Apóyanos

K ise, loka?

    • X
    • Facebook
    • Whatsapp
    • Telegram
    • Linkedin
    • Email
  • X
  • Facebook
  • Whatsapp
  • Telegram
  • Linkedin
  • Email

«Thy head is a quick forest

filled with sleeping birds«

(E. E. Cummings)

A veces uno lee los titulares del periódico demasiado rápido para enterarse de lo que ocurre en el mundo. Suele pasar que cuando el titular nos interesa un poco leemos la entradilla o lead que nos introduce en la noticia. Hay titulares tan sencillos que no nos atrapan y pasamos a leer el siguiente. Por citar un ejemplo de la prensa más reciente, el titular dice: «Castillo supera su primera batalla política en el Congreso de Perú«. El lector entiende que el texto tratará de forma objetiva la cuestión parlamentaria peruana. Además, leyendo la entradilla «El gabinete, con el polémico Guido Bellido al frente, logra el voto de investidura que evita una crisis de gobierno» sabrá que el debate político no resultó cómodo. (Jacqueline Fowks, El País – 27.8.2021).

En la sección de Deportes de otro diario nacional español leemos este titular: «El retorno de Cristiano». El nombre de pila –Christian name, en inglés– del deportista nos sitúa en un deporte, el fútbol,  y en un único jugador de este deporte en el mundo: Cristiano Ronaldo. La entradilla de Edurne Concejo aporta más detalles de la noticia: «El delantero portugués deja el Juventus y volverá a jugar en el Manchester United tras alcanzar un acuerdo para las próximas temporadas» (Edurne Concejo, La Vanguardia – 28.8.2021).

En este mismo diario catalán el lector aficionado a la literatura no se quedará indiferente al paralelismo de este otro titular: «No es país para mujeres» (Lluís Uría, 28.8.2021) porque sabe que es un guiño al título de la célebre novela de Cormac McCarthy No es país para viejos (No Country for Old Men, 2005). El autor cuenta la historia de Fatimah Hossaini en Afganistán y logra convertir su relato particular en algo universal en el que muchas mujeres pueden verse retratadas.

En nuestro país casi todos nos hemos confundido alguna vez leyendo las noticias. Un periódico con sede en Barcelona publica titulares que a primera vista son creíbles, pero finalmente resultan ser inverosímiles. A modo de ejemplo: «Los libros de más de cien páginas tendrán que incluir el meme «Mucho texto» en la portada» (Xavi Puig, El Mundo Today, agosto 2021). Uno lee el primer párrafo: «Fuentes del Ministerio de Cultura han confirmado esta mañana un rumor que llevaba días circulando en el sector editorial. Para evitar sobresaltos a los lectores, que en ocasiones descubren con horror que los libros que han comprado o tomado prestados en una biblioteca contienen demasiado texto para ellos, todas las obras de más de cien páginas deberán incluir el meme «Mucho texto» en la portada, a modo de advertencia, a partir de septiembre». A pesar de gozar de una redacción impecable, la noticia rompe con la lógica y el sentido común. Es cierto que la sociedad actual cada día se comporta de un modo más quejumbroso y tiquismiquis, por lo cual el aviso «mucho texto» no parece descabellado, y sin embargo, lo es. Si el Ministerio de Cultura adoptase esa medida habría que cuestionarse el rigor y la seriedad de los gobernantes del país.

Bueno, pues a mí me confundía el titular de una noticia-publicada hace tiempo, compartida por el escritor Miguel Sosa Lázaro en Twitter: «Anortografofilia: la excitación sexual por las faltas de ortografía». Pensé que tenía que tratarse de un error de redacción. No entendía el titular. El internauta había copiado el lead: «Se trata de una extraña parafilia que sufren quienes encuentran placer en los mensajes repletos de patadas a las normas de la lengua (escrita)». Supe que no era una equivocación, sino que se trataba de un hecho. Era real. La noticia fue publicada en el diario ABC (4.7.2018). Por cierto, y según apunta la RAE (Real Academia Española) el término parafilia se define así:

f. Psicol. Desviación sexual.

Visto lo visto, hay un mundo desconocido a la vuelta de la esquina. En fin, yo, que siempre pensé que escribir bien implicaba autodisciplina y buen gusto, me enfrento con la posibilidad de conocer a alguien a quien el uso adecuado de la palabra escrita o hablada le suponga una molestia. Ahora, sabiendo lo que sabemos de la anortografofilia, en caso de cruzarse con una persona del sexo opuesto (o del mismo sexo) en una conversación rápida de WhatsApp o en medio de una interacción en Twitter, uno tendrá que elegir ser cortés y fino o buscar la manera de escribir mal, es decir, sucio.

El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!

Apoya a El Nacional