A Petro ya no le interesa guardar la careta, siente que el establishment le dio las condiciones para imponer la dictadura del socialismo del siglo XXI y que, en consecuencia, puede proceder a seguir el guion del Foro de Sao Paulo para imponer ese desastroso régimen que, como todos los socialistas, solo tienen para el pueblo la pérdida de la libertad, hambre y atraso en todos los órdenes.

Ya Petro se reveló en su entrevista por el director del noticiero de RCN, señaló la verdad de su pensamiento: «Las formas no son importantes», dijo refiriéndose a su “proceso constituyente”. La base de un Estado de derecho democrático es la democracia representativa, dada la imposibilidad de practicar la democracia directa se recurre a la representación, el pueblo elige en elecciones democráticas a períodos fijos, sus representantes para ejercer el poder soberano. Además, existe una estricta separación de poderes, como lo estipuló Montesquieu, para que no haya abuso de poder, hay 3 poderes: el principal, el Legislativo, que obviamente tiene como función la elaboración de las leyes que operan el Estado de derecho; el Ejecutivo, que se encarga de la ejecución (valga la redundancia) de esas leyes y el judicial, encargado de dirimir las disputas y castigar a los infractores de las leyes.

El cuento de que el pueblo como soberano ejerce directamente su poder en ese proceso constituyente, auto convocándose y sin pasar por la normativa legal erigida para esos procesos, es la misma treta de todos los dictadores comunistas. Tergiversan una concepción que nace de Rousseau, que habla de la Asamblea General como máximo poder, es la democracia directa, él mismo en el siglo XVIII dijo que esa democracia sería imposible. Sólo se aplica en los cantones suizos, una joya excepcional. Dada la imposibilidad de la democracia directa, nació la representativa, la que tenemos en Colombia. La democracia, como lo dijo Montesquieu, se basa en la separación de poderes, con el principio de los 3 que arriba mencionados. La Constitución colombiana establece mecanismos de participación directa, entre ellos, para reforma o creación de una nueva constitución, la Asamblea Constitucional. Pero para su convocatoria y funcionamiento hay reglas dictadas en ella. Petro recurre falazmente a ese concepto derivado del de Rousseau, de los comités o asambleas populares que supuestamente se auto convoca, es el «pueblo” máxima autoridad, eso es el «soviet» leninista, al no haber normas el «pueblo» se convierte en el deseo del dictador, que llega a su clímax totalitario con el estalinismo. El socialismo del siglo XXI demagógicamente recurre a ese artificio para tener una constituyente de bolsillo e imponer la dictadura.

Ahora bien, Petro no lanza ahora esta propuesta de la manga de la camisa, todo esto ha estado debidamente planificado y estrictamente realizado según esa planificación. Decía al principio que el establishment le dio a Petro las condiciones para imponer la dictadura del socialismo del siglo XXI. Me explico: en la primera ronda de diálogos con el ELN, en México, aún antes de que siquiera el ELN dijera que, si se iba a pacificar, esa mesa aprobó “la revisión del modelo político y económico” e instauró un “mecanismo de participación política”.

Ahora Petro sale con esa idea de “comités constituyentes”, el pueblo soberano autoconvocado y estableciendo la revisión a la democracia representativa y a la economía de mercado que existen en Colombia. Petro no es bobo, cuando lanza una idea, ya la ha venido implementando desde hace tiempo, ahora que habla de ese “proceso constituyente” como una idea a discutir e implantar según el mismo pueblo lo vaya decidiendo, él sabe que se necesita un basamento legal, y ese es que le ha dado el establishment que le ha cohonestado la vagabundería de la “ paz Total”, que no es otra cosa que el incremento del poder territorial del narcoterrorismo, con el objetivo final de implantar el narcoestado acá, tal como el ELN y las Farc lo hicieron en Venezuela con el chavomadurismo. Al igual que hizo santos con su golpe de estado que estableció el acuerdo con las FARC, petro hará un golpe de estado equivalente, que establecerá lo acordado con el ELN y resto de grupos ilegales.

De manera pues, que ya a Petro no le importa lo que se haga en el congreso, él impone sus deseos totalitarios por las buenas, o por las malas. En el primer caso a través de la mermelada que le ha permitido que el congreso le apruebe las bases fundamentales de esa dictadura del socialismo del siglo XXI: una reforma tributaria expropiatoria, que hirió de muerte la economía, mientras el decrecimiento termina de hacer la tarea, como ya lo empezó a hacer; un Plan Nacional de Desarrollo, que es el báculo que le permite imponer  la estatización generalizada en el país, y el presupuesto del 2024, primero de una cadena de déficit fiscal por medio del cual el estado ahoga a la sociedad.

Las reformas sociales, que le permitirán acabar las bases sociales del sistema social: salud, seguridad social y educación, bien las hace por las buenas, repito, a punta de mermelada, como está logrando hacerlo con las reformas pensional y de educación, o por las malas, como con la reforma de la salud, que la hizo por el método “chu, chu, chu” de quiebra e intervención de las EPS, estatizando así la salud.

Todas las demás leyes que él desee, o las aprueba con la genuflexión de liberales, la U y unos cuantos conservadores, o las hará el “pueblo soberano”, es decir los “comités de participación política”, o sea los soviets, asambleas dirigidas por el narcoterrorismo (ELN y FARC) o la Primera Línea, en donde estos imponen el deseo del “pueblo”, que como en todo régimen que no sea una democracia liberal, es una dictadura a la merced del líder, el nombre de este no importa: Lenin, Stalin, Mao, Fidel, Chávez, Ortega, Maduro o Petro, lo importante es la característica fundamental del régimen: la imposición totalitaria del deseo del dictador, sobre un pueblo sometido a la voluntad del dictador. Por eso es que lógicamente a Petro “la forma no le interesa”, obvio las formas , son las reglas del estado de derecho, a él le importa es el “ contenido”, o sea, su voluntad impuesta por la vía de hecho a la población, ese el PetroELNismo, versión colombiana del socialismo del siglo XXI, aprobada en México, entre unos miembros del gobierno, unos representantes del establishment y los narcoterroristas del ELN, que en procesos consecutivos se hará con el resto de grupos narcoterroristas y cuanto grupo criminal se haya cobijado bajo el Pacto de la Picota.

Es por eso que es tan importante que el verdadero pueblo, ese que quiere votar en 2026 se exprese por los medios apropiados para impedir que ese PetroELNismo se implante antes del 2026, ese pueblo no cuenta con el establishment, deberá hacerse sentir a través de una resistencia civil, el primer paso es esta marcha del próximo domingo, a partir de esa marcha y sucesivas acciones de resistencia, se conformará el liderazgo d esa resistencia, que impida que el socialismo del siglo XXI se entronice en Colombia.

 


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