Presenciamos el inicio del fin de un ciclo, el de los extremismos, el del “todo o nada”. Por un lado, empezaron las conversaciones en México, y por el otro, finaliza la abstención por parte de la oposición radical. Parece el comienzo de otra etapa en el mundo político venezolano, en la que la negociación, el entendimiento y la racionalidad privarán sobre la barbarie.
En este escenario hallamos en una esquina la imposición, la fuerza y la violencia; y en la otra los resultados de muchos años de mala gestión y la necesidad de cambio; es decir, el fin de un ciclo político de liderazgos desgastados. Una consecuencia de la crisis que se originó en 2002, con el paro petrolero; que se profundizó aún más en 2014 con “la salida”, luego con los hechos de 2017 y continuó en caída libre con los fiascos de las operaciones de 2019.
El fracaso de la tesis de que la confrontación bipolar de suma cero traería un cambio ha llevado a los líderes políticos a reflexionar y poner en la balanza si el corte hegemónico y autoritario, que marcó la conducción de ambos bandos, era lo correcto. Este triste papel que desempeñaron quienes ya no tenían el poder de antes y se resistían a las nuevas realidades políticas llevó al rechazo de la mayoría de los venezolanos, que se evidenció en las oleadas de migrantes por todo el mundo.
Está claro que hoy es necesario un cambio político profundo, con un proceso de negociación en el que ambos polos, debilitados y con pocas esperanzas de éxito, dejen de ver con arrogancia una realidad que ya no existe. De este nuevo examen solo quedarán quienes entiendan este nuevo ciclo.
En la vida, en los negocios, en los trabajos, en el amor y en la política llegan momentos que te dicen claramente que estás al final de una etapa. En todas esas facetas hay personas que logran adaptarse y evolucionar; otras, sin embargo, no lo hacen y se quedan para ser parte de la historia y ver derrumbarse sus proyectos, en cámara lenta.
Resistirse al cambio que estamos presenciando es un error. Para los que hoy conducen el fracaso del país seguramente será traumático, difícil, lleno de negaciones; pero estoy convencido de que pronto veremos una nueva política mucho más abierta, plural y democrática, con liderazgos frescos que harán que caiga el peso del olvido sobre quienes no se dieron cuenta de que su ciclo acabó.
@buluco