La semana que termina ha dado lugar a palabras y hechos de distinta naturaleza, pero todos ellos con el potencial de influir en el proceso político nacional e internacional.
El repulsivo comportamiento de los agentes de Miraflores ante la mesa de negociación de México ha trascendido ya los límites de la confrontación política para convertirse en una insultante falta de respeto no solo hacia el sector de oposición representado en el cónclave sino también hacia el facilitador (Noruega), hacia Países Bajos (Holanda) en su carácter de “amigo” y –lo peor de todo– ante el público venezolano que tiene puesto en esos encuentros alguna esperanza de encontrar el camino que normalice la difícil situación que atravesamos. Incluir al “diplomático venezolano Alex Saab” en la delegación gubernamental… ¡qué riñones!
Se juega con la situación procesal de unos sujetos sometidos a la justicia de diferentes países con la cual se pretende obtener –según algunos– ventajas en la posición negociadora o –como para quien suscribe– provocar el colapso de un proceso a través de lo que se ha dado en llamar “patada a la mesa”. No se puede dejar de reconocer que quienes así se están comportando han tenido la maquiavélica habilidad de colocar a sus adversarios en la posición de perder-perder. En efecto, si la oposición indignada se levanta de la mesa pierde y si por el contrario permanece en la mesa soportando tanta asquerosidad también pierde.
Quienes –como es suscrito– hemos apoyado la opción dialoguista en el entendido de que no existe otra alternativa viable estamos hoy al menos titubeando si no será que otra vez hemos sido objeto de la misma maniobra engañosa que en su momento nos fue aplicada en Oslo, República Dominicana y Barbados. En todo caso, mientras se resuelve ese dilema, continuamos preguntando a quienes sostienen posiciones más extremas cuáles son las alternativas a la luz de los recursos disponibles para hacer triunfar nuestra visión de la Venezuela que queremos.
Tómese nota de las insólitas situaciones que hoy enfrenta la usurpación: a) Alex Saab, a quien pretenden sentar en México, es objeto de un proceso de extradición entre Cabo Verde y Estados Unidos, ambos países democráticos con instituciones que funcionan. Diga lo que digan Jorge Rodríguez y sus mentores rusos/cubanos, Venezuela no tiene ni voz ni voto en cuanto al destino de ese señor como para poder sentarlo en México, sea cual fuere la condición que se invoque. Distinto al caso de Freddy Guevara, pues dando muestra de su irrespeto a la división de poderes, el régimen apresa o libera sin pudor alguno a dirigentes políticos o ciudadanos de a pie para utilizarlos como fichas de intercambio en su juego político. b) El Pollo Carvajal: ayer aliado y hoy “traidor” de la “revolución”, su destino depende de la justicia española y de la norteamericana, cuyas independencias constitucionales y reales están fuera de duda. c) Rafael Ramírez, otrora niño mimado del comandante eterno, ante cuyo altar ofreció el sacrificio de la Pdvsa “roja-rojita”, hoy trata de eludir la extradición solicitada a Italia nada menos que por la Venezuela chavista aduciendo que de ser esta concedida el pobrecito sería sometido a persecución política. Tal vez no le vendría mal un poco de “justicia” revolucionaria.
Los casos anteriores, a cuenta del ingenio popular venezolano, reciben ya el nombre colectivo de los legendarios “tres tenores” (Pavarotti, Domingo y Carreras) dado el potencial de “canto” que seguramente exhibirán a la hora de la chiquita.
Antes de terminar estas líneas no queremos dejar de reseñar y comentar el caso que se vivió este pasado martes en el estado de California, el más poblado de Estados Unidos, donde con toda normalidad, con la pacífica obtención de todas las firmas requeridas, en día de trabajo, sin cerrar escuelas ni militarizar nada, se llevó a cabo un referéndum revocatorio contra el gobernador, Gavin Newsom. En el evento votaron casi 10 millones de personas , los resultados se conocieron en una hora y el gobernador en ejercicio ganó en proporción de 2 a 1 la oportunidad de culminar su mandato. Dejamos las comparaciones y reflexiones sobre la viabilidad para que cada quien las digiera a su leal saber, pero recordando que ese mismo recurso está disponible en nuestro propio texto constitucional. ¿Será que los californianos son extraterrestres o que los venezolanos no podemos sobreponernos a los mil y un obstáculos que se nos volverán a poner en el camino cuando llegue el momento en el año 2022?
@apsalgueiro1