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¿Las horas finales?

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El mensaje del viernes de Edmundo González Urrutia dirigido a todos los venezolanos resume en muy pocas palabras el centro de la crisis política venezolana, que no es otro que el desconocimiento de la voluntad popular expresada en las urnas el pasado 28 de julio.

González Urrutia, contundente ganador de la elección presidencial, con una ventaja que no admite discusión alguna por su amplitud y extensión en todos los estratos sociales el país, le hizo un llamado a Nicolás Maduro: “Respete la voluntad del pueblo venezolano, usted está jugando con la vida de millones de compatriotas, cada día que pasa sin una solución política la economía del país se deteriora más y más y esta tragedia es su responsabilidad”.

No hay mucho más que decir. Es urgente, humanamente imperioso, absolutamente prudente y sensato, que Maduro y la cúpula militar que lo respalda convengan en su salida del poder. De eso se trata el acuerdo político, que contemplaría garantías democráticas y muy posiblemente “beneficios”, en forma de amnistías, indultos o incentivos para poder vencer los cerrojos que impiden la transición democrática. Para que se vayan.

Si estuviéramos en una democracia normal y corriente, todo estaría previsto: usted pierde, usted entrega y hasta luego. Pero en el caso venezolano, quienes aún mandan se sostienen por el efecto mortalmente disuasivo de las armas. Veinticuatro personas han muerto desde el 29 de julio, luego de que se anunció un resultado electoral favorable a Maduro sin ningún dato que lo soporte. 

Las declaraciones del mismo viernes 16 de la Organización de Estados Americanos, que ahora sí logró sacar adelante su comunicado sobre la crisis venezolana, y la de representantes de 22 gobiernos (americanos, europeos y africanos) reunidos en República Dominicana para el inicio de un nuevo período presidencial en el país caribeño, sería en  situaciones normales la puntilla definitiva para un régimen que tres semanas después de las elecciones no ha podido mostrar ni una sola de las 30.000 actas del escrutinio de votación.

¿Cuánto tiempo le queda a Nicolás Maduro en el poder? Carece de apoyo popular (7 de cada 10 votos del 28J fueron en su contra, según la única data disponible publicada por miles y miles de voluntarios que protegieron hasta con sus vidas las actas del escrutinio, que luego se constituyeron en información abierta y disponible), lo repudia el mundo democrático, lo miran con desconfianza sus vecinos físicos e ideológicos, y, después de once años en el poder, solo puede mostrar de su gestión un país que es una vergüenza y que ofende el noble gentilicio venezolano.

Un día a la vez es la consigna del liderazgo opositor para saber llegar “hasta el final” de este largo y cruel período. Un día a la vez sin desaliento, ni entrega, con la esperanza del cambio, para reclamar una victoria clamorosa, que premia muy especialmente a una ciudadanía comprometida en cuerpo y alma al rescate democrático de Venezuela en una gesta magnífica de trascendencia universal.

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