OPINIÓN

Labios aguzados de buen juicio como señal en estos tiempos

por Alejandra Jiménez Pomárico Alejandra Jiménez Pomárico

El libertinaje que impera resulta aplastante junto a prácticas descuidadas, virtudes perdidas y buenas costumbres desvalorizadas. Es allí donde se extrema la necesidad de levantar hombres y mujeres de buen juicio con pensamientos audibles, testimonios confiables y relucientes cómo luz de medio día.

Escudriñando en momentos mezquinos de cordura, donde cualquiera es capaz de ligeramente enfrentar: consejos oscuros de sus propias pasiones distorsionadas, o anhelos rentistas de acciones lúcidas. Cavilo, que resulta una maraña de complicaciones y mezcla inapropiadas de esencias desenfrenadas, en mesa de escarnecedores obesos de amarguras, que expresan malos consejos.

Tiempos efervescentes cómo los presentes, enriquecidos con transformación, requieren mentalidades juiciosas y pacificadoras que eviten derramamiento de sangre, promuevan el dominio propio y establezcan justicia proba, en el conocimiento que no toda actitud reaccionaria conduce a equidad, y no todo silencio oportuno, es complaciente ante ominosas actitudes o palabras.

En esta oportunidad, arde mi corazón por compartir la importancia de levantar mujeres combativas de oración, donde se es llena de fuerza para ejercitar el autogobierno, pacificadoras de pensamiento y acción. Las damas poseemos la virtud y responsabilidad de los efectos de labios afilados para generar cambios, y carnosos para besar con amor. Por causa de éste último, es crucial ejercitar el don de palabras oportunas, llenas de buen juicio y desafiantes para transformación.

No parece un planteamiento común ante tanto frenesí para besar, maldecir y avivar fuegos a través de labios femeninos; pese a las modas y los tonos de labiales que se usen, se requieren con urgencia damas valientes y de sensatez, que impartan a hombres y mujeres más jóvenes, la sabiduría que se escucha más allá de lo tangible material, y se propaga cómo onda transformadora de pensamiento y gestión.

Se avecinan tiempos perplejos, dónde con solo parpadear se habrán desvanecido fortalezas y erguido murallas. Las motivaciones deberán estar tatuadas entre las fibras para no lavarse en las duchas cortas que espabilan. La fuerza para vivir deberá ser cultivada desde el soplo mismo del espíritu, para que los neonatos lleguen a aspirar mucho más que salir del vientre, los jóvenes anhelen llegar a viejos rodeados de familia, y los ancianos tengan proezas de juventud para jactarse con nietos en el regado. El mundo necesita labios tan apasionados para besar como afilados para determinar destinos y redirigir pensamientos hacia el buen juicio.

Si eres mujer, procura aguzar tus labios correctamente y si eres hombre, escoge una dama de labios espigados a la que puedas no solo besar apasionadamente, sino también, en la que halles aguas aplacadoras de furias y hachas que marquen caminos donde no exista ninguno.

@alelinssey20