagonistas, salvo por algunas razones los vinculen como “protagonistas” o “participativos”? Hasta dónde es posible que la cartografía, por sí misma, demuestre que las periferias o centros son las memorias históricas que marcan y determinan a individuos o grupos de éstos, cuando el sitio es un referente, y no una referencia en la narrativa de violaciones de derechos humanos, o sea, ¿qué es más importante, el lugar o la acción vivida?

En síntesis, las violaciones de derechos humanos en América Latina, necesitan más que una descripción o neo narrativa, desde la visión académica se hace indispensable correlacionar, analizar y (de)construir en todos los tiempos y con mayor incidencia, causas y consecuencias del por qué, todavía las democracias siguen violando principios constitucionales y jurídicos de aplicación universal, y con máxima gravedad, porque regímenes neototalitarios disfrazados de democracias, han devenido en sistemas peores que las dictaduras del siglo XX.

Referencias

Guglielmucci, Ana y López, Loreto. Seminario Espacio y memoria. (4 de junio de 2020). Clases 3 y 4

Notas

{1 – 2} Indispensable lectura para aclarar citas de la ponente y necesario para aquellos que no desean establecer sobre el habla -escrita u oral – una cultura del quid pro quo: https://www.aporrea.org/ideologia/a246053.html