OPINIÓN

Imaginemos la ciudad inteligente de Elon Musk

por Boris Santos Gómez Úzqueda Boris Santos Gómez Úzqueda

Ya todos conocemos a Elon Musk, el magnate innovador que no solo piensa en ir a Marte sino a las estrellas. El surafricano-norteamericano tiene la mayor fortuna del planeta: 167 000 000 000 (ciento sesenta y siete mil millones de dólares).

Sus emprendimientos en tecnología como vehículos eléctricos y vehículos que viajarán por el espacio lo posicionan como un innovador a ultranza. Ahora va por su propia ciudad. Una ciudad en donde pueda desarrollar ambos negocios: tecnología y conquista del espacio desde la comodidad de unas instalaciones que de momento sólo nos podemos imaginar.

¿Cómo creen que pueda ser esa ciudad? Para empezar Elon Musk escogió para construir su base de operaciones al estado de Texas casi al lado del golfo de México. Será, definitivamente, lo que conocemos como smart city. Una ciudad altamente tecnológica, con áreas de trabajo, parques “industriales” y centros de desarrollo de tecnología movidos a energía alternativa, paneles solares y con un alto componente de eficiencia energética con domótica que controle desde las luces del alumbrado público hasta la temperatura interna de los edificios diseñados exclusivamente con normas de ahorro, amables con el entorno y altamente eficientes.

Desde allí los vehículos Tesla y las naves de SpaceX serán producidos en interminables línea de producción apenas monitoreadas por un humano y con máquinas haciendo desde el ensamblaje a la pintura, con imponentes programas que calculan al milímetro el espesor de las capas que protegen los cohetes que viajarán a Marte hasta la acomodación de baterías en sus vehículos que ya por miles circulan por Estados Unidos.

Ya Musk lo anunció en su cuenta de Twitter: «Creando la ciudad de Starbase, Texas». De seguro que las autoridades del estado de Texas a cargo de regulación de tenencia de tierras, de construcciones y de instalaciones le darán todas las facilidades para que en breve plazo se empiece a construir la ciudad que albergará, adicionalmente, no solo a las naves (galpones) industriales sino a elemento poblacional compuesto por investigadores, ingenieros y trabajadores que adicional a su trabajo disfruten las ventajas de una ciudad altamente ecológica, que puede procesar sus residuos sólidos, que puede tratar su agua y reciclarla y que puede usar -y generar- su propia energía las 24 horas haciendo uso del sol y del viento. Las mascotas serán más que bienvenidas en la ciudad, los coches eléctricos circularán por sus calles, y la “moneda” oficial -de seguro- serán las criptomonedas, donde Musk tiene ya inversiones multimillonarias (1500 millones de dólares en bitcoins).

Musk y sus inversiones dejaron el estado de California, muy izquierdista para el olfato aventurero y liberal de Musk y con muchas cargas sobre sus actividades empresariales, para mudarse a un estado más conservador y abierto a negocios como Texas donde además de facilidades, de tipo tributario, tiene a mano fuentes de energía más próximas a sus proyectos que, ciertamente, requieren importantes volúmenes de electricidad en tanto su ciudad sea autoabastezca de energía.

La prensa indica que Elon Musk -entre sus muchos negocios- adquirió dos plataformas de explotación petrolera, en el Golfo, y que están en desuso para reacondicionarlas como plataformas flexibles de lanzamiento de cohetes. El tipo piensa en grande y en innovación mientras países latinoamericanos aún tienen sus instituciones estatales débiles y dedicadas a hostigar antes que a promocionar la libertad plena del ciudadano.

Es que la innovación e inventiva dan para todo cuando se reúnen especiales requisitos: imaginación, facilidad de financiamiento y poca presión estatal.

Según la prensa, y el propio Musk, se llamará ciudad de Starbase a esa porción de tierra, aún no sabemos cuántas hectáreas requerirá para tal acometida, y está ubicada en el condado Cameron de Texas. Al parecer los trámites y toda la papelería legal empezaron.

Una verdadera smart city: en donde todo se pueda acceder desde el smartphone y dejar atrás la burocracia, la ausencia de normas de reciclado, la energía cara, la basura sin reciclar, los ruidos contaminantes y las industrias que dañan el medio ambiente.

@BorisSGomezU