El gas natural será, por largo tiempo, el elemento fundamental de transición de fósiles (carbón y petróleo) a renovables (solar, eólica, hidrógeno). No hay discusión alguno que el gas continuará siendo llave de la economía de países y sociedades. Más aún ahora que existen nuevas mecánicas y tecnología de explotación “más amable” y verde.

Y cuando se menciona al gas debemos tener en cuenta sus modalidades convencional y shale gas. El boom de la industria del gas norteamericano y su liderazgo es gracias a los negocios en exploración y explotación del no convencional (shale).

Modelos teóricos indican que para 2050 aunque haya desarrollo de renovables, la demanda de gas natural aumentará un 36%, pasando de 4.025 billion cubic meters (millón de metros cúbicos) en 2021 a 5.460 bcm para 2050. Estará en el primer lugar del mix energético (con datos de Global Gas Outlook 2050, del Fondo de Países Exportadores de Gas GECF).

Y el fuerte impulso a la industria del gas natural, definitivamente, será su comercialización vía modelos de negocios LNG, liquid natural gas.

Las sociedades modernas comprarán gas de cualquier parte del mundo y el transporte (enfriado y en forma de líquido) tendrá una demanda importante.

Caso concreto: Unión Europea debe diversificar y asegurar sus fuentes de suministro, dejando de depender de la dictadura totalitaria rusa y para ello empleará el modelo de negocios LNG. Seguirá floreciendo la industria de licuefacción y regasificación. La capacidad total de licuefacción (2010/2020) incrementó en más 270 mtpa (Metric Tons Per Annum o toneladas métricas anuales) en 2010 a 462 mtpa a fines de 2021. Se calcula que, fácilmente, en 2050 la capacidad de licuefacción LNG llegará a más de 1.026 mtpa. Y el proceso de regasificación se disparó de 630 mtpa. en 2010 a 993 mtpa en 2021. Para 2050: llegaría a 2000 mtpa.

Siguiendo ese mismo modelo conceptual, el gas dejará atrás al carbón y será el energético de mayor demanda y utilización en 2043.

Los tres “pilares” que cubre la industria del gas natural son a) generación de electricidad; b) industrial y c) transporte.

Algunos apuntes de esos “pilares”: el sector de generación tomará 45% del share de la producción de gas para generación eléctrica; esto contribuirá a que se electrifique la economía y sea un back up permanente a la generación de electricidad vía renovable. En la perspectiva de uso de gas para industrias: seguirá siendo vital para mover industria del hierro y materia prima de fertilizantes y valor agregado de productos gas-químicos. Y todavía tendrá presencia importante en la cadena de transporte terretre y marítimo, contribuyendo a reducción de emisiones.

El gas natural también será actor clave en la generación del hidrógeno denominado “azul” generado a través de gas natural que se obtiene al calentar las materias primas ricas en metano.

Destacamos, en América Latina y el Caribe, a Trinidad y Tobago, el mayor exportador de GNL en América Latina y el Caribe, y uno de los mayores exportadores de amoníaco y metanol del mundo. De seguir en esa dinámica podría ser un hub que continúe supliendo LNG a Estados unidos y otros derivados de gas al mundo. Y por supuesto Vaca Muerta, en Argentina, es otro elemento a tomar en cuenta en la estrategia de negocios en LNG que Argentina tendrá a mano. Urge que el nuevo gobierno democrático de Venezuela, una vez instalado, pueda revisar la industria de petróleo, modernizarla y dar un fuerte impulso a la industria de gas. Actualmente la industria del petróleo (que tiene mayor importancia que el gas en Venezuela) “quema” o desperdicia más de 1.500 millones de pies cúbicos día, lo que ocasiona no sólo daños ambientales sino pérdida económica y de oportunidades de negocio (con datos de ILDIS).

América Latina es importante para Europa: puede ser su suplidor en volúmenes de importancia de LNG. Actualmente, y pese a la complejidad del negocio, Perú y Trinidad y Tobago hacen envíos de gas a Europa.

Importaciones de GNL a la UE desde América Latina, 2012-2022 (en millones de metros cúbicos anuales y % sobre el total):

Fuente cuadro: Google (Escribano/Urbasos, Instituto Elcano)

En todo caso para aquellos ultra fundamentalistas que hostigan la industria del gas natural: no es posible pensar en la “muerte del petróleo”, tampoco del gas. Las renovables serán importantes, pero la transición será ordenada, integral y racional. El gas será, por mucho tiempo, el puente principal entre fósiles y renovables y obviamente el petróleo no se acabará, se explotará con técnicas más modernas y tecnologías más avanzadas y se podrá dejar de utilizar y ser reemplazado por gas y renovables, pero la ecuación y los equilibrios a tiempo de entender el comportamiento de la sociedad y de la economía nos hace ser muy racionales y no fundamentalistas.

@BorisSGomezU


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