La convocatoria electoral para gobernadores, diputados y alcaldes el 27 de abril está generando indignación entre amplios sectores de la población. La perciben como una acción absurda y fuera de lugar, especialmente cuando el irrespeto a la voluntad popular expresada en los comicios del 28 de julio está fresco en la memoria colectiva. Esta situación lleva a reflexionar sobre las estrategias y decisiones de los distintos actores políticos y cómo estas afectan al país.
Imaginemos que la política es como una partida de ajedrez. Cada jugador debe anticipar los movimientos del otro y planificar los suyos para tratar de hacer jaque mate. En este “tablero” venezolano, el régimen y las fuerzas democráticas son los principales contendores, y sus movimientos tienen consecuencias directas sobre la población.
Cuando ciertos sectores de la oposición deciden participar en nuevas elecciones sin considerar lo ocurrido en los últimos comicios, los ciudadanos desconfían y con razón. Es como si, en medio de una partida, se ignorara una jugada clave y se espera que el oponente haga lo mismo. Esta actitud es vista como una falta de respeto, puede que también como una deslealtad a los esfuerzos y sacrificios previos de la población. Además, el miedo se ha convertido en un factor de comportamiento en la vida diaria de los venezolanos. El temor a represalias influye en cada decisión. Muchos prefieren ser cautelosos y otros recurren a la pasividad.
La combinación de indignación y miedo genera frustración. El 28J representó para la mayoría de la sociedad civil un esfuerzo significativo por cambiar la situación del país. Sin embargo, al no ver resultados concretos, el ciudadano se encuentra en una encrucijada, sin saber cuál será el próximo movimiento en este enredado juego político. El oponente es de temer. No juega limpio. El venezolano ya es consciente de que participe o se abstenga, el régimen dará el resultado que le plazca. Entonces, la estrategia debe ser otra.
En este contexto, María Corina Machado ha logrado mantener el apoyo de una parte significativa de la población. Su postura firme y coherente la sigue posicionando como la figura en la que muchos confían para lograr el ansiado cambio. La situación es delicada y cada movimiento es crucial para determinar el futuro del país.
Es esencial que todos los actores involucrados reconozcan la importancia de sus decisiones y cómo estas afectan al “juego” en su conjunto. Solo a través de estrategias bien pensadas y una verdadera coordinación se podrá avanzar hacia una Venezuela libre, justa y próspera. Y una cosa que no hay que perder de vista: que no confundan sus caras “felices”, la partida no ha concluido.
Noticias Relacionadas
El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!
Apoya a El Nacional