Ayer conversé con un gran amigo venezolano. Me manifestó su impresión del país. Tristemente me dijo: «Perdimos a Venezuela, veo al régimen fortalecido, más fuerte y consolidado».

Le di mi visión de la situación tal cual como la veo y deseo. No es cierto -le dije-, cada vez están más desesperados, descubiertos y atrapados en sus propias contradicciones.

Veo al régimen boqueando, inventando, persiguiendo a quienes cree que están conspirando para asesinar a Maduro, cuestión que ni cuando Chávez estuvo planteada. Lo que sí es cierto es que los factores económicos, sociales y psicológicamente individuales los tienen muy preocupados. Los planes A, B y C se les han caído. Veamos uno a uno:

Plan A: Impedir que María Corina Machado participara en las primarias. Este plan ideado por Maduro y apoyado por Cilia no tuvo éxito, y a pesar de cambiarle el rostro y sustituir al CNE por uno que les obedeciera, no pudieron y la mujer no solo participó sino que las ganó con más del 85%. Peor aún, logró sumar adecos, copeyanos y todos los descontentos y cansados de esta pesadilla. Hoy por hoy no es no solo la candidata ganadora, sino la líder de la oposición.

Plan B: Provocar un conflicto armado con Guyana, cuya primera fase tenía previsto un referéndum consultivo, cuyo objetivo era sumar a todo el país en esa estrategia, pero la escasísima participación, que no alcanzó más de 700.000 votos, los dejó sin aliento y sin control, aun cuando quedó Padrino con esa posibilidad, aún latente.

Plan C: En plena ejecución y que no es más que hacer prisionero a toda aquella persona mediáticamente visible y cercana a María Corina. Una operación tenaza para obligarla a abandonar su candidatura y apoyar otra más afín con ellos, que les garantice la permanencia en el poder. Hasta ahora la líder de la oposición ha dicho que no declinará, que derrotará a Maduro y al régimen.

Así las cosas, lo menos traumático sería que el gobierno y María Corina “negocien” un gobierno de transición. ¿Probable y posible? Sí, es una salida política.

¿Qué pasará? Creo que la situación no está nada fácil. Los venezolanos se saturaron del régimen, desean cambios y pelearán por su sustitución. Maduro y compañía se mantienen por las armas de los militares y la subordinación del Poder Judicial, pero ¿hasta cuándo? Hasta este año, como yo lo veo.


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