Foto: EFE / Rayner Peña R.

La candidatura impuesta de Nicolás Maduro, para su tercer mandato consecutivo, es una realidad, esta candidatura está muy alejada de lo que quieren las bases, más de la mitad de militantes afiliados al partido se está retirando del PSUV, es un giro natural como búsqueda de salida a la situación personal que viven. Fue muy arrogante, típico de una élite política, pensar que en los cuadros bajos y medios no se discute esta situación.

Empeorando cada día más, es la percepción que tienen de la política de Maduro la mayoría de la militancia chavista.

Es una necesidad conocer para el interesado en el futuro político del país, como se encuentra realmente el PSUV, son una élite que controla el partido y ese partido controla todo el Estado

No hay reconciliación de los partidos y movimientos de izquierdas que ya se habían separado del PSUV, como es el caso del Partido Comunista de Venezuela, la izquierda que siempre fue antichavista, otra izquierda que simplemente no es chavista y que no comparte la política actual.

Maduro no tiene capacidad articuladora, su política de imponerse a la fuerza, su enfoque antidemocrático, el imponer su candidatura nuevamente es su principal enemigo.

Los venezolanos rechazan el uso de la fuerza del Estado sin razón que lo justifique.

Consideran la gestión de Maduro mala y nadie debe ir preso por decirlo, criticarlo o querer que deje el poder; sumado a esto miles de militantes del PSUV o sus familiares han emigrado buscando mejores condiciones de vida en otros países.

Maduro no tiene en sus dos períodos presidenciales resultados reales de mejoras en la calidad de vida del venezolano, ha desarrollado un Estado centralizado con un muy mal funcionamiento de los servicios básicos, bajos sueldos y pensiones, militarización de los espacios políticos civiles, no existe la autocrítica, no hay control popular de los recursos del Estado, total falta de contraloría social, el desmontaje de las instituciones que distribuían la renta petrolera a lo social… muchas razones de peso por las cuales muchos militantes han dejando el partido.

La democracia participativa y protagónica fue eliminada por Maduro, la consigna de la élite es “Lo que diga Nicolás”.

Maduro fue desmontando la Constitución de 1999, el Estado de Derecho y la justicia social, con múltiples decretos de estados de excepción, la ley antibloqueo, las zonas económicas especiales, una constituyente fuera de la Constitución y del pueblo.

Los resultados electorales desde que el PSUV está dirigido por Maduro son una realidad incuestionable: más de 5 millones de militantes ha perdido el partido por el incumplimiento de las promesas, el voto duro de Maduro no supera el millón y medio (1.500.000), el incremento en la desigualdad social, el aumento de la pobreza extrema, la mala situación que tienen los militantes y el país, entre otros problemas.

Es necesaria la autodeterminación política dentro del partido en el partido, manifiesta la militancia, y no la imposición de elites.

Maduro y su política están desgastados, tienen rechazo interno e internacional, sus discursos no tienen credibilidad, alejado de la realidad y necesidades sociales. Incluso ejecuta inmoralmente políticas de derecha.

Maduro perderá las presidenciales 2024 con una oposición medianamente unida, lo que podríamos llamar una unidad suficiente.


El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!