Como hemos podido leer en el capítulo que trata sobre la fundación de Valencia, el proceso de Conquista y Colonización se hizo con mucha dificultad y así lo expresan las correspondencias de los distintos gobernadores que pasaron por estas tierras.
Por ejemplo, el gobernador Diego Mazariegos, quien estuvo al frente de la Provincia de Venezuela entre 1570 y 1576, el 30 de octubre de 1571 le escribe al rey Felipe II para hacerle un reporte del estado en que él encontró la región y describe que para ese momento había 8 pueblos de españoles con una población de 500 personas en total, que la población de Indios era de unos 100.000 y que no había más de 6 clérigos.
Este último detalle era de gran preocupación, pues se requería con urgencia la presencia de más representantes de la Iglesia Católica para desarrollar el proceso evangelizador, el cual posteriormente fue muy exitoso y que le dio un gran impulso a la defensa de la población autóctona y por supuesto al proceso educativo porque de hecho en los primeros sitios donde hubo un proceso de formación fue precisamente con la Iglesia Católica en sus parroquias y conventos a lo largo de toda la Provincia de Venezuela.
Sobre esa situación el gobernador Mazariegos en dicha carta expresó lo siguiente:
“Los naturales sean juntos y no vivan torpemente porque en el juntarse unos con otros. En el multiplicar biven si xpistiandad, juntarse padres con hijos y hermanos. Según estoy informado todos los mas no an recibido el santo bautismo y en lo que a mi me parece para remediar tan gran mal y torpesa es necesario VM+ mande venir a esta Provincia doce clérigos que sean de los Teatinos* que aprueban bien y ordenados de misa mande VM se les provea de los necesario de las cosas de España porque la comida barata es…”( )
Dada la situación que se presentaba y en la búsqueda de poder profundizar la presencia hispana en nuestras tierra la corona española comenzó a enviar más sacerdotes a Venezuela y de esa forma cada uno de esos primeros 8 pueblos fueron iniciando su proceso evangelizador.
Desde finales del siglo XVI hasta el ziglo XVIII inclusive se hicieron dos iglesias, una capilla y se comenzó la construcción de una cuya culminación fue en el siglo XIX.
La primera construcción fue la Iglesia Parroquial de la ciudad situada frente a la Plaza Real, sobre la cual el dato más antiguo que hemos encontrado establece que ya existía para el año 1596, donde en una Cédula Real se le concede un aporte de dinero por un tiempo de 6 años a la “Iglesia del Pueblo de la Nueva Valencia del Rey”.
La segunda construcción fue la de la Iglesia del Convento de San Buenaventura (San Francisco), sobre la cual ya hablamos en el capítulo y se construyó la capilla del Hospital Real.
Y la tercera fue la Iglesia de Nuestra Señora de la Candelaria, la cual se inició a finales del siglo XVIII y se concluyó en el siglo XIX.
En cuanto a los tipos de clérigos que disponía la ciudad podemos decir que Valencia contaba con las dos ramas del clero, es decir: el clero secular, también conocido como el Diocesano, cuya autoridad máxima parte del Papa y el clero regular, cuyos miembros tienen reglas particulares que cumplen y está compuesto por las diferentes órdenes religiosas como la de los Franciscanos y Jesuitas.
Con respecto al número de sacerdotes encontramos que para 1643 la iglesia parroquial contaba con 6 sacerdotes que recibían el apoyo del cabildo de la ciudad, el cual a través de la Caja Real financiaba la compra de material para poder celebrar la misa.
Por ejemplo, para esos 6 sacerdotes necesitaban una provisión para 9 botijas** de vino y 15 de aceite para las misas de los 6 curas, las cuales se repartían a razón de una botija y media por cura y esta provisión era por un año. ( )
La Iglesia del Convento de San Buenaventura también ofrecía misas y el punto de los frailes que allí estaban.
Y en el otro sitio donde se oficiaban las misas era en la capilla del Hospital Real o de San Antonio de Padua (Casa de la Estrella), donde no tenemos evidencia documental sin ella celebraban misa los sacerdotes regulares o seculares y sobre ello pensamos que por la cercanía al Convento de San Buenaventura, muy probablemente estaban a cargo de los Franciscanos.
En las misas que se celebraban en la Nueva Valencia estaban presentes tres aspectos que formaban parte del protocolo y el orden de acuerdo a las costumbres y leyes de la Corona Española que son los siguientes:
Regalía del Agua Bendita
La Regalía de Agua Bendita, que era una especie de norma de protocolo que consistía que en las ceremonias importantes o especiales de la ciudad el cura que iba a oficiar la misa esperaba en la puerta de la iglesia a que llegara el gobernador o el Cabildo para darle el agua bendita antes de que se diera inicio al acto religioso.
La asignación de bancos dentro de la iglesia
En la época de la Colonia la distribución de los bancos, tipos de asientos y posesión de sillas con alfombras, almohadas o cojines rojos a los pies, así como la distribución en los bancos eran señal de estatus social y de poder político o militar.
Para ofrecer una demostración más palpable de los que estamos narrando a continuación transcribimos parte del texto de una carta escrita por el capitán Manuel de Ayala, comandante de las Milicias de Blancos de la ciudad de Valencia donde dice lo siguiente:
Viendo lo retirado que estaba el cuerpo de oficiales en los actos y funciones públicas de la iglesia por no tener asiento donde presentarse a V______ en nombre del referido cuerpo se le atendiese con la distinción que se merecía en honor a las armas y sus individuos permitiendo que en la iglesia se pusieran unos bancos al lado de la___________ frente al que le ponen al Cabildo en todas las funciones públicas y en el sentasen todas los oficiales del referido cuerpo previendo su Comandante y haciendo oído su ________con amor y agrado en su representación…”
Celebraciones de los “Días de Tabla”
Los Días de Tabla se refiere a las celebraciones que aparecen en el Calendario del año Litúrgico y contiene el ciclo total de las celebraciones y también se le llama Tabla de los días Litúrgicos y como en cada región podían haber celebraciones que le eran propias de las parroquias, pueblos o ciudades estas no se encontraban registradas en dicha tabla.
Aquí también vale la pena mencionar transcribir parte de la carta del procurador general del Cabildo de Valencia de fecha 30 de enero de 1769, que dice así:
“El Brigadier Don Antonio Páez vecino y Procurador General de esta ciudad, como mejor haya lugar ante (ilegible ) (ilegible) y digo que respecto a hacerse tan previsivo tener asiento en la parroquia con la devenia que corresponde para los días de tabla y no haverlos, se han de venir decretar con acuerdo se hagan facultándome para que con las rentas de los propios tome a mi cargo su fábrica por tanto suplico me hallan por precentado y en su vista proveer pido que para ello el noble oficio de VM imploro”.
Obligación del Cabildo de asistir a la iglesia
El Cabildo siendo la máxima autoridad de la ciudad tenía que dar el ejemplo a la feligresía en acudir a la iglesia y por tal razón esta institución mandaba a publicar internamente una especie de calendario según lo revela el presente documento de fecha 14 de julio de 1788, que dice lo siguiente:
“El presidente manda q el presente escribano para el lunes próximo ponga en esta sala una tabla en q conste los días en q este Cabildo debe concurrir a la Yglesia, como también a los Cabildos y extraordinarios para que fuesen sitados a los que deberán ocurrir…”
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