I La “nube” de la suprageocomunicacionalidad: el centro de la hegemonía del cosmoestadismo
En otros análisis, veníamos anunciando que desde el dominio de las neotecnológicas por apoderarse de la energía nuclear, vendría un posicionamiento de alguna de éstas por lograr su máximo espacio en la “nube”. De esta manera, termina haciéndose público dentro del contexto de la suprageocomunicacionalidad el dominio por alcanzar el cosmoestadismo de dos de las más grandes neotecnológicas, como son Alphabet – Google – y Microsoft.
De hecho, estas controvertidas posiciones no son casuales, sino casuísticas, sobre lo que se inicia, donde ya no es la lucha por la suprageocomunicacionalidad, porque las preferencias de éstas se encuentran distribuidas en ese contexto digital, porque lo que ahora se busca con la nube es el poder de la hegemonía de lo que será el cosmoestadismo, donde las neotecnológicas, también buscan consolidar el mercado de China – con la excepción de Meta por su prohibición en esa nación -, que a su vez, aunque allí exista un partido único en el control político, estas gigantes de la neotecnología, tienen con sus planteamientos de “inteligencia artificial” a la nación comunista-capitalista en sus manos, lo cual hace insostenible el desarrollo chino, sin que pueda prescindir de Alphabet y Microsoft, y al tener éstas el control del cosmoestadismo en esa nación, no habrá país alguno que no pueda subordinarse en ese continente sobre los nuevos estadios y nomenclaturas del poder de los dueños de las neotecnológicas; y en donde Nvidia – empresa mayor productora de semiconductores de IA -, ubicada en Taiwán, sería para China, su carta de negociación en un espacio donde los Estados van a desaparecer como principales fuerzas políticas y jurídicas, y en un mundo, donde el poder económico y financiero está siendo transformado, en su totalidad, al punto que la lógica del capital comienza a desparecer en sus relaciones economía-Estados, para vincularse directamente con las neotecnológicas más poderosas del mundo en términos de inversiones, y de allí que surjan gigantes como Amazon o Binance donde los cripto-activos marcarán el peso de la mayoría de las negociaciones comerciales en este siglo; con la desaparición absoluta del papel moneda, salvo como mecanismos de reservas.
Así, que una Microsoft que ya controla Blizzard – la gigante de los videojuegos – y Alphabet centrada en Google, son como el resto de las principales neotecnológicas las que requieren el uso de la “nube” para continuar ampliando sus esquemas de dominación digital, solo que intentar, en el caso de la empresa de Bill Gates, forzar con Bing un buscador, mientras Meta también intenta crear el propio, obviando, que los buscadores o plataformas no pueden imponerse en sus preferencias; o sea, es como si X, buscara sustituir a WhatsApp, o Threads usando el atajo de Instagram pretenda sobrepasar la propia X; razón por la cual, aunque el mundo en la mayoría de computadoras sea monopolizado por Windows y Microsoft Office, y de allí, aunque cualquiera de la grandes neotecnológicas controlen sus dominios internos de navegación, todos ellos son controlados en sus búsquedas externas por Alphabet, es decir, que Google seguirá siendo quien domine las búsquedas digitales en todos los espacios, niveles y estadios de la “nube”, y por ende, Microsoft nada podrá hacer contra su similar neotecnológica, alegando campaña “encubierta” {1} para intentar justificar el fracaso de Bing como “buscador”.
La realidad de la “nube” está amplificada en que mayor sea el uso de ésta por cualquier neotecnológica, mayor será su poderío ante lo que vendría a ser el cosmoestadismo en el transcurrir del siglo; y si bien, no será un efecto determinante en lo político, sí lo será en el eje de los dominios de facturación y generación de ganancias de tales corporaciones en los espacios digitales; y por ende, sus proyectos de inversión asociados con las bolsas de valores, o las redes de cripto-activos. Verbigracia, alcanzar lo más alto de la “nube”, sería un gran paso hacia la cima del cosmoestadismo, aclarando, que Nvidia es quien controla toda la vinculación entre las neotecnológicas y la IA; lo que quiere decir, que semejante empresa, ya se encuentra en la parte alta de cualquier aparición en una nueva gobernanza, asociada en todas las concepciones y preceptos, sobre lo que será el cosmoestadismo.
