OPINIÓN

En política no se conceden revanchas

por Wilfredo Velásquez Wilfredo Velásquez

Sufro mucho tu ausencia no te lo niego,

 yo no puedo vivir si a mi lado no estás.

Rafael Hernandez.

Después de una victoria, como la obtenida en el cara cara, donde la excesiva confianza de su oponente le permitió a Núñez Feijóo lograr una marcada ventaja electoral al superar el mayor alcance verbal y desparpajo ético de Sánchez, resulta comprensible que no le concediera la revancha.

No estar presente lo convirtió en el ganador indiscutible del debate a tres.

De retador pasó a ser, sin competir el primer medallista, quedando de esta manera el debate reducido a una confrontación en un dos contra uno, donde la competencia era por el tercer lugar.

Si  sorpresiva  e indiscutiblemente Núñez Feijóo se alzó, gracias a su notable ausencia, con el oro, creo que la señora Díaz merece el bronce, cosa que la mayoría compartirá conmigo; sin embargo, la manifiesta alianza demostrada entre Sánchez y ella, seguramente harán que la presea, expresada en votos, le sea concedida por el público al señor Abascal.

Una cosa es lucirse, espléndidamente en el debate, ante dos hombres, uno vacilante y el otro permitiéndole el protagonismo a una aliada  y otra cosa, captar la intención de voto.

En algunos casos, como en el momento en que Abascal encara a Sánchez, preguntándole cómo entiende lo que es una mujer y ella, valientemente hace a un lado a su jefe, protegiéndolo de la comprometedora pregunta y se la devuelve al  interrogador, repreguntándole sobre lo mismo de manera contundente; este simple acto, pareciera indicar que con el nuevo partido se estrecha más la relación entre ambos líderes y se perfecciona la alianza, llena de contrariedades y confrontaciones que no se pudo dar con Podemos.

Por otro lado, el trato tan familiar, tan de camaradas, manifestado entre ella y Sánchez, hizo ver al representante de Vox en situación de minusvalía y enfrentando los molinos gallardamente, lo que puso el viento a su favor.

La organización de los participantes en el plató, al concederle el centro honorífico a la dama del grupo, ayudó a que los espectadores percibieran claramente el dos contra uno.

Al colocar a la señora Díaz entre Abascal y el señor Sánchez, de manera que el señor Abascal para alcanzar a Sánchez, primero tenía que derribar la decidida y valiente defensa de la señora Díaz, defensa que el señor Sánchez en más de una oportunidad aceptó caballerosamente, dejándola librar su combate y callando ante el requerimiento de Abascal.

Los resultados de los debates parecen fortalecer la matriz de opinión anti-Sánchez que, supuestamente favorece la tendencia política representada por el señor Núñez Feijóo

Muchas pueden ser las lecturas sobre este histórico por atípico debate, pero salvo los intentos de Vox por explicar su programa, poco pudo verse de las propuestas sobre el modelo económico y político que proponen para España.

Las continuas referencias del señor Sánchez y la señora Díaz al ausente, los convertía en retadores desesperados, que no hacían otra cosa que mostrarlo como el ganador, como el pistolero que, en el western, hay que enfrentar porque los retadores suponen que sus méritos y habilidades  son superiores.

Mientras los aprendices de pistoleros, si se acepta el símil, corrían, desesperados hacia los predios del malo de la peli, este se entretenía limpiando sus pistolas esperando duelos más honorables, o si lo vemos como una competencia olímpica, reposaba en el podio más alto, esperando que los retadores llegaran a la meta.

Como en toda competencia, algunos se llevarán las preseas, pero, perdonen mi pesimismo, España obtendrá muy poco cualquiera sea el resultado.

El manejo arbitrario de las fechas electorales ha sido un instrumento muy utilizado en Hispanoamérica, que nos ha llevado a comprender que el ventajismo político que encierra demuestra que nuestros gobernantes no juegan democráticamente y que solo les interesa la permanencia en el poder.

Decisiones como estás igualan a los políticos  de izquierda latinos y  españoles, parecieran seguir las mismas fórmulas dictadas por Sao Paulo/Puebla.

Esta versión moderna de la Internacional Socialista agrupa ahora a los progres del mundo, dejaron atrás el llamado a la unión proletaria, para avanzar en una estrategia común, con muchísimos recursos, que fluyen entre  América y Europa, manteniendo, generalmente, el mismo sentido que en los tiempos de la conquista.

Oímos, ya sin asombro, los rumores de que en cada campaña electoral, donde  despunte algún movimiento progre, aparecen las maletas repletas de algún representante, de esta  nueva Internacional Socialista, casualmente en las semanas finales de los procesos electorales, que es cuando más recursos se necesitan para movilizar a los electores

Las grandes sumas que se inyectan desde países aliados terminan trastocando hasta los más serios estudios estadísticos.

La matriz de opinión que hasta último momento parece favorecer a un determinado candidato, puede desvanecerse ante el deslumbrante brillo del oro.

@wilvelasquez