Durante años la dictadura chavista ha usado su aparato represor para intimidar, perseguir y encarcelar a todo aquel que se convierta en un estorbo en sus planes hegemónicos. Pero también para sembrar terror generalizado en la población. Nada más efectivo para un régimen totalitario que controlar a través del miedo, pues en términos de tiempo y recursos siempre es una mejor opción. Es así como han procedido en todo este tiempo: si los medios se ponen muy habladores, cierran unas cuantas radios y le mandan un mensaje a los demás; si un periodista se vuelve incómodo lo envían a prisión para que quienes están libres aprendan a valorar su libertad; si un militar se pone rebelde lo secuestran, lo torturan y hostigan a su familia para que nadie más se atreva a seguirle los pasos. Se llama castigo ejemplarizante, sirve de escarmiento a todo el mundo, un mecanismo que las dictaduras consideran eficaz.
Desde hace un tiempo llamaron a este modus operandi la “Operación Tun Tun”, básicamente porque a cualquiera le pueden, en el mejor de los casos, tocar la puerta los esbirros de la dictadura y llevárselo sin ningún tipo de orden judicial o respeto al debido proceso. Muchas veces las órdenes de captura son anunciadas por la televisión pública, como si los tribunales se hubiesen convertidos en cortes de inquisición transmitidas en vivo y directo. Tras la privación ilegal de libertad viene el asesinato moral de la dictadura, también en el mejor de los casos, porque otros han sido asesinados y no solamente moralmente. La dictadura se encarga de quebrar moralmente a sus rehenes y a sus familias, la idea es que si salen con vida más nunca se atrevan a retar a la mafia chavista.
Pero como la impunidad no es para toda la vida, el destino se les devolvió. Los perseguidores ahora son perseguidos y no por cualquiera, nada más y nada menos que por la justicia estadounidense. Sus cabezas tienen precios y sus vidas están condenadas, en el mejor de los casos, a pasar unos cuantos años en una cárcel en el norte. Es lo que en redes sociales algunos han llamado la “Operación Trump Trump”, pero que está lejos de ser una política del gobierno de turno y se ha instalado como una política de Estado no solo en la principal potencia del mundo, sino en las mayorías de las naciones civilizadas que ven la permanencia del chavismo en el poder como una grave amenaza a la paz y a la estabilidad internacional.
La operación naval conjunta en el Caribe así lo demuestra y que se desarrolle en momentos cuando el mundo en pleno lucha contra una pandemia es más que elocuente. Les llegó el momento de que le tocaran la puerta, a ustedes que creyeron que el poder era eterno y que la justicia jamás llegaría. Cómo dicen en las películas policiales: están rodeados, entréguense antes de que sea muy tarde, pero sobre todo, entreguen a sus rehenes: 30 millones de venezolanos que merecen ser libres cuanto antes.
@Brianfincheltub