Nicolás Maduro anunció este lunes la creación de la Vicepresidencia de Ciencia, Tecnología, Educación y Salud. No tengo idea de quién es la nueva vicepresidenta, así como son igual de anónimos o desconocidos la mayoría de los ministros de Maduro.
La única manera de identificar a un ministro de Maduro es cuando van con sus escoltas y caravanas, de resto, podrían pasar por el bulevar de Catia solos y nadie los reconocería, porque poco significan para las grandes necesidades de nuestro país.
Sin embargo, este no es el problema medular. El asunto es que, como de costumbre, con un decreto o un nuevo despacho la autocracia pretende mostrar un país moderno y en mejoría que no existe, más burocracia y menos eficiencia.
Un gobierno autocrático que a trompadas y con la muerte de muchos venezolanos, a regañadientes, apenas entiende que el control de precios y de cambio destruye una economía; aún no comprende que más burocracia, cargos y vicepresidencias no resuelven nada, y aún peor, no le dice nada a un país depauperado.
Aunque de fondo pueda tener sentido crear esta instancia, la verdad es que la única manera de reactivar la “Ciencia, Tecnología, Educación y Salud” en Venezuela es tener un poco de sentido común, invertir en la investigación, en el salario de los docentes y dotar a las escuelas, liceos, universidades, centros de investigación y los centros de salud, y para eso no hace falta una vicepresidencia, ni más conciertos, ni viajes millonarios a países que no aportan nada en su relación solo para montar en camellos, lo que hace falta es voluntad y recursos.
La solución de forma es invertir sin corrupción, la de fondo es entender que quienes nos han hundido en la miseria, la ignorancia y el oscurantismo no van a ser quienes nos saquen del foso en estas y otras áreas.
Un gabinete de los mejores, un rescate del talento fugado y un verdadero plan son posibles cuando tengamos: Justicia Justa, Reconciliación Social, Cero Impunidad y una Economía Tripartita, y eso es podemos lograrlo pronto.