II ¿Qué pasará con las empresas neotecnológicas y Estados que no se asocien con los monopolios u oligopolios de la suprageocomunicacionalidad?
¿Y qué pasará con aquellas empresas o Estados que no comprendan la realidad de la suprageocomunicacionalidad?
En tal contexto, Samsung es un ejemplo del síndrome de la burocracia que está afectando a los Estados. Y es que mientras no se entienda, o mejor dicho, en este caso, Samsung solo se haya convertido en una empresa básicamente de celulares que no apostó por su transformación desde adentro, mientras avanzaban Nvidia, Alphabet – Google – Apple, Microsoft, Meta, X, y Amazon como centro de la comercialización de las neotecnológicas, las preferencias de los usuarios es que han dejado de ver a Samsung como atractiva para la inversión {2}, y peor para el consumo digital, porque existen otras marcas, cuyas nomenclaturas de eso que han llamado IA – respuestas tecnológicas – es lo que está marcando el comercio digital en todas sus acciones de innovaciones y de complementos en sus ajustes de suprageocomunicacionalidad
Por ello, no comprender, quien no estar de la mano de Nvidia está condenada a desaparecer es no ver el mundo de la suprageocomunicacionalidad dividido por porciones, y que al final, allí está la generación de la nueva fase de la economía digital, y lo que será durante este siglo el cosmoestadismo. De hecho, Samsung, aún tiene tiempo de recomponerse, pero necesita reorientar sus esquemas de producción de suprageocomunicacionalidad, e igualmente, abrirse hacia la creación o asociación de plataformas de la autodenominada IA, o en su defecto mirar hacia los mercados de América Latina, porque Asia ya está controlada por Nvidia, Microsoft y Alphabet.
Para cualquier empresa o Estado, no comprender la (des)articulación de la complejidad neotecnológica, es ignorar que cualquier empresa vinculada con ese sector, podrá ser borrada en el corto y mediano plazo, de un monopolio del poder digital que, por ahora, solo queda, o entrar en él, u olvidarse que alguna vez alguien fue parte de ella. Y sobre tal realidad ¿qué hará Samsung o un Estado cualquiera sin las gafas o lentes del futuro, por sólo citar una empresa determinada, sobre muchos países que están enclaustrados en la incomprensión de los procesos de la suprageocomunicacionalidad que apuntan hacia la creación del cosmoestadismo?
Microsoft intenta desmontar el poderío de Google desde una “legalidad” que incluso se convierte en una contradicción de sus espacios de cosmoestadismo; porque sugiere con leyes de “Estados”, suprimir o limitar sus propias acciones de mercado y dominio digital concentradas en Windows y sus componentes en Word, Excel, Power Point o similares, y que incluso son los que dominan el ejercicio de su red “social” Linkedin, y en vez de mejorar Bing, el cual es un buscador limitante y de complejidad operativa, pareciera que ignora que su competidor Meta, viene con otro buscador, y más allá, X, dice que va integrar todos sus componentes, lo cual, seguramente vendría con la producción de celulares y computadoras.
La suprageocomunicacionalidad día a día se alimenta de un mayor número de plataformas – unas excelentes, otras buenas, otras regulares, y otras pésimas – donde todo ese universo es controlado por Google, y Alphabet continúa ampliando sus prototipos de inversiones en el mundo, y donde sus ejes están planificados por todas las redes y corporaciones neotecnológicas. Microsoft sólo podrá ser independiente de Google, si llega a ser independiente de Nvidia, y mientras toda la suprageocomunicacionalidad dependa de la trasnacional taiwanesa, alterar los mercados digitales en el corto y mediano plazo contra los algoritmos de Google, será algo muy complejo y complicado de poder superar en las conformaciones de interés global.
Por lo pronto, el camino desde la suprageocomunicacionalidad hacia el cosmoestadismo continúa con sus avances, y la hegemonía por tener ese poder, ya comienza a verse sobre las corporaciones neotecnológicas: Microsoft y Alphabet con el apoderamiento de la energía nuclear y sus dominios en la “nube” son apenas un primer paso dentro de un largo camino por llegar al dominio absoluto del universo digital, más allá del planeta.
@vivassantanaj_
Notas
